Economía
Microfranquicias, así funciona el modelo de negocio al alcance de todos
Es este modelo de negocio el apto democratizar el emprendimiento y abrir oportunidades económicas como herramienta clave para impulsar el progreso de poblaciones vulnerables y afectadas por el conflicto en el país, según expertos.
Uno de los grandes desafíos que enfrentan las personas reincorporadas a la vida civil, las mujeres cabeza de hogar y los adultos mayores en Colombia es encontrar empleo. Según las últimas cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el desempleo en marzo de 2024 aumentó al 11,3 %, un incremento de 1,3 puntos en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este panorama hace que encontrar oportunidades laborales sea una tarea complicada.
En respuesta a esta situación, los emprendimientos han emergido como una solución clave para muchas personas, y entre estos, las microfranquicias se destacan como un modelo de negocio relevante. Las microfranquicias son versiones reducidas de las franquicias tradicionales, diseñadas para operar a una escala menor y con una inversión inicial más baja.
Para los investigadores James Pérez, candidato a doctor en Administración de Organizaciones, Ulf Thoene, profesor de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de La Sabana y Roberto García, profesor asociado e investigador postdoctoral de la Universidad de Salamanca y de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, las microfranquicias representan un modelo de negocio que puede ayudar a las personas, especialmente a aquellas en comunidades vulnerables, a salir adelante.
Estos académicos se han propuesto a educar a las personas interesadas en este modelo y a buscar apoyo en organizaciones internacionales para invertir en capital semilla y poner en marcha los negocios ideados por muchos emprendedores. Según James Pérez, “sumar esos actores ha permitido que nuestras investigaciones impacten la vida de las comunidades, especialmente las más vulnerables”. Han trabajado con mujeres víctimas del conflicto armado, firmantes de paz y población joven, facilitando el surgimiento de emprendimientos en sectores como alimentos, servicios y otros que han alcanzado la internacionalización.
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Ejemplos concretos incluyen una microfranquicia dedicada al reciclaje de aceite de cocina, un negocio de venta de arroz con leche que ha llegado a otros países de la región y una peluquería. Estos negocios han prosperado gracias a buenas prácticas administrativas y se han posicionado como propuestas de mercado innovadoras que impulsan el progreso de las comunidades. Lo que los académicos hacen busca ayudar en la creación de empleo estable, digno y formal. Actualmente, se revisa un proyecto para trabajar con las comunidades del Chocó, buscando recursos a través de la Cooperación Internacional para beneficiar a estas comunidades.
Hasta la fecha, el proyecto ha llegado a seis departamentos del país (Bolívar, Atlántico, Magdalena, Guajira, Sucre y Córdoba) e impulsado 17 microfranquicias, de las cuales diez pertenecen a víctimas del conflicto armado, cuatro a excombatientes y tres a adultos mayores. Estas microfranquicias abarcan sectores como hotelería, turismo, servicios, gastronomía y educación, con una vida promedio de ocho años y la generación de 369 empleos.
Aunque la palabra “micro” sugiere algo pequeño, las microfranquicias se diferencian de las franquicias tradicionales no solo en tamaño, sino en su enfoque social. La inversión inicial es significativamente menor: mientras que una franquicia como McDonald’s puede requerir alrededor de un millón de dólares, una microfranquicia puede costar entre 3 y 20 millones de pesos colombianos. Además, la inversión inicial puede pagarse en plazos, respondiendo a la falta de acceso al crédito y capital.
Las microfranquicias replican un modelo de negocio exitoso que ya se ha posicionado en el mercado, proporcionando al inversionista un “paso ganador” desde el inicio. Su flexibilidad y escalabilidad permiten que estas pequeñas unidades se adapten a diferentes contextos y mercados locales. A medida que el negocio crece, se pueden añadir nuevas unidades, ofreciendo a los emprendedores la oportunidad de expandirse.
James Pérez señala que muchas personas desconocen el modelo de microfranquicias y, por lo tanto, pierden una fuente potencial de ingresos pasivos a través de regalías. A nivel mundial, las franquicias tienen un 95 % de probabilidades de mantenerse en el tiempo, mientras que en Colombia este porcentaje se reduce al 75 %. Aunque las cifras sobre las microfranquicias aún están en desarrollo, se ha observado que algunas han superado el ”Valle de la Muerte” (los primeros cinco años de operación), gracias al apoyo de aliados como la Cooperación Internacional y las Cámaras de Comercio.
El desconocimiento sobre las microfranquicias en Colombia subraya la necesidad de más educación y promoción. Los investigadores hacen un llamado a la academia en fortalecer habilidades a través de diplomados y talleres, acompañando las iniciativas a corto, mediano y largo plazo y actuando como interlocutores con otras instituciones que podrían apoyar estas iniciativas. Según Roberto García Alonso, “una de las facetas más importantes es ‘evangelizar’ sobre este tipo de perspectivas”, para estructurar un macroproyecto que permita llegar a más comunidades y ofrecerles alternativas económicas.
Sin embargo, como cualquier negocio, las microfranquicias presentan desafíos y riesgos. Es crucial realizar una investigación exhaustiva y evaluar todas las opciones antes de invertir. Aun así, representan una oportunidad significativa para emprender, impulsar la innovación y el crecimiento económico en comunidades de todo el mundo, ofreciendo una vía hacia el éxito empresarial para una nueva generación de emprendedores.