EMPRESAS
Walmart se decantará por productos hechos en EE. UU. para aumentar el empleo
La empresa afirmó recientemente que podría incursionar en el sector financiero, anuncio que removió el mercado estadounidense.
La cadena de hipermercados más grande del mundo, Walmart, anunció que destinará US$350.000 millones para comprar productos “fabricados, cultivados o ensamblados” en Estados Unidos por un periodo de 10 años, como parte de su contribución a la recuperación económica de este país.
La compañía espera que la compra de esta cantidad de productos, destinados a la venta en sus locales, generaría la creación de 750.000 puestos de trabajo en Estados Unidos durante los próximos años.
A través de un comunicado, se especificó que sus esfuerzos se centrarán en seis categorías de productos principales: plásticos, textiles, pequeños electrodomésticos, comida procesada, bienes médicos y farmacéuticos, así como productos para sus propias operaciones no destinados a ventas.
El presidente y consejero delegado de Walmart, John Furner, comentó que esta iniciativa también implicará una reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) en cerca de 100 millones de toneladas métricas en la próxima década, debido a la compra de productos de cercanía, como parte de la estrategia de Estados Unidos de relocalizar las inversiones y de tener más cerca los productos de importación.
Tendencias
El anuncio llega unos días después de presentar una breve caída en sus utilidades durante 2020, cuando tuvo un beneficio neto atribuido de US$13.510 millones en su año fiscal que cerró en enero, lo que significa que tuvo una caída del 9,2 % total en comparación con el año inmediatamente anterior, cuando las ganancias llegaron a US$14.881 millones.
Pese a esto, Walmart tuvo ingresos por US$559.151 millones, un 6,7 % más que en el año anterior. En Estados Unidos las ventas crecieron un 8,5 %, llegando a US$369.963 millones, mientras que en las sucursales fuera de este país las ventas fueron de US$21.360 millones, es decir, un aumento real de solo el 1 %. La empresa dijo en su comunicación que el crecimiento en ventas se debió a la pandemia y el comercio electrónico.
Anuncios que alertaron al mercado de EE. UU.
La cadena minorista más grande del mundo causó revuelo en el sector financiero y hasta en Wall Street. Aunque solo dio el primer paso, fue recibido en realidad como un anuncio que avisa que vienen pasos de animal grande.
La minorista convocó a dos banqueros sénior del Goldman Sachs Group, para que dirijan la apenas naciente idea de abrir un banco que buscará convertirse en una ventanilla única para las necesidades financieras de los consumidores. Es decir, facilidad, simplicidad, economía, todo lo que quieren los usuarios de servicios en bancos.
Según publicación de Bloomberg, la medida generó temor en Wall Street, desde donde han insistido en que el regulador del sector financiero debe detener las iniciativas de los minoristas, de emprender caminos en la banca. La señal que envía Walmart es inequívoca. Quiere comenzar a ofrecer productos bancarios básicos a millones de consumidores, con un valor agregado: la seriedad que caracteriza a esta cadena.
El hecho de haber seleccionado a dos banqueros veteranos del Goldman Sachs da muestras de que van en serio con su intención. Omer Ismail, considerado el líder clave de los esfuerzos de consumo del prestamista en los últimos años, y David Stark, quien firmó la asociación de Goldman con Apple Inc. y supervisó sus alianzas con JetBlue Airways Corp. y Amazon.com Inc., una pareja cuyas ideas desde la experticia asegurarían una propuesta de Walmart.
El año pasado, Walmart ya había lanzado el flotador para llegar al puerto que ahora quiere conquistar. El establecimiento de una Corporación Federal de Seguros de Depósitos les allanó el camino para lo que ahora Walmart presente una solicitud de tener un banco propio.
Seguir por el sendero del sector financiero sería un nuevo músculo para Walmart, que ha tenido que lidiar con costos más altos de operación relacionados con la pandemia de la covid-19, lo que ha exigido el pago de salarios a los empleados pese a una menor demanda de servicios en sus puntos de venta, y las inversiones en el mejoramiento de la cadena de suministro, lo que se requirió para satisfacer las necesidades de los clientes en las cuarentenas.