ESPECIAL 100 EMPRESAS
Mineros: Un negocio que vale oro
La firma aumentó 67,7 por ciento sus inversiones en 2020. Ahora tiene en la mira enlistarse en la Bolsa de Toronto antes de que termine 2021.
Colombia es el productor número 22 de oro en el mundo. El año pasado produjo unas 47,6 toneladas del metal; es decir, 29,9 por ciento más que en 2019, y con un precio de 1.770 dólares la onza, lo que produjo unos 9 billones de pesos para el país.
En medio de este buen año, Mineros S. A., que completa ya 47 años en manos de colombianos, da fe de los resultados positivos que obtuvo el mineral en un momento en el que la incertidumbre se apoderó de todos y los inversionistas se volcaron hacia los activos refugio, como suele suceder en las épocas de crisis.
En 2019, la compañía reportó ingresos operacionales netos por 1,35 billones de pesos, mas en el año de la pandemia esta cifra creció 33 por ciento y llegó a registrar 1,79 billones; nada mal para una firma colombiana que produce oro en el noroccidente de Colombia y otros países de centro y Suramérica. Las buenas noticias no paran ahí. Al cierre de 2020, la utilidad neta de Mineros S. A. creció 90,9 por ciento y cerró en 235.100 millones de pesos. Un año atrás había llegado a 123.135 millones de pesos.
Fue un momento atípico para el mundo, pero para esta empresa ratificó que el oro es primordialmente un activo refugio, “y servir de refugio se volvió mucho más importante que en años anteriores”, explica Andrés Restrepo, presidente de Mineros. La minera hizo realidad este mantra no solo para sus inversionistas; también para los grupos de interés, como empleados, proveedores y comunidades de las naciones donde opera.
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No obstante, más allá de las cifras alcanzadas, 2020 fue un año muy retador, que los impulsó a innovar, mejorar y transformar su pensamiento y manera de actuar. La minera fue una de las industrias que el Gobierno autorizó para seguir funcionando cuando el coronavirus tocó suelo nacional y llegó el confinamiento. Eso sí, rápidamente tuvo que adoptar los protocolos de bioseguridad –que luego serían implementados por las demás industrias– y reorganizar sus operaciones.
Para adaptarse a las nuevas condiciones de producción tuvieron que reducir turnos y postergar algunas actividades. Trabajaron en condiciones diferentes, poniendo en primer lugar la seguridad y el cuidado de sus empleados. “Los colaboradores para nosotros significan todo”, destaca Restrepo. Y agrega que una empresa es lo que es por su gente, su mística, dedicación y compromiso. Esas cualidades acompañaron a los empleados de la minera en el año de la crisis sanitaria. Las operaciones no pararon, y esto significó grandes esfuerzos para todos.
Las personas claves para la producción aceptaron sacrificar el tiempo con sus familias para confinarse durante días, meses, e incluso semanas, en zonas aisladas, garantizando que la actividad pudiera seguir. Otros se vieron obligados a abandonar las oficinas y laborar desde casa. La pandemia implicó grandes desafíos: aprendieron a trabajar en situaciones desconocidas y a construir sobre la marcha, a cambiar hábitos y a adaptarse a las nuevas realidades. En eso consistió la resiliencia.
Entre los indicadores de la empresa, solo uno tuvo una variación negativa: el número de empleados directos, que se redujo de 3.704 en 2019 a 3.094 el año pasado. Esta modificación, sin embargo, obedeció a la venta de Operadora Minera, en junio de 2020. La compañía, encargada de prestar servicios de operación subterránea, tenía en Colombia unos 600 colaboradores. Pero calificar de retador el año no fue solo un enunciado; la firma tuvo algunos retrasos en el desarrollo de sus proyectos por razones logísticas y a causa del cierre de fronteras de algunos países.
En Argentina tuvieron que reducir el aforo en las operaciones: los turnos no podían funcionar al ciento por ciento de su capacidad, por lo que la empresa redujo a la mitad el número de trabajadores. Ante este panorama, ajustaron los turnos para lograr una mayor optimización en el desarrollo de los procesos. Con el paso de las semanas, estos inconvenientes se fueron atenuando en la medida en que se fue normalizando la situación.
Eso sí, el crecimiento no ha parado. Al estar en una actividad intensiva en capital, el desarrollo de nuevas minas, proyectos y métodos de explotación, necesita enormes inversiones. Por eso, Restrepo asegura que “invertimos en seguir haciendo lo que hacemos, que es producir oro”. Las inversiones crecieron 67,7 por ciento, al pasar de 188.100 millones en 2019 a 315.469 millones en pleno año de pandemia.
Hubo dos inversiones claves: una en Colombia y otra en Argentina. La primera fue la compra de dos dragas de succión para la operación aluvial en el país; y la segunda tuvo que ver con el destape de un nuevo sector en la mina Guacamaya, a cielo abierto, que contó con una inversión inicial en 2020 y ha implicado inyecciones monetarias adicionales en el territorio argentino.
Además, el 16 de diciembre, mediante su subsidiaria Hemco en Nicaragua, compró el 50 por ciento de Royal Road Minerals del Proyecto Luna Roja, ubicado en la Región Autónoma Costa Caribe Norte de esa nación. Con una inversión de 24,4 millones de dólares, la minera colombiana se quedó con ciento por ciento de la iniciativa, y tendrá el 1,25 por ciento sobre la producción futura de minerales que haya en las concesiones mineras Monte Carmelo I y Monte Carmelo II. A esto se suman las inversiones periódicas en mantenimiento, desarrollo de mina y exploración.
Para 2021 las inversiones estarán orientadas al crecimiento. Pero hay un plan adicional: Mineros está en proceso de enlistarse en la Bolsa de Toronto, especializada en transar acciones de compañías mineras. “Vamos a lograrlo y, al hacerlo, seríamos la primera empresa colombiana con acciones ordinarias en un mercado de Norteamérica”, destaca Restrepo.
Las autoridades canadienses ya saben del interés de Mineros por entrar en la TSX (la Bolsa de Toronto, por sus siglas en inglés). Se trataría de la primera firma colombiana que, sin tener operaciones en Canadá, emitiría en ese mercado de acciones ordinarias; un reto ambicioso que se propuso Mineros hace más de tres años y en el que ha trabajado de la mano de reguladores del Gobierno y de la Bolsa de Valores de Colombia, así como también de un grupo de asesores, abogados y banqueros de inversión.
La compañía espera dar este salto al mercado canadiense y allanar el camino para otras empresas colombianas. Así mismo, esta jugada le permitiría atraer inversión extranjera al país y vender acciones ordinarias para conseguir 25 millones de dólares, con los que financiarían la adquisición del 50 por ciento de las operaciones en Nicaragua. Mineros espera el mejor momento para realizar la oferta pública de acciones, y así alcanzar esa meta con la que trascendería nuevas fronteras. Un gran propósito para un 2021 que sigue siendo retador.