Mesa de negociación para definir incremento del salario mínimo 2024 fue instalada en MinTrabajo; sindicatos parecen menos aguerridos

Desde las 8:00 a. m., por cerca de cuatro horas, se extendió el primer encuentro de la mesa tripartita de concertación de política salarial, que a partir de este 28 de noviembre, luego de la instalación oficial de la reunión, abrió la ruta para definir el incremento del salario mínimo para 2024.

Aunque aún los participantes de la mesa tripartita no darán sus cifras para el incremento, previo a que destapen sus cartas, se habla de un rango en el cual se movería el incremento, el cual estaría entre el 10 y el 13 %. Sin embargo, también se conoció una propuesta proveniente del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, que plantea un pago de alrededor de 2 millones de pesos, pero sin las arandelas que hoy deben pagar los empleadores.

Lo clave, según lo conversado entre las partes, es la necesidad de tener en cuenta la situación de la economía, en la que aún no se despeja el fantasma de la inflación y las tasas de interés de referencia están por las nubes.

En ese contexto, en adelante, empieza el acelerador para la negociación del aumento. Los tiempos son cortos de ahora hasta fin de año, principalmente, por lo sensible del tema.

Luego de la sesión inicial, el Dane destapará con prontitud el dato de productividad, con el cual se va armando la ecuación de las variables que se toman en cuenta para negociar la cifra con la cual se ajustará el salario mínimo.

El cronograma indica que ese dato se conocerá entre el 1 y el 2 de este mes, después de revelarse la cifra de desempleo en noviembre, lo que será el 30 de este onceavo mes.

Luego, cuando también se destape la inflación acumulada hasta noviembre, que sería el dato más aproximado para insertar en las cuentas, estará todo listo para que las partas: sindicatos, empresarios y Gobierno, empiecen a hablar de cifras concretas de incremento.

El corte, para que se dé un acuerdo, será el 15 de diciembre. No obstante, la fecha límite para que se tenga en el país la definición del incremento en el salario mínimo para el próximo año será el 30 de diciembre.

El salario mínimo es el debate habitual de fin de año en Colombia, que, por demás, se convierte en un tire y afloje entre empresarios y trabajadores, representados por los sindicatos.

No obstante, los expertos en temas laborales, en esta oportunidad, estiman que los sindicatos podrían estar menos aguerridos, debido al antecedente del año anterior, en el que el salario mínimo incrementó en 16 %.

Igualmente, el hecho de que exista una reforma laboral en capilla, que busca beneficios para los trabajadores formales, también de un parte de tranquilidad, en el sentido de la negociación, podría ser más calmada.

El empresariado, representado por diversos gremios de sectores de la economía, sería el que ponga la talanquera a un intento de incremento demasiado alto.

Por el momento, la primera reunión transcurrió sin mayores controversias. Las cifras se destaparán en los siguientes días o, inclusive, la próxima semana.

El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha insistido en que el aumento no sea tan por encima del 10 %, previendo que la inflación acumulada del año llegaría a 9,7 %, según la más reciente revisión. El funcionario, en un evento pasado recordó que, por lo general, los sindicatos piden aumento de 10 puntos adicionales a la inflación y los empresarios, dos puntos por debajo.

La disyuntiva

Una de las preocupaciones que expresan los expertos, alrededor de un incremento del salario mínimo sin la mesura necesaria para no afectar la generación de empleo, es la indexación de varios temas de la economía a ese salario -lo que aún continúa pese a algunas mejoras-.

También es preocupante que en Colombia, un porcentaje superior al 40 % de trabajadores gana menos del mínimo, por lo que los incrementos no estarían impactando la pobreza, según lo expuso un estudio del Banco de la República.

A ello se le agrega la breve distancia que hay entre el salario mínimo y el salario medio, lo que podría no ser tan sano para las metas de formalización y generación de nuevos empleos.