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Sandra Forero, presidente de Camacol.

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Sandra Forero: esta es la oportunidad para cerrar brechas de género

La dirigente gremial habló de las acciones en el sector constructor para cerrar las diferencias entre hombres y mujeres en esta industria, así como de la oportunidad que tiene el país para recuperar crecimiento económico con una mayor participación de las mujeres en condición de equidad.

8 de marzo de 2021

Sandra Forero fue la primera mujer en presidir el Consejo Gremial, que reúne a todos los líderes gremiales del país. Lo hizo durante el 2020, el año más crítico para la salud y la economía nacional por cuenta de la pandemia por el coronavirus.

Ahora, ejerce como segunda vicepresidente del Consejo Gremial a la vez que mantiene sus labores como presidenta de Camacol, el  gremio de la construcción, un sector tradicionalmente masculinizado. Dinero habló con la directiva sobre los retos de las mujeres en su sector y la equidad de género en Colombia.

Dinero: Colombia lleva un año enfrentando la pandemia ¿Cuáles han sido los principales retos a los que se han enfrentado las mujeres del sector de la construcción?

Sandra Forero: Esta coyuntura de salud pública ha tenido grandes implicaciones en materia económica y particularmente en materia laboral, impactos que no han sido ajenos al sector de la construcción, así como a muchos otros sectores de la economía. Uno de los principales retos ha sido contener el mayor nivel de desocupación que se presenta en las mujeres, donde la tasa de desempleo excede en cerca de nueve puntos porcentuales a la de los hombres.

Una de las hipótesis que se puede comprobar es que durante la pandemia se incrementó el cuidado del hogar, actividad no remunerada por definición. Antes de la pandemia, de acuerdo con información de la CEPAL, se traducía en que diariamente las mujeres de la región dedicaban en promedio el triple del tiempo que los hombres a estas actividades. Sin duda esta situación se vio intensificada como consecuencia del cierre de colegios y la educación virtual, cuya inevitable consecuencia fue que muchas mujeres salieron del mercado laboral para dedicarse de pleno a las actividades del cuidado del hogar. Como país, esto nos impone grandes retos en materia de flexibilización de condiciones laborales para las mujeres y medidas urgentes para lograr la reincorporación laboral de quienes se vieron obligadas a renunciar a sus cargos.

D: Como líder gremial ¿Cuáles cree que deben ser los objetivos de su sector para cerrar las brechas de género?

S. F.: Este es un sector con predominancia masculina en la mayoría de actividades directas de obra como en las demás conexas con el sector. Por eso, y dada la capacidad de nuestra actividad de generar nuevos puestos de trabajo, desde el sector hemos diseñado una estrategia que tiene tres objetivos: formación, empleabilidad y economía del cuidado.

En materia de formación, hemos evidenciado que es necesario priorizar la educación y la creación de habilidades en las mujeres y responder así a la demanda laboral del sector. En cuanto a empleabilidad, estamos trabajando en organizar un censo de mujeres que cuentan con formación en áreas de interés del sector y de esta forma promover que las empresas puedan acceder fácilmente a estos perfiles e impulsar su contratación. Por último, frente a la economía del cuidado, estamos promoviendo la adopción de políticas de género al interior de las empresas y la divulgación de buenas prácticas para lograr mayor apropiación de este tipo de acciones en los entornos laborales existentes.

D: ¿Qué podemos esperar para 2021 en términos de equidad de género?

S. F.: Esto debe ser una prioridad de país y por eso desde el sector apoyamos todas las acciones conducentes a reducir las brechas existentes, la reactivación económica es una oportunidad. Este año los esfuerzos del gremio en materia de equidad de género están enfocados en desarrollar procesos de sensibilización de los distintos actores de la cadena de valor de la construcción, generación de insumos para la definición de políticas y programas de género al interior de las empresas del sector, formación oportuna y pertinente de mujeres para que aumenten sus posibilidades en el mercado laboral del sector, y estrategias que permitan unir de manera efectiva la demanda laboral con las mujeres y sus experiencias, conocimientos y habilidades en el sector.

D: ¿Cómo ha sido llegar a su posición en una industria en la que suelen ser mayoría y más visibles los hombres?

S. F.: Liderar un gremio que representa un sector mayoritariamente de hombres es algo en lo que se encuentran muchos retos, pero también ventajas, entre otras recibir apoyo, confianza, respeto y respaldo a mi labor. Y no es la primera vez, pues desde hace más de quince años, una mujer ha estado en la Presidencia Ejecutiva de Camacol (Martha Pinto de Hart y Beatriz Uribe fueron mis antecesoras). Para mí como mujer ha sido una gran experiencia que ha fortalecido mi carácter y me ha permitido, con disciplina, alcanzar las metas que se han propuesto.

D: ¿Hacia dónde cree que debería dirigirse Colombia en la equidad de género en cargos de decisión y poder?

S. F.: Considero que Colombia ha venido avanzando de manera favorable en romper los famosos techos de cristal, tanto desde el sector público como desde el sector privado. Las cifras más recientes evidencian que hay un 33,5% de mujeres en cargos gerenciales o directivos; sin embargo, el camino que nos queda por recorrer aún largo.

Se requiere continuar trabajando de manera articulada para que cada día exista una mayor participación de mujeres en cargos de decisión. Ejercicios como el realizado recientemente por el CESA, de crear un banco de perfiles femeninos para juntas directivas, evidencia que existen habilidades, talento y capacidades que se ajustan muy bien a las necesidades de las diferentes empresas para ocupar estos cargos. Anhelo que logremos avanzar hasta que llegue el día en que deje de ser noticia que una mujer logró ocupar un cargo de decisión y poder.

D: ¿Un deseo para las futuras generaciones de mujeres?

S. F.: Que trabajen en lo que les apasiona, que crean en sus capacidades, que demuestren el valor que aportan a las empresas y que sean tratadas con el respeto que merecemos.