SECTOR FINANCIERO
Bancos y sistema financiero: quejas se dispararon en más de 120 % en 2020
Solo por la pandemia, usuarios reportaron 50.000 requerimientos en contra de bancos y otras entidades del sector. Hay 128 procesos sancionatorios activos.
Las entidades financieras, incluyendo bancos, no fueron ajenas a un aumento de quejas y requerimientos de parte de los usuarios el año pasado, en plena pandemia.
No hay que olvidar que en redes sociales, decenas de personas reportaban inconformidades en contra de sus entidades del sector, ya fuera porque les cobraron de más o les hicieron débitos automáticos, por mencionar algunos de los ejemplos.
En términos generales, la Superintendencia Financiera confirmó que el año pasado se recibieron cerca de 196.000 inconformidades, lo que es un 122 por ciento más que en el 2019.
Del total, 25,5 por ciento estuvieron asociadas a temas de la pandemia, es decir, por cobros, usos, periodos de gracia y demás medidas tomadas. De igual forma, un poco más de la mitad se resolvieron a favor del consumidor, lo que deja a más de 45 por ciento de ‘triunfos’ de parte de los bancos y entidades del sector.
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A pesar de lo anterior, la Superfinanciera pudo atajar a ciertos bancos o establecimientos de crédito, que incumplieron las normas. Algunos cambiaron calificaciones o variaron las tasas de interés, lo cual estaba vetado durante la crisis de la covid-19.
De hecho, la entidad de control mantiene 128 procesos sancionatorios activos, que, según Jorge Castaño, superintendente Financiero, se comenzarán a resolver en los próximos días. El funcionario indicó que han tenido otras opciones para hacerle frente a estas situaciones, mientras llegan las decisiones definitivas.
Radiografía del sistema
En todo caso, aseguró que el sistema tiene un buen respaldo para las necesidades de los colombianos. “Los establecimientos, sin dudas, están capacidad de atender liquidez”, anotó y agregó que, contrario a lo que se pensaba, el año pasado aumentaron los ahorros de los colombianos.
Fue así como las personas naturales incrementaron sus recursos en cuentas en 28 billones de pesos y llegaron a 138,8 billones, mientras que las empresas los subieron en 34 billones hasta superar los 350 billones.
En cuanto a la toma de créditos, un indicador clave para medirle la temperatura a la economía, la Superfinanciera indicó que se aprobaron 2,4 millones para consumo los hogares y más de 260.000 destinados para compra de vivienda.
En el sector privado la cosa fue aún mejor. Para crédito comercial, las empresas recibieron más de 300.000 préstamos de este tipo, llegando a una tasa de aprobación de casi 84 por ciento.
Lo anterior llevó a que Colombia registre una cartera crediticia (es decir, todas las deudas en el sistema financiero) de 521,2 billones de pesos, que es 2,2 por ciento más que en el 2019 y representa cerca de la mitad todo el PIB del país.
Las cargas, eso sí, están equilibradas. Del total mencionado previamente, 242,2 billones fueron de hogares, es decir, tuvo un incremento de 8,3 billones el año pasado. Mientras que en las empresas, el alza fue de 11,2 billones para un total de 278,8 billones.
Ahora bien, es clave mencionar que la cartera en sí no es mala. Esta es una muestra de que buena parte de la población puede acceder al sistema financiero y darle un empujón a la economía, gracias a los recursos de bancos y otras entidades crediticias.
El problema aparece cuando estos préstamos dejan de ser pagados. Este indicador, conocido como cartera vencida, subió en 4,4 billones de pesos, en pleno año de pandemia. La mayor parte de este déficit de pago lo pusieron las familias, con 3 billones, aunque los saldos totales son iguales para hogares y empresas: 13 billones cada uno.
En total, esto deja al país con deudas vencidas por más de 30 días, cuyo monto supera los 26 billones de pesos, cifra que si bien puede sonar alarmante, aún no despierta preocupaciones en el sector.
¿La razón? Según el superintendente Castaño, las mismas entidades tienen provisiones (recuersos para cubrir esa cartera vencida) por casi 40 billones, lo cual le da al sistema un margen de maniobra.
“La cartera se está deteriorando, no es sorpresa, los deudores pasan por dificuultades”, agregó Castaño.