Sostenible Especiales
Oportunidades en zonas afectadas por la violencia
La conectividad de los mercados es la manera más eficiente y sostenible de generar prosperidad. Y aunque en el país hay avances en este frente, se necesita profundizar más el trabajo en cadenas de valor.
En los años que llevo trabajando con el sector privado en Colombia, he visto que tiene algo único. Aquí las empresas enfrentan, además de la pandemia, protestas y conflicto, y al mismo tiempo se mantienen positivas y continúan invirtiendo.
En la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) trabajamos con muchas micro, pequeñas y medianas empresas de zonas afectadas por el conflicto, y me pregunto: ¿conocemos todos los retos que enfrentan y las oportunidades que existen en estos municipios?
Entre enero y marzo de 2021, junto con Jaime Arteaga & Asociados, Usaid/Colombia desarrolló un estudio para entender las condiciones locales que enfrentan en el país unas 600 micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que están ubicadas en zonas afectadas por la violencia.
Después de más de un año de pandemia, la mitad de las 600 compañías encuestadas están satisfechas con sus ventas, y 70 por ciento de ellas confía en que su operación va a aumentar. Teniendo en cuenta que la creación de empresas ha desacelerado y muchos negocios han cerrado, estas firmas se mantienen positivas y nos dan esperanza.
Tendencias
Sabemos que la conectividad de los mercados es la manera más eficiente y sostenible de generar prosperidad, pero vale la pena preguntarse ¿cómo está sucediendo esto entre mipymes en estas geografías? El resultado nos sorprendió. Alrededor de 65 por ciento de los empresarios encuestados venden productos en los municipios donde residen, aunque solamente el 38 por ciento compra los insumos allí.
Trabajamos con empresas locales y las cadenas de valor de compañías más grandes, como Casa Luker, Federación Nacional de Cafeteros (Fedecafé) y Colanta, entre otras, que permiten la conexión con el mercado nacional e internacional. Estamos hablando de productos cultivados por los campesinos en zonas de conflicto, que exportan a mercados de Europa o Estados Unidos o que se venden en supermercados y restaurantes de todo el país. Seguiremos fomentando esas conexiones que, además, cuentan con prácticas ambientalmente responsables como parte fundamental de la sostenibilidad. Sin embargo, existe una gran oportunidad de fomentar aún más las compras locales y la producción de insumos dentro de los mismos municipios.
Los empresarios enfrentan algunas barreras en las zonas afectadas por la violencia, como los costos elevados de transporte y la compleja logística; así mismo, la formalización laboral y el escaso acceso a los servicios de tecnología y conectividad. Este último aspecto se ha convertido en una necesidad apremiante para comunicarse y acceder a los mercados por medio de opciones que cada día tienen más vigencia, como es el caso particular del e-commerce.
Esta barrera de la conectividad la vemos como una oportunidad que nos llevó a crear una alianza con el sector privado. En el marco de un programa de la División de Tecnologías del Gobierno de los Estados Unidos, creamos una alianza con Microsoft Colombia llamada Mujer Rural, Agente de Transformación Digital, que busca llevar la educación digital y la conectividad a las mujeres emprendedoras de Tumaco y del Bajo Cauca.El enfoque de esta alianza son básicamente las micro y pequeñas empresas del país operadas por mujeres, que ahora podrán acceder al sistema financiero digital y a los distintos mercados por internet.
La pandemia y las protestas sociales que hemos presenciado por semanas nos presentan la oportunidad de encontrar nuevas maneras de trabajar con las compañías que alinean sus negocios con el desarrollo local. Por eso seguiremos trabajando con el sector privado en estas regiones, apoyando las oportunidades y los retos que enfrentan con tanta resiliencia...