COMERCIO EXTERIOR
Nada detiene el poder de China en la región | Estos avances lo demuestran
La congresista Paloma Valencia recuerda que Colombia, Ecuador, Surinam y Guayana Francesa son los únicos países suramericanos que tienen como socio comercial más grande a EE. UU., los demás intensifican el comercio con China.
China se convirtió en las dos últimas décadas en el ‘nuevo mejor amigo’ de América Latina. El poder y dinero del gigante asiático se ha materializado al convertirse en el principal socio comercial de la mayoría de los países.
Solo un puñado de naciones, entre ellas Colombia, mantiene a Estados Unidos como el principal socio comercial.
Estados Unidos, tibio para frenar a China
Estados Unidos ha sido muy ‘tibio’ en su estrategia para frenar el avance chino en la región. La principal potencia económica del mundo, por ahora, concentra su agenda internacional en Israel y lo que pueda pasar en Oriente Medio.
Tendencias
La senadora del Centro Democrático tocó este espinoso tema con un trino que, poco tiempo después, ya tenía decenas de comentarios.
Colombia, Ecuador, Suriman y Guayana Francesa son los únicos países suramericanos que hoy tienen como socio comercial más grande a EEUU, los demás hoy tienen más comercio con China. pic.twitter.com/3nBhu5Eyda
— Paloma Valencia L (@PalomaValenciaL) August 18, 2021
Colombia no ha estado en el llavero chino
Está claro que en las últimas décadas Colombia no ha estado entre los destinos más atractivos para el capital chino.
Sin embargo, la historia parece estar cambiando. La segunda potencia mundial y, además, el país comunista más poderoso en la actualidad, desembarca en todas partes del planeta con un ‘ejército’ sin soldados, materializado en billonarias inversiones y proyectos, en especial de infraestructura y energía.
En octubre de 2019, poco antes de que la pandemia se tomara el mundo, los titulares de prensa en el país, anunciaron dos movidas y proyectos estratégicos que sacudieron el panorama de los grandes negocios.
Apenas unos días después, en un proceso adelantado por el Ministerio de Minas y Energía, dos firmas con capital chino se quedaron con varios contratos para instalar 2.250 MW de energías renovables no convencionales; es decir, en especial proyectos eólicos y solares.
Asimismo, los chinos desarrollaron una termoeléctrica en el Cesar de más de 1.000 MW y firmas de ese país estuvieron detrás de la fabricación de los los buses eléctricos para el Sistema Integrado de Transporte Público en Bogotá.
China sí se mueve en el país
Todo esto, sin olvidar otras movidas ya conocidas: el desarrollo que está haciendo Chec de la concesión de 4G Mar 2, la presencia al país de DiDi –la popular aplicación de transporte compartido–, la presencia algo venida a menos de Huawei –fabricante de teléfonos inteligentes y líder en el desarrollo de redes y tecnología– y la compra a nivel mundial de Old Mutual –que participa del negocio de pensiones y cesantías en Colombia– que hizo la china CMIG International.
En solo 4 años la presencia de empresas chinas se ha cuadruplicado. De 20 firmas han pasado a unas 80, según datos de la Cámara Colombo-China.
Estas transacciones de negocios de grandes ligas parecen jugadas en el ajedrez geopolítico. En efecto, China busca mantener y consolidar su presencia en la región vía proyectos, especialmente energéticos, y vía créditos a países como Venezuela y Ecuador, entre otros, aunque en los últimos años su papel se ha reducido.
Para ello aprovecha la relativa ausencia de Estados Unidos, que no parece darle prioridad a la agenda de América Latina, salvo el tema de la crisis venezolana.
Los movimientos
El comercio sigue teniendo dinamismo y China es el primer socio comercial de varios países de la región. Pero la inversión extranjera directa y las finanzas chinas han desacelerado en América Latina.
Según el Centro de Políticas de Desarrollo Global, citado en un artículo de Project Syndicate escrito por Margaret Myers –directora del programa de China y América Latina en el Diálogo Interamericano–, las fusiones y adquisiciones y los proyectos nuevos disminuyeron de un nivel récord de US$17.500 millones en 2017 a solo US$7.600 millones en 2018.
Los proyectos greenfield ascendieron a solo US$1.600 millones en 2018, el nivel más bajo desde 2006. Y los bancos de fomento chinos, el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e Importación de China, emitieron a los gobiernos de América Latina niveles de financiación comparativamente bajos.
Mueven mucho dinero
Entre estas movidas más grandes de China en la Región están: los US$16.000 millones invertidos en Brasil para quedarse con el 40 % de la generación eléctrica o la compra de casi el 30 % de Transelec, la principal firma de transmisión de energía de Chile.
Las inversiones de China en Colombia no han sido muy altas. Según el Banco de la República, durante 2018 los flujos de inversión extranjera directa de China en Colombia ascendieron a US$32,2 millones, 0,3 % más con respecto a 2017.
En el periodo 2000 a 2018, China registró un flujo de inversión extranjera directa acumulado en Colombia de US$243,9 millones, en la posición número 32 entre los países que invierten en nuestro país.
El Metro de Bogotá ha copado durante más de 70 años las frustraciones de los bogotanos que ahora tienen sus esperanzas puestas en el dragón asiático. Esta semana iniciaron las obras en el patio taller. En obras y compra de trenes habrá inversiones por $16,4 billones. Por eso, sumado al costo de los créditos, podría valer más de $22 billones, que a dólares de hoy superaría los US$7.000 millones.