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Criptomonedas: ¿un riesgo o una alternativa de inversión? Esto dicen los expertos
Fuertes caídas, el efecto FTX por malos manejos y la pérdida de confianza impulsaron el desplome de las divisas digitales el año pasado. ¿Qué pasará en 2023?
El año pasado, las criptomonedas –lideradas por el bitcóin– perdieron más del 50 por ciento de su cotización, aunque, si se amplía el periodo hasta finales del año 2021, la desvalorización ha sido del 72 por ciento.
La incertidumbre global por la inflación desbordada, las altas tasas de interés y la volatilidad del dólar hicieron que los inversionistas fueran más cautos y se expusieran a menores riesgos con los recursos, razón que explica en parte la caída de estos criptoactivos.
Sin embargo, no es la única. La baja también se vio acentuada por el alto apalancamiento de las compañías, el fraude y el efecto sistémico creado por la fallida plataforma de intercambio de criptomonedas FTX, la cual impactó a otras empresas similares e, incluso, se espera que pueda golpear a más. El año pasado marcó el precedente de ser el ciclo bajista más largo que ha tenido el bitcóin. El último fue de 311 días y este superó los 390 días.
El caso de FTX fue particularmente icónico, pues generó un efecto dominó. Luego de una ‘corrida’ y un profundo déficit en sus cuentas cercano a los 8.000 millones de dólares, la que era considerada una de las principales plataformas de intercambio de criptomonedas entró en quiebra. Este negocio comercial virtual, en su momento, fue valorado por el mercado en 32.000 millones de dólares.
Después estalló el escándalo: a principios de este año, fiscales federales incautaron casi 700 millones de dólares en efectivo y activos relacionados con Sam Bankman-Fried, cofundador de FTX, principalmente en acciones de Robinhood, que eran propiedad de quien fue un reconocido emprendedor.
Tres cuentas estaban en Silvergate Bank y tenían dólares estadounidenses a nombre de FTX Digital Markets, una subsidiaria de las Bahamas, reportó en su momento CNBC.
También se vincularon 19 propiedades avaluadas en más de 121 millones de dólares que tenía la compañía de Bankman-Fried en Bahamas.
Tras la caída de FTX, otra plataforma gigante, Binance, empezó a registrar preocupaciones: sus usuarios retiraron cerca de 1.350 millones de dólares en bitcoines, según el medio especializado CoinDesk.
Las reservas de bitcóin, ether y stablecoins de distintas plataformas cayeron a los niveles más bajos desde 2018, según datos de la firma analítica CryptoQuant, recogidos por la agencia Bloomberg. Se impactaron firmas como Quantia, Genesis y BlockFi, entre otras.
Esta situación ha hecho que, de acuerdo con la encuesta de Dinero entre distintos analistas, para la mayoría constituya una alternativa de inversión con riesgo alto y con muchas inquietudes alrededor de su operación, en medio de un mercado que aún no está regulado y es altamente especulativo; incluso lo comparan con una apuesta en un casino. Además, no se cuenta con la información suficiente para incluir esta alternativa de inversión dentro de portafolios que, agregan algunos encuestados, cumplen los criterios de seguridad, rentabilidad y liquidez.
Según Fénix Valor, “para muchos siguen siendo basura sin un soporte real, más allá que una expectativa tecnológica, que podría no cumplirse”.
Por su parte, en Bancolombia consideran que las criptomonedas enfrentan en estos momentos algunos interrogantes frente a su funcionamiento. De hecho, la tesis de que su comportamiento estaría desligado de los mercados financieros tradicionales se vio invalidada con las correcciones evidenciadas durante los últimos años. “Así, la perspectiva de activo refugio se elimina y permanece una de ser un activo de riesgo más. En este sentido, el atractivo se desdibuja un poco, entendiendo que encontramos retornos muy atractivos en activos mucho menos riesgosos, mientras que las preocupaciones sobre la sostenibilidad de las criptomonedas, la usabilidad de las mismas y la seguridad de los wallet se mantienen en constante duda. Esto enfrenta al activo a un gran escenario de volatilidad, en un entorno aún de desconocimiento y que sin un fundamental claro muestra una relación riesgo-retorno completamente abstracta y ligada a la especulación”.
En el Grupo Bolívar, aunque no hacen un seguimiento detallado de las criptomonedas, no consideran que tengan un valor fundamental claro: “Este tipo de inversiones se comportan más como un activo especulativo. Son activos cuyo valor depende exclusivamente de la confianza del inversionista. En 2023 se deberá empezar a regular a nivel mundial este tipo de activos para evitar su uso en la financiación del narcotráfico, lavado de activos y evasión fiscal. Esto disminuirá su demanda”.
Solo la firma Elemento Alpha considera a las criptomonedas como una alternativa. “La inflación, la fortaleza del dólar y el aumento en la desconfianza a las instituciones han hecho que los agentes económicos se desplacen a opciones como lo son las criptomonedas, además de que los comercios a nivel mundial ya las están viendo como un medio de pago”, advierte.
El escenario
A pesar de la destorcida de las criptomonedas en los últimos años, el inicio de 2023 parece mostrar otro horizonte. Para Alejandro Beltrán, representante del exchange Buda, la expectativa de nuevos cierres de empresas cripto ya está descontada en el precio mínimo del bitcóin, cercano a los 16.000 dólares, por lo que arranca un 2023 con un alza superior al 23 por ciento. “Si bien creemos que es un escenario positivo para una potencial valorización, consideramos que el ritmo de crecimiento del precio del bitcóin puede ser menos acelerado que en años anteriores”, agrega.
Además, el anuncio de grandes jugadores del mercado de capitales de una mayor exposición a estos activos despierta interés. Como asegura Beltrán, recientemente, BlackRock –el fondo de inversiones más grande del mundo– anunció una inversión cercana a los 15.000 millones de dólares en bitcoines, lo que genera una expectativa frente a una potencial valorización de largo plazo.
Se esperan movimientos en materia regulatoria en el planeta, con mayores cargas normativas para la industria, pero también más claridad jurídica para los actores del mercado. En efecto, el mercado en Colombia está a la expectativa de los requisitos que exigirán las autoridades de vigilancia y el Gobierno a los actores de la industria para fortalecer la protección al consumidor, la gestión de riesgo y la seguridad informática.
También avanza en el país a tercer debate el proyecto de ley de plataformas de intercambio de criptoactivos, que se cursará en el Senado este año .