EMPRESAS

Todo listo para que el Grupo Energía Bogotá y Enel firmen histórico acuerdo: ¿de qué se trata?

Uno de los pleitos más complejos en el sector empresarial entre estas dos poderosas firmas del sector energético podría llegar a su fin. ¿Cuáles serían los alcances del acuerdo?

16 de junio de 2021
La disputa no solo escaló hasta los tribunales de arbitramento. También se vincularon la Procuraduría y la Fiscalía, con denuncias hasta de chuzadas ilegales y espionaje corporativo.

Todo está listo para que se firme un acuerdo de “todos ganan” en el pleito originado entre el Grupo Energía Bogotá y la multinacional Enel, por sus participaciones compartidas en el negocio energético en Colombia.

Las diferencias, que se gestaron desde hace más de cuatro años, pasaban por el reparto de las utilidades, el desarrollo de los negocios en energías renovables –consideradas el futuro de la generación–, el uso de la marca Enel por encima de las marcas Emgesa y Codensa, y las denuncias de conflictos de interés en Enel en decisiones de compras.

La disputa no solo escaló hasta los tribunales de arbitramento. También se vincularon la Procuraduría y la Fiscalía, con denuncias hasta de chuzadas ilegales y espionaje corporativo.

A principios de este año, Enel empezó a mover su estructura en la región. En el caso de Colombia, la decisión más importante fue la aprobación de la fusión entre Enel Américas (que tiene las participaciones en Emgesa y Codensa) y Enel Green Power (que venía desarrollando de manera independiente los negocios de energías renovables no convencionales –solares y eólicas– en el país).

Según pudo establecer DINERO, el acuerdo entre el GEB y Enel implica un aumento en el volumen de activos involucrados, el pago de dividendos atrasados, lo que generará un flujo de caja adicional para el Distrito, la participación compartida en los negocios de energías alternativas renovables y, especialmente, el cierre de esta pelea empresarial.

Esto, además, sin ningún cambio significativo en la estructura accionaria en los activos compartidos por el GEB y Enel. Lo anterior implica que los derechos en acciones ordinarias con derecho a voto y representación en la junta son equivalentes. Aun así, el flujo de dividendos total es mayor, por la mayor cantidad de activos empresariales involucrados.

Ahora solo falta que las juntas de accionistas de las empresas aprueben el acuerdo, que luego pasará a consideración de las entidades de control como la Procuraduría y el visto bueno final del tribunal de arbitramento que estaba sesionando y que tenía solo hasta el próximo 25 de julio para pronunciarse.

Se da por hecho que las asambleas de accionistas aprobarán el acuerdo a finales de junio y que durante julio quedarán en firme todas las otras instancias.

La decisión de cambiar la marca y poner Enel por encima de Codensa y Emgesa generó tensiones en el GEB, porque la consideraron unilateral e inconsulta.

Y el desarrollo de las energías renovables no convencionales fue el otro foco de tensión. Mientras Enel Green Power desarrolló un proyecto como El Paso en el Cesar, Emgesa no avanzaba en complementar su portafolio de generación con este tipo de energías.

La pelea derivó en una dura confrontación que además del tribunal de arbitramento terminó en una investigación penal por cuenta de posibles chuzadas telefónicas contra algunos de los ejecutivos involucrados.

La decisión va a resultar en un buen negocio para todos: Enel, porque fortalece su presencia en el mercado colombiano y regional, y el Distrito, porque va a recibir los dividendos represados y porque la nueva compañía va a resultar mucho más grande que la de la actualidad, porque se incorporan activos en energías no renovables.