Finanzas
Los grandes retos de los inversionistas y empresarios en Colombia con una inflación superior al 10 % y una devaluación del peso colombiano del 24 %
El 81% de las grandes empresas del país aún no tiene un vehículo formal para inversión en emprendimientos de alto impacto, según la ANDI.
Los inversionistas en Colombia han padecido incertidumbre de cara al panorama que vive el país en materia económica. Por una parte, el DANE reveló que la inflación anual de octubre quedó en 12, 2%, una cifra que no se registraba desde hace 23 años, y por otro lado, el precio del dólar ya tocó los 5.000 pesos y se resiste a bajar, según analistas.
Estos cambios impactarán a diferentes sectores de la sociedad. Uno de los que más deberá asumir retos será el empresarial, pues no solo deberá desarrollar propuestas más innovadoras, como respuesta a todo lo que pasa en el contexto macroeconómico global, sino deberán ajustarse al complejo entorno nacional de altos impuestos, alta inflación y fuerte devaluación.
El panorama tributario, sumado a la inflación por encima del 10% y a una devaluación del peso colombiano frente al dólar que supera el 24,8%, convirtiéndola en una de las 3 monedas más devaluadas en Latinoamérica, genera un entorno supremamente volátil, incierto, complejo y ambiguo (conocido como contexto VUCA) que plantea grandes desafíos a la hora de tomar decisiones estratégicas de operación e inversión en las empresas.
Sin embargo, es bien conocido que de las grandes crisis emergen grandes oportunidades, pues las personas cambian, y así mismo lo hacen sus necesidades y problemas, abriendo espacio para nuevas propuestas de valor e innovaciones.
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“Resulta evidente que es bajo este panorama complejo que estamos viviendo donde la innovación y el emprendimiento, especialmente el emprendimiento corporativo, cobran suma relevancia y se convierten en una oportunidad para que las empresas se atrevan a invertir en nutrir sus ventajas competitivas del presente y desarrollar las del futuro, aprovechando las nuevas posibilidades que se derivan de todo este maravilloso, pero doloroso caos”, afirma Sebastián Castrillón, inversionista colombiano.
Este llamado a invertir en innovación en tiempos de crisis es complicado de asimilar, pero se hace evidente su importancia con las cifras actuales del sector empresarial.
De acuerdo con el último informe entregado por la ANDI, si bien el 81% de las grandes empresas del país aún no tiene un vehículo formal para inversión en startups (emprendimientos de alto impacto), existen al menos 31 fondos de capital de riesgo corporativo (conocido como CVC - Corporate Venture Capital) formalmente estructurados que invirtieron más de USD 3,7 millones en startups durante el último año para llevar adelante proyectos de innovación corporativa, incluyendo algunos intraemprendimientos. En tiempos pre-pandemia, es decir, “pre-crisis”, esta cifra era inferior a 10 fondos.
A su vez, desde Estratek reportaron la administración de más de USD 3,5 millones de dólares de inversión corporativa en proyectos de intraemprendimiento con los que se generaron más de 38,5 millones de dólares en ganancias en los últimos 3 años para aquellas empresas que han apostado por capitalizar las nuevas oportunidades que plantearon en su momento la pandemia del COVID 19, los estallidos sociales de 2021, las crisis de los contenedores y materias primas, entre otros; demostrando que este tipo de inversiones pueden generar retornos importantes en el mediano plazo con transformaciones profundas de largo plazo en los modelos de negocio.
Bien reza el dicho que “en tiempos de lluvia, algunos corren a esconderse y otros salen a vender paraguas”, lo que indica que es ahora cuando las compañías colombianas deben, en lugar de replegarse, apostar por desarrollar proyectos de innovación, por intraemprender nuevos negocios que sirvan a nuevos segmentos y por colaborar con emprendedores para crear más valor y tejido empresarial, todo con el objetivo de estar a la altura de las necesidades cambiantes que se requieren en el mercado.
“Es importante que el empresariado colombiano decida utilizar toda esa inercia macroeconómica adversa en su favor para reinventarse, hallar nuevas rutas de crecimiento, diversificar el portafolio de productos y servicios, abrir líneas de negocio nuevas, aprovechar materiales que se subutilizan, conquistar nuevos mercados para beneficiarse de la devaluación, y muchas otras formas posibles para seguir creciendo y transformarse a través del intraemprendimiento, una práctica, que ya se viene extiendo en el ecosistema empresarial colombiano durante los últimos años”, concluyó Castrillón.