Deudas
Más colombianos se declaran en quiebra y buscan acuerdos con sus acreedores | ¿Qué está pasando?
A noviembre de este año ya se superaron todas las solicitudes del año pasado. Personas cabeza de familia son las que más usan esta figura. Caldas registra mayor aumento en número de procesos.
Desde 2012, los colombianos de a pie pueden recurrir a una figura similar a la que usan las empresas cuando están ahogadas en deudas para buscar algún tipo de acuerdo y poder seguir produciendo. Se trata de un mecanismo similar al que han usado recientemente compañías como Avianca y Justo & Bueno. Lo que se busca es evitar una liquidación y que tanto personas, como empresas, ajusten sus cuentas y retomen su camino.
Tras la creación de la insolvencia para personas naturales no comerciantes, 8.000 colombianos se han acogido a ella, pero con la pandemia esos números han venido en ascenso, bien sea porque algunos con problemas financieros vieron cómo estos se agudizaron durante la crisis sanitaria o bien porque las cuarentenas significaron una debacle financiera de la cual muchos colombianos aún no se han podido recuperar.
El informe Perspectivas de endeudamiento en Colombia 2021 de la firma Insolvencia Colombia, que realiza un análisis estadístico para medir el impacto financiero de las personas naturales en medio de la pandemia, señala que pese a la reactivación económica, entre enero y noviembre 2.500 ciudadanos se declararon en bancarrota, una cifra superior a la de todo 2020 (que fue 2.236 personas) y de todo 2019 (2.349).
Pero el informe no solo da cuenta de un aumento en las insolvencias de personas naturales, sino también de una disminución de 15 % en los acuerdos de pago con los acreedores, al tiempo que subieron las personas que al no encontrar otra opción terminan haciendo una liquidación patrimonial (quiebra). “Esto se debe principalmente a que, por el impacto económico que aún sigue teniendo la pandemia, las personas no tienen forma de responder a acuerdos de pago y prefieren liquidar su patrimonio y saldar las deudas definitivamente”, explica Luis Benítez, director de Insolvencia Colombia, una de las firmas pioneras en este tipo de trámites en el país.
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Más hombres que mujeres
Igualmente, las estadísticas evidencian que al momento de buscar ayuda financiera y utilizar el procedimiento de insolvencia son los hombres entre 45 y 50 años los que más acuden a este recurso, mientras que entre las mujeres son aquellas de entre 50 y 55. Esto también se entiende debido a que son los ciudadanos cabeza de familia o que tienen personas a su cargo los que más acudieron a los trámites de insolvencia (71,29 % del total).
Si bien el estudio de Insolvencia Colombia reveló que por regiones del país, Bogotá, Valle del Cauca y Antioquia concentran la mayor cantidad de declaraciones de quiebra (54 % del total de 2021), son otras regiones las que registran más aumentos en personas que se acogen a esta figura. Es el caso de Risaralda (181 % más insolvencias que en 2020), Huila (118 %), Santander (541 %), Nariño (433 %) y Caldas (877 %).
En cuanto al patrimonio de quienes se declaran en bancarrota, 24,65 % tienen entre 50 y 100 millones de pesos y 23 % entre 100 y 200 millones. El grupo más pequeño es el de los colombianos con patrimonio de más de 300 millones, solo 5,35 % del total.
¿Cómo funciona?
La Ley establece que mientras una empresa ni siquiera tiene que estar en mora para acogerse a la insolvencia, en el caso de las personas naturales para usar esta figura deben tener por lo menos la mitad de sus deudas con un retraso en pagos de más de 90 días.
En Insolvencia Colombia explican que acogerse a este beneficio protege al deudor, pues ya los acreedores dejan de perseguirlo judicialmente. Si ya tienen un proceso de embargo queda suspendido o se evita su inicio. No obstante, la Ley no establece que les tienen que condonar deuda, capital o ampliarles el plazo de pago, eso depende del acuerdo al que lleguen con los acreedores y cada caso es particular.
El proceso tiene dos fases: la primera consiste en la negociación de deudas, que dura 60 días hábiles, prorrogables a otros 30 días adicionales, es decir, puede durar entre tres y cuatro meses y medio. La segunda fase se da si la persona no llega a un acuerdo, se pasa entonces a una liquidación patrimonial ante un juez. Este proceso toma más tiempo y puede durar entre tres y cinco años
¿Qué viene?
Para 2022 se estima que se mantenga la tendencia creciente de colombianos declarándose en bancarrota no solo por la situación económica, sino porque más gente conocerá esta figura. Por eso, en Insolvencia Colombia estiman un incremento de solicitudes del 10 %.
“La apropiación de medios tecnológicos de notarías, centros de conciliación y hasta de los usuarios de la Ley ha comenzado a cambiar lo que antes era un cuello de botella; por el contrario, ahora, al facilitarse los procedimientos de negociación de deudas estamos viendo cómo algunas regiones comienzan a hacer procedimientos de insolvencia con mayor regularidad y con mejores resultados para las partes”, agrega Benítez y añade que las solicitudes de insolvencia se convertirán en una herramienta para tener mejor estabilidad económica en los hogares.