Este jueves, el dólar en Colombia se mantuvo a la baja y se puso más barato

El precio del dólar en Colombia volvió a caer en su cotización este jueves -9 de febrero- y cada vez se pone más barato en el mercado local de divisas, lastrado por la calma que regresa entre los inversionistas extranjeros y las recientes declaraciones del Director del Banco de la República, quien habló sobre la realidad del peso colombiano y sobre las causas de la incertidumbre que actualmente afecta la confianza de los analistas y expertos que hacen parte de este mundo.

De acuerdo con la Bolsa de Valores de Colombia, la moneda oficial de los Estados Unidos terminó con un último precio de 4.733 pesos, el cual marca un retroceso de 27 pesos respecto a los registros de cierre del pasado miércoles, cuando quedó en 4.760. Si bien los movimientos de esta moneda muestran varios intentos de repunte a lo largo del día, por ahora todos los niveles se ubican en terreno negativo.

Así mismo, a lo largo de la jornada se movió con un precio promedio de 4.742 pesos con 16 centavos, cayendo de esta forma 27,85 pesos respecto a la Tasa Representativa del Mercado fijada para hoy por la Superintendencia Financiera en 4.769 pesos con 85 centavos. De esta forma, ya son más de 50 pesos los que ha retrocedido esta divisa desde el pasado lunes, cuando incluso se acercó por encima de la barrera de los 4.800 pesos, impulsado por los datos de desempleo que se conocieron en Estados Unidos.

“Amanecemos con los mercados con algo de indecisión y tratando de encontrar dirección y razones para tomar un rumbo claro en los próximos días, luego de los discursos de algunos miembros de la Reserva Federal y los datos que se conocieron la semana pasada que agregaron algo de incertidumbre. Por un lado, se dice que las tasas seguirán subiendo de forma agresiva y por el otro se escucha que las cosas van mejorando y debido a esto, por ahora no se aprecia un camino claro”, dijo Juan Eduardo Nates, analista de Credicorp Capital.

Factores como la guerra en Ucrania, la crisis por el covid-19 en China, la inestabilidad del mercado petrolero y el reciente terremoto en Turquía, amenazan la estabilidad financiera y elevan del riesgo de que se dispare nuevamente la inflación, por lo que la demanda de activos refugio como el dólar ha crecido paulatinamente durante los últimos días, llevando a que esta divisa ponga contra las cuerdas a pares como el euro, la libra esterlina y el yen japonés.

Revisando otros reportes entregados por el dólar a lo largo de esta jornada, vale la pena destacar que alcanzó máximos de 4.672 pesos, mientras que su nivel más bajo quedó en apenas 4.726. Si bien la tendencia ha sido a la baja durante los últimos cuatro días, todavía el nerviosismo entre los inversionistas no deja que regrese a la barrera de los 4.600 pesos y lo mantiene en niveles considerados como altos por los analistas y expertos.

En el contexto local, la noticia del día corre por cuenta de las recientes declaraciones del director del Banco de la República, Leonardo Villar, quien reconoció durante su discurso en el 25° Congreso de Tesorería, organizado por Asobancaria que efectivamente las tasas de interés han subido de forma drástica en el último semestre y que gran parte de las razones por las que el peso colombiano se ha depreciado recientemente están relacionadas con las presiones inflacionarias que vive actualmente el país.

“Con cifras al día de ayer la depreciación del peso colombiano en los últimos doce meses superaba el 20 % y en los últimos dos años se acercaba al 35%. Esta última cifra, es 35%, contrasta con apreciaciones nominales para el mismo periodo en las monedas de Brasil, México, Costa Rica y Uruguay. En el caso de Chile se observa una depreciación, pero mucho más baja que la colombiana, de 9,2 %”, indicó.

Uno de los puntos que más llamó la atención en lo dicho por Leonardo Villar, durante su intervención en el evento de Asobancaria, fue aquel en el que sostuvo que la depreciación del peso “puede explicarse, en parte, por el deterioro relativo de la solidez fiscal de nuestro país”, generada por factores por incertidumbre frente al futuro de la exploración y la explotación de hidrocarburos y de carbón, los cuales han mantenido una vulnerabilidad grande en la tasa de cambio.