EMPRESAS
Un inversionista institucional: Family Office
Adriana Moreno, socia de Gómez-Pinzón.
Las inversiones que se realizan a través de un Family Office requieren no solo de la implementación de un gobierno corporativo robusto, sino de un mayor involucramiento en ciertas decisiones y en los resultados de las inversiones.
Para poder llevar a cabo esto, es importante contar con un equipo de asesores especializado y complementario, capaz de ejecutar el plan de negocio propuesto por el Family Office de manera efectiva.
No obstante lo anterior y teniendo en cuenta el rol que por estos días están teniendo varios Family Offices a nivel mundial, dado que, además de gestionar el patrimonio familiar, se han venido comportando como inversionistas de activos alternativos que comprenden la participación en compañías en desarrollo o en etapas tempranas.
La realización de estas inversiones requieren la evaluación de diferentes riesgos como de mercado, liquidez, retorno, gestión del negocio y el análisis de riesgo regulatorio.
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Este último es uno de los desafíos más importantes para quienes gestionan un Family Office, ya que se hace necesario conocer y armonizar el régimen legal y tributario de las diferentes jurisdicciones en las cuales se constituyen los vehículos a través de los cuales se hacen las inversiones, así como la regulación propia de las compañías destinatarias de estas.
Además, hay sectores que son altamente regulados en algunos países, como el de salud, tecnología, Fintech, entre otros, que tienen una variación en la intensidad legislativa.
En algunos países latinoamericanos se ha venido intensificando la inversión de Family Offices en venture capital y emprendimiento a través de diferentes estrategias, entre ellas inversiones de largo plazo en compañías locales directamente o a través de fondos internacionales, así como mediante la realización de ciertas operaciones de financiamiento o créditos mezanine.
Sin embargo, en Colombia, la participación de los Family Offices en compañías locales no conlleva una representación proporcional al volumen de emprendimientos que se han venido desarrollando durante los últimos años en el país.
Valdría la pena conocer con mayor detalle el análisis que realizan ciertos inversionistas internacionales al momento de analizar sus estrategias de inversión en países emergentes como África y el sudeste asiático, que se han ido convirtiendo en destinos atractivos de inversión para ciertos inversionistas internacionales y que a su vez pueden tener un comportamiento económico y social similar a los países de Latam.
De igual manera, promocionar la realización de inversiones por parte de Family Offices en emprendimientos locales permitiría no solo generar otras alternativas como fuente de recursos para compañías en desarrollo, sino que para los Family Office puede representar la realización de inversiones en una jurisdicción sobre la cual podrían tener un mejor conocimiento, lo cual les permitiría involucrarse de manera más efectiva en los resultados de las compañías y en la gestión de los riesgos propios de cada negocio.
