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Revolución en línea: la contrabalanza del sector de las telecomunicaciones
Mientras el aumento de la inflación preocupa y tiene las alarmas encendidas, el sector de información y comunicaciones ha sido el único en el que los precios caen. Una fuerte competencia, la respuesta.
El dato del pasado mes de febrero del Índice de Precios al Consumidor dejó al país perplejo. La inflación anual, a ese mes, superó el 8 por ciento, jalonada por los alimentos, los precios de los regulados –como el servicio de energía–, la educación y hasta el gasto en restaurantes y hoteles.
Se espera que, en los próximos meses, la inflación siga subiendo, pero empiece a ceder en el segundo trimestre de este año. Sin embargo, persisten las presiones que podrían mantenerla arriba: los alimentos y los insumos siguen con precios al alza, la situación logística global no ha mejorado y las tensiones económicas que ha generado la invasión rusa a Ucrania, seguramente se van a traducir en más inflación.
12 divisiones de distintos sectores de la economía componen la estructura inflacionaria del país, según la metodología del Dane. Casi todas, para la inflación en los últimos 12 meses, muestran incrementos, unos más altos que otros: alimentos, con 23,33 por ciento, y restaurantes y hoteles con 12,4 por ciento, registraron doble dígito, convirtiéndose en los mayores índices.
Sin embargo, hubo un sector que fue contra la corriente y registró una caída de precios de casi 12 por ciento (11,7 por ciento). Se trata de información y comunicaciones, una división que está compuesta por equipos de telefonía móvil, similares y reparación, y servicios de provisión fija y móvil y provisión a internet. El primer grupo tuvo una caída en los precios de 7,73 por ciento, mientras en el segundo fue de 12,01 por ciento. Es decir, las dos subclases presentaron variaciones anuales negativas, que se traduce en bajas en los precios.
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Según un análisis del Dane para SEMANA, “la subclase servicios de comunicación fija y móvil y provisión a internet presentó una baja relevante en octubre de 2021 (variación mensual de -7,02 por ciento), que junto con la reducción de los precios observada para la misma subclase durante mayo del 2021 (-3,24 por ciento) explica el comportamiento acumulado de la subclase para los últimos doce meses desde marzo de 2021 y hasta febrero de 2022″.
¿Qué explica esta situación? La respuesta es sencilla: competencia. La llegada de un nuevo jugador –WOM– sacudió el sector, obligando a los jugadores establecidos a responder con mejores ofertas.
Esto en un escenario cambiante: la pandemia aceleró las transformaciones y la cobertura de las necesidades tecnológicas no solo en las empresas sino también en las personas. Por ello fue clave un mayor desarrollo del mercado de comunicaciones y la posibilidad de acceso a más personas con un servicio de calidad, aunque persisten algunas dificultades en este frente.
Y la dinámica en el sector, desde la demanda, no se detuvo. De acuerdo con el boletín de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones del tercer trimestre de 2021, el total de accesos a internet móvil en Colombia alcanzó los 35,7 millones, 5 millones más que los registrados en el mismo trimestre del año inmediatamente anterior. En el mismo periodo de tiempo, el total de accesos fijos a internet en Colombia alcanzó los 8,25 millones, es decir, cerca de 560.000 nuevos accesos.
Según un análisis de Moody’s en torno a las empresas que califica, si bien la inflación y el alto desempleo impedirán que los proveedores de servicios de telecomunicaciones aumenten los precios en América Latina, “seguirán
beneficiándose de las eficiencias en su mayoría permanentes obtenidas durante la pandemia, especialmente la digitalización enfocada en los servicios al cliente. La pandemia aumentó la competitividad del mercado de las telecomunicaciones, y los operadores ahora se centran en los ingresos por servicios y la desinversión de activos secundarios, que ayudarán a la rentabilidad, pero no compensarán por completo las presiones inflacionarias de los costos”.
La importancia de la competencia
A pesar de tener pocos jugadores –como Claro, MoviStar, Tigo y ahora WOM, entre otros– y con una historia de enfrentamientos y conflictos entre las empresas, el sector de telecomunicaciones en el país se ha caracterizado por ser muy competido y con un mercado diversificado. La posibilidad de la portabilidad numérica empoderó a los consumidores que tienen la posibilidad de elegir entre los diferentes operadores, manteniendo su número.
Pero, además, el arribo de WOM al mercado sacudió la competencia. Según Chris Bannister, CEO de WOM Colombia, con la entrada en operación de esta compañía, en abril del 2021 se logró una disminución del 42 por ciento en los precios de planes pospago, esto impulsó que el sector de información y comunicaciones presentara reducciones en el Índice de Precios al Consumidor a lo largo del año, “con una variación total del -12,10 por ciento (Dane), la más baja con respecto a los demás sectores de la economía y siendo el único sector con reducción de precios en el año. Este denominado “Efecto WOM””.
Bannister asegura que tan solo en 4 meses de operación, la empresa alcanzó su primer millón de usuarios, la mayoría de ellos correspondientes a líneas portadas, “pero además, nuestra base de usuarios continúa creciendo mes a mes y hoy nos encontramos cerca a los 2 millones de usuarios, de los cuales, 42 por ciento corresponden al segmento pospago, y el 58 por ciento a prepago”, agrega.
Para Claro, el sector de telecomunicaciones tiene un mercado que está en plena competencia y prueba de ello es que los precios de voz y los datos móviles se han reducido hasta en un 50 por ciento en los últimos tres años.
“Esto se ha acentuado en segundo trimestre del 2021, debido a la entrada de un nuevo actor al sector, lo cual ha beneficiado a los que ya están conectados, pero ha comprometido la capacidad de las empresas para invertir en la Colombia rural donde todavía se debe seguir trabajando para conectarla. Además, esta competencia debe tener estabilidad jurídica que le dé confianza a todos los actores que respalde este importante compromiso inversionista”, señalan voceros de Claro.
Por su parte, Tigo explica que hay tres factores clave que impulsaron una inflación negativa. Por una parte, la pandemia trajo un cambio fundamental: el tráfico de internet creció 30 por ciento y eso no cambió con la eliminación de restricciones a la movilidad. Por otra, el sector de las telecomunicaciones es altamente dinámico, cambia constantemente; y finalmente, ahora, los usuarios son más sensibles a la calidad de la red de los operadores que a la cantidad de gigas que se puedan vender.
“Históricamente nuestro sector tiene una tendencia natural y es la de la disminución del costo por Gigabyte y el aumento de las velocidades de internet fijas, lo cual también es una variable que impacta la inflación del sector. Por esto, en Tigo nos enfocamos cada vez en mejorar la experiencia de nuestros usuarios, desplegando durante los últimos años la mayor cantidad de antenas a lo largo de todo el país, y permitiéndonos ser considerada la mejor red móvil de Colombia, con un precio justo y a la medida de las necesidades de los usuarios que necesitan estar conectados siempre”, señala la compañía.
“El comportamiento deflacionario del sector (-11,73 por ciento), de los últimos 12 meses (a febrero), está explicado por la sana competencia, que ha llevado a una disminución de precios en los planes de los servicios móviles y fijos, y a los operadores a ofrecerles a los colombianos un aumento en sus planes en cuanto a servicios tradicionales y valores agregados a un menor precio, que ha beneficiado a millones de personas que ahora están conectadas”, agregan desde Claro.
Pero, ¿de dónde venimos? Aunque todos coinciden en que la dura competencia bajó los precios y permitió la llegada de más conectados, la historia puede variar dependiendo del cristal con que se mire. Para WOM, el mercado de telecomunicaciones en Colombia había permanecido estático por más de 15 años, limitando la competitividad del sector, de hecho, es uno de los más concentrados del mundo, en el cual se ha declarado la presencia de un operador dominante, además de contar con uno de los costos por gigabytes más altos de América Latina. “Esa falta de competitividad restringía el acceso y el uso de conectividad para muchos colombianos, y sin duda la entrada de un nuevo competidor, con un robusto plan de inversión y una estrategia de valor para los usuarios impulsó el cambio de precios y ha promovido inversiones para entregar mejores servicios e innovación para sus usuarios. Es decir, la entrada de un nuevo operador, con las características de WOM, logra generar más competitividad en el sector en beneficio de los colombianos”.
Sin embargo, Tigo considera que realizó la primera movida. “Tigo rompió el mercado de las telecomunicaciones móviles en Colombia. Y lo hizo en 2018, cuando lanzó planes móviles que significaron una disminución de precio por giga del 96 por ciento. Así, fue Tigo el operador que democratizó el consumo de datos en Colombia (cuatro años atrás). Esta reducción no solo se limitó al 2018: en los últimos cuatro años la reducción en el precio por giga fue superior al 90 por ciento”, advierte la empresa.
¿Cuáles serán los principales retos que enfrentará el mercado en el futuro cercano? Para Tigo, el principal desafío, más que el tema de la inflación, es el reto del espectro. Entre el 2023 y 2024 se hará la renovación del 70 por ciento de licencias de espectro en el país. Advierte que, de acuerdo con un estudio de GSMA, Colombia es el tercer país que licenció el espectro más caro en la banda de 700 MHz; los tres operadores que ganaron la subasta en 2019 pagaron entre un 15 y un 20 por ciento más en promedio, que operadores en países como Panamá, Argentina o Brasil. “Colombia necesita una política de espectro distinta, que beneficie a los usuarios. Cuando se usa el espectro como fuente de financiación fiscal, es claro que la economía digital no es una prioridad de desarrollo. El espectro es el vehículo real para cerrar la brecha digital en Colombia y en nuestra región. Necesitamos que el gobierno revise los precios del espectro, para que podamos invertir más en el despliegue de la infraestructura que necesita Colombia”, agrega la empresa.
Por su parte Bannister, de WOM, coincide en que hay desafíos con relación a los costos de asignación y renovación de espectro, pues Colombia tiene los más altos de América Latina y su reducción es clave para garantizar las inversiones en infraestructura y sobre todo para cerrar la brecha digital en el país. Y agrega que también hay retos en materia jurídica y regulatoria y espera que “las regulaciones actuales se implementen de manera transparente y se apliquen de manera enérgica y eficiente para garantizar que los actores del sector sean tratados por igual dada su posición en el mercado”.
Pero también tendrá que enfrentarse a unos consumidores que por cuenta de la inflación van a tener menos dinero disponible y tendrán que ajustar sus recursos.
Sin duda, el sector de telecomunicaciones ha sido un importante dinamizador de la economía. Durante la pandemia jugó un papel clave y ahora es protagonista con precios a la baja en un escenario de inflación alto. Avanza la revolución en línea