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Más del 30 % del sector arrocero en Colombia podría desaparecer para 2030, advierten empresarios
Hicieron un llamado al gremio para que se cree cuanto antes una agenda de competitividad.
Fedesarrollo y la Cámara Induarroz de la Andi presentaron las conclusiones de su informe ¿Cómo lograr un sector arrocero competitivo para 2030?, en el cual dan cuenta que para el año 2030 podría desaparecer gran parte de esta agroindustria en Colombia si no se establece cuanto antes una agenda de competitividad en todo el país.
El informe señaló que el 39 % del sector arrocero colombiano (área sembrada, número de productores y de Unidades de Producción Agropecuaria) se podría ver afectado en menos de ocho años si no se logran las metas de competitividad que debería alcanzar el país en este lapso, antes de que entre en vigencia el arancel cero a las importaciones de arroz, de acuerdo con lo pactado en el Tratado de Libre Comercio entre nuestro país y Estados Unidos.
Bruce Mac Master, presidente de la Andi, manifestó que hay que estar preparados en términos de “ser lo suficientemente competitivos y productivos para que en 2030 el sector arrocero colombiano produzca la mayoría de su arroz y podamos mantener unas altas áreas cultivadas y podamos además consumir la mayor cantidad de arroz del país”.
“Con este estudio queremos aportar a todos los actores de la cadena una herramienta importante y valiosa para definir y adelantar las tareas indispensables para tener un sector arrocero próspero y consolidado”, dijo el presidente de la Andi.
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Según Fedesarrollo, la prioridad para todos los integrantes de la cadena productiva del arroz en Colombia es concertar una agenda de competitividad con objetivos comunes, con visión de largo plazo y con enfoque exportador.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, indicó que “la competitividad debe evolucionar al ritmo que demanda el mercado actual y agregó que la transferencia de tecnologías y conocimiento hacia los agricultores deberá ser una prioridad para cerrar las brechas entre los rendimientos actuales y los rendimientos potenciales”.
Este estudio de Fedesarrollo y la Andi agrega que factores como el uso de la semilla certificada, la aplicación de buenas prácticas agropecuarias, la mecanización, el uso de la agricultura de precisión y la agricultura climáticamente inteligente, como los ingredientes principales para aumentar los rendimientos por hectárea y ganar eficiencia en la estructura de costos de producción.
“También se deben promover políticas que incentiven mecanismos de crédito para los productores de arroz respaldados por los contratos de adquisición del producto por el comprador, mientras que los actores del tercer eslabón, asociados a las actividades de comercialización, deben enfocarse en estrategias de promoción al consumo diferenciadas según el tipo de consumidor, con el objetivo de generar una demanda nacional más sofisticada que tenga mayor injerencia en la producción”, dijo Mejía.
Destaca igualmente que el país registra importantes avances en competitividad que se evidencian en la actividad de numerosos agricultores que ya han logrado elevar su productividad a los niveles requeridos y que el reto consiste en extender esa capacidad, con la aplicación de nuevas tecnologías e innovaciones agropecuarias, a la totalidad del sector.
El ministro de Agricultura, Rodolfo Zea Navarro, resaltó los avances que logrará el sector arrocero gracias a este informe y sostuvo que “con esas bases, en equipo y con la suma de esfuerzos de productores, gremios, industria y gobierno se podrá mejorar la productividad y competitividad del sector en los próximos ocho años” .
“¿Cómo lograr un sector arrocero competitivo para 2030?” se trata del más actualizado estudio en la materia porque recoge el contenido de estudios precedentes y porque se realizó con base en un amplio trabajo de campo, con encuentros y entrevistas con actores institucionales de todos los eslabones de la cadena, en las cinco zonas arroceras del país.
Además del diagnóstico, formula un total de 63 recomendaciones y traza la hoja de ruta para lograr el objetivo de tener un sector arrocero competitivo para el año 2030. Complementariamente, señala prioridades y acciones a desarrollar para todos los actores del sector arrocero.