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Renunció y quedó con una espina clavada por MinHacienda: Cristina Arango habló en SEMANA tras su salida del Acueducto de Bogotá
Ocupó la gerencia de la empresa durante casi 3 años y medio. Aunque en las últimas semanas la entidad estuvo envuelta en enredos, no se esperaba la salida de la que también llevó las riendas de la Adres, antes de la terminación del mandato de Claudia López.
Cuando un directivo de una entidad en una ciudad como Bogotá se hace a un lado, a tan solo unos meses de concluir el mandato del gobierno que acompañó, surgen muchos interrogantes: ¿se va a hacer política? es el más frecuente.
Sin embargo, en el caso de Cristina Arango Olaya, que dejó la gerencia de la Empresa de Acueducto de Bogotá, los motivos de su retiro son estrictamente personales, según confirmó. “Me hago a un costado para atender asuntos familiares... Siempre falta mucho por hacer”, dijo la caleña formada en economía, con maestría en Economía de la Universidad de Los Andes y un segundo postgrado en Administración Pública y Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard (EE. UU).
Son varios los sectores en los que ha trabajo Arango. En el Ministerio de Hacienda, en Coljuegos, en EmCali, en el Distrito.
Los dos últimos cargos, previos a la gerencia que deja después de 3 años y medio, fueron la Adres (Administradora de recursos del Sistema de Seguridad Social en Salud) y la Empresas Municipales de Cali (Emcali).
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De hecho, estando ya en la gerencia del acueducto de la capital, la Contraloría le abrió investigación por presuntas irregularidades en el manejo de 1.600 millones pesos, lo que hizo como directiva de la entidad del sistema de salud.
En el último año, tuvo su roce con el exalcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, por la planta de tratamiento de aguas residuales (Ptar) Canoas, en el sur de la capital, que es, a propósito, uno de los temas que le queda pendiente.
Cristina Arango respondió algunas preguntas en SEMANA.
SEMANA: se retira de la Empresa de Acueducto, pese a que falta poco para concluir la administración distrital en la que entró al cargo. ¿Hubo algo muy complejo de enfrentar recientemente en el acueducto?, ¿la tarea le resultó más fácil o más difícil que dirigir la Adres?
CRISTINA ARANGO (C. A.): tanto la Empresa de Acueducto como la Adres son entidades que implican retos muy importantes y cuyos resultados tienen un impacto directo sobre la calidad de vida de los colombianos. En ambas casos, los avances fueron satisfactorios.
En el Acueducto, por ejemplo, hoy contamos con una empresa más moderna, sostenible, eficiente e incluyente.
Lo mas complejo que enfrenté durante mi gerencia en el Acueducto fue el tener que asumir la operación de la planta de tratamiento de aguas residuales de salitre (Ptar Salitre), por orden judicial, a pesar de que la CAR no ha recibido los lotes de control. Esto nos obligó a operar una planta en condiciones muy complejas y con grandes riesgos en su administración.
La empresa ha exigido y seguirá solicitando a la CAR, y a su contratista Ceps, que entregue una planta funcional, tal cual como fue contratada, nada más ni nada menos, que cumpla con los estándares técnicos y ambientales, automatizada, con manuales de operación y garantías.
SEMANA: en los últimos tiempos sonaron sanciones, una de ellas relacionada con la planta de tratamiento. También hubo cobros de impuestos a la Eaab, entre otros ‘chicharrones’. ¿Algo de eso tuvo que ver con su renuncia?
C. A.: mi renuncia se debe a razones personales.
La empresa tuvo que corregir las declaraciones de renta de los años gravables 2018 y 2019, debido a que se tomaron descuentos tributarios sin las certificaciones ambientales exigidas por la norma. Ante esta situación, la Eaab analizó los escenarios con el fin de determinar el menos gravoso para la empresa y procedió a corregir dichas declaraciones.
De igual forma, la posición de la empresa respecto a la operación de la Ptar Salitre fue la de proteger los recursos de los bogotanos y buscar que nos entreguen una planta en condiciones de operación y que no implique gastos adicionales en el futuro.
SEMANA: ¿qué queda pendiente en el Acueducto, a su reemplazo, tras su salida?
C. A.: lo que queda pendiente es la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Canoas.
Hoy, las aguas residuales del 70 % de la ciudad llegan sin ningún tipo de tratamiento al río Bogotá.
En los últimos años se logró la obtención de los recursos para construir la planta; se obtuvo la licencia ambiental; el cupo de endeudamiento ante el Concejo de la ciudad; los diseños de detalle, así como la no objeción del Banco Mundial y la CAR.
Es difícil encontrar un proyecto de esta magnitud con este nivel de maduración en Colombia.
Sin garantía de MinHacienda
SEMANA: ¿cuál fue el freno que encontró para avanzar en ese sentido?
C.A.: es absolutamente lamentable que el proyecto ambiental más importante del país, el que permite descontaminar el río Bogotá y que tiene un impacto hasta el mar Caribe, no cuente con la garantía que se requiere por parte del Ministerio de Hacienda para poder acceder a la financiación adecuada para el proyecto a través de la Banca Multilateral.
Todo esto, a pesar de que proyectos similares han obtenido la mencionada garantía, incluso con menores contragarantías de las ofrecidas por el Acueducto.
SEMANA: nunca se ha podido con la descontaminación del río Bogotá...
C. A.: ese es el reto mas importante que tiene la empresa, la ciudad y el país en términos ambientales.
SEMANA: de cara a las elecciones, ¿tiene algún proyecto político en la mira después de la gerencia del Acueducto?
C. A.: el único proyecto que tengo en mente ahora es con mi familia.