Ministerio del Trabajo también había advertido sobre el caos de Viva Air

El pasado 12 de diciembre, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, y su viceministro, Edwin Palma, le enviaron una carta al ministro de Transporte, Guillermo Reyes y al director de la Aeronáutica Civil, Francisco Ospina Ramírez, para que en la decisión que debían tomar sobre la posible integración entre Viva Air y Avianca tuvieran en cuenta las condiciones laborales de la aerolínea de bajo costo.

El argumento de la Cartera de Trabajo era que la posible integración serviría para salvaguardar los empleos directos e indirectos que dependen de Viva, que para ese momento contaba con una nómina directa de 1.261 trabajadores, de los cuales el 43 % eran mujeres y el 57 % hombres.

Estas cifras fueron aportadas al Ministerio por Fast Colombia, propietaria de la marca Viva Colombia, que lleva diez meses insistiendo en la integración como salida a la crisis financiera de la aerolínea.

Así mismo, en la carta, Ramírez y Palma insisten en señalar que, además de los empleos directos, hay tres proveedores de Viva que emplean a otras 2.000 personas. Ellos son Talma, que provee servicios aeroportuarios y genera 1.500 puestos de trabajo, de los cuales 65 % son ocupados por mujeres y 35 % por hombres; además, 60 % de ese grupo de empleados son madres o padres cabeza de familia. Igualmente, está Konecta, proveedor de soluciones de customer experience, que emplea a 400 personas, y Securitas, con 194 trabajadores.

“Para el Ministerio del Trabajo, este momento de reactivación económica es prioritario, sobre todo en aquellos sectores más golpeados por la crisis de la pandemia de la covid-19, como son las aerolíneas. Según estimados, estas tuvieron un balance negativo de más de 47 mil puestos directos y más de 250 mil sobre los puestos de empleo asociados a la industria”, asegura la misiva.

Agrega: “Dado el increíble impacto para los trabajadores y trabajadoras directos e indirectos de la compañía Fast Colombia SAS, respetuosos del trámite administrativo surtido en la Aeronáutica Civil, ponemos en su consideración las condiciones laborales que rodean a esta aerolínea con el fin que de que sean tomados en cuenta al momento de emitir una decisión”.

Presiones por todos lados

Para quienes están en contra de la integración de Avianca y Viva Air, con el argumento de que se crearía un monopolio en el sector aéreo nacional, tesis como las del Ministerio de Trabajo son presiones indebidas. Esto porque se usa a los empleados para forzar una situación de mercado que iría en detrimento de los consumidores y de la competitividad del país.

Por el contrario, quienes insisten en la unión de las dos empresas como única alternativa de salvación sostienen que, justamente, los trabajadores son uno de los factores que más se debe proteger y que prueba de ello está en la crisis actual que enfrenta la aerolínea tras su decisión del pasado 27 de febrero de suspender sus operaciones.

De hecho, se conoció un video de los trabajadores de Viva en el que insisten en la integración. En él aseguran que mientras el Gobierno toma la decisión, ellos han apostado por la permanencia de la empresa y, aunque anunciaron un plan de retiro voluntario, menos de 200 trabajadores (de los 1.250 contratados a la fecha) se acogieron a él.

Esto lo atribuyen al hecho de que la mayoría cree en el modelo de bajo costo y en la aerolínea. “Esperamos que el Gobierno tome la mejor decisión aprobando la alianza con Avianca”, concluye el video.

Mientras se llega a la determinación final, los viajeros siguen siendo las principales víctimas de esta situación, así como la conectividad aérea del país. Por ende, además de estudiar la figura con la que podría o no continuar Viva en el mercado, desde el Gobierno evalúan una amonestación para la empresa, al estar afectando un servicio público esencial.