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“Vengo a articular, no a destruir”: primeras declaraciones del nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, considerado como hombre de Petro
En entrevista con SEMANA, el exmagistrado habló de lo que viene a hacer para ser un puente entre el sector privado de la capital y el Gobierno nacional.
Aunque el abogado Ovidio Claros asumirá la presidencia de la Cámara de Comercio de Bogotá el 2 de octubre, luego de que la junta ratificara su nombramiento, con 8 votos a favor, de 12 en total, suena a que ya venía estudiando los pormenores que tiene esa entidad.
Su nombre había sonado para el cargo desde el primer semestre del año, pero se enredó porque la junta directiva en esa oportunidad, en la que tiene 4 asientos el Gobierno nacional, no avaló su aspiración.
Claros es considerado como ‘hombre de Petro’, en remembranza de lo sucedido en el pasado, cuando se adelantaron los procesos jurídicos que buscaban que el entonces alcalde de Bogotá fuera destituido. Para ese momento, el hoy presidente de la Cámara era la máxima autoridad en el Consejo Superior de la Judicatura.
Desde entonces habrían tenido una estrecha relación amistosa y, de hecho, fue Petro quien postuló su nombre para el cargo en la Cámara de Comercio de Bogotá, lo que finalmente se dio.
La razón del bullicio con nombramiento en la CCB
SEMANA: Los colombianos hemos escuchado mucho bullicio alrededor de la elección del presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, pero en el país hay 57. ¿Por qué esta es de especial interés para el Gobierno?
OVIDIO CLAROS (O. C.): La Cámara de Comercio de Bogotá es el eje central, el modelo a seguir por muchas cámaras de comercio del país.
En Colombia se acaba de aprobar, en un acto legislativo en el Congreso, lo que tiene que ver con la región metropolitana de Bogotá y Cundinamarca. Claramente, esa región tiene un contenido específico que evidencia la trascendencia de esta territorio para el país. El 21,4 % de toda la población colombiana está en esta zona. Ese porcentaje genera el 32 % del PIB nacional. Imagínese, ese es el peso específico que tiene esta cámara.
Esa jurisdicción de la región metropolitana es absorbida, en torno a ese desarrollo de los comerciantes, por la Cámara de Comercio de Bogotá.
SEMANA: ¿Podría mencionar algunos de los temas específicos que intentaría abordar para que desde esa entidad pueda participar más activamente en la solución de problemas de esta región del país?
O. C.: Por ejemplo, el tema de la movilidad. Hay unos diseños, unos trazados, unas realidades alrededor de esta región. En todo ello, la Cámara de Comercio es fundamental, puesto que funciona también como un organismo consultor y asesor del Gobierno nacional. Y en un Estado descentralizado como el nuestro, cobija, en este caso concreto, el territorio de un tercio de la economía.
La Cámara genera esa connotación por su dimensión en el territorio nacional. Además, tiene filiales y es una entidad que ha fortalecido su propio crecimiento. Tiene hasta universidad. Es todo un mundo para desarrollar. Con la tarea de la Cámara se pueden plasmar propuestas que están en el Plan Nacional de Desarrollo y que no se han hecho con anterioridad.
‘Hay divergencias de personas que no gustan del Gobierno’
SEMANA: ¿Qué específicamente no se ha hecho con anterioridad y se podría hacer ahora con la participación de la Cámara?
O. C.: Menciono un tema que se creó en el Plan de Desarrollo, que tiene que ver con el Consejo Nacional de Economía Popular y Solidaridad. Está en el artículo 74. Si nosotros como cámara nos vamos a ser parte de ese consejo podemos estar generando opciones para mucha gente.
Por eso este cargo se vuelve del tenor con el que se está viendo. Nosotros, además, tenemos registradas 500.000 empresas y el 99 % son Pymes. Ellas son jalonadoras de la economía y el empleo.
Lo demás alrededor del bullicio que usted mencionaba inicialmente sobre mi nombramiento, son divergencias de algunas personas que no gustan del Gobierno y que me ven como parte de la administración y lo rechazan.
Sobre enemistad del Gobierno con el sector privado
SEMANA: ¿Qué opina de esa cierta enemistad que se ha percibido, entre el Gobierno nacional y el sector privado? Es algo que no se puede desconocer. ¿El presidente ha enviado mensajes en los que cataloga al sector privado como élite, entre otros rótulos, como si no fueran parte del Acuerdo Nacional?
O. C.: Yo seré puente. No voy a llegar a destruir, sino a articular y a servir de puente entre los empresarios, cualquiera que sea la denominación; porque nosotros somos un organismo consultor y asesor (repito). En ese sentido, no puedo romper con el gobierno de Petro, mucho menos con el gobierno regional (Cundinamarca), cuando hay un potencial para fortalecer. La cadena alimentaria en Bogotá viene del departamento, hay que estrechar los lazos.
No habrá intereses políticos
SEMANA: ¿Cuál es su mensaje para los empresarios de la región que están inquietos con su nombramiento?
O. C.: A los empresarios de la región quiero darles un parte de tranquilidad. No venimos a nada diferente que a hacer las cosas, acertando, dentro de los marcos legales, todo sobre la mesa, dialogado, sin intereses políticos, haciendo lo que corresponde.
Con los pequeños empresarios trataremos de ser parte ese artículo del Plan de Desarrollo que mencioné. Con los grandes empresarios, ha habido dificultades en la comunicación. Yo creo que puedo servir de puente con el gobierno nacional. Esa es la idea.