Economía
Standard & Poor’s también le rebaja la calificación a Bogotá
Con ello, la capital del país también pierde el grado de inversión, lo que se traducirá en mayores costos para acceder al mercado de créditos externo.
Días después de que la deuda soberana perdiera el grado de inversión por parte de la firma calificadora Standard & Poor’s, ahora el turno es para Bogotá. La decisión de la calificadora es reducir la nota de la capital del país de BBB- con perspectiva negativa, a BB+ con perspectiva estable, perdiendo así el grado de inversión.
“La reducción de la calificación internacional, al Distrito, se debe, en consecuencia, a su condición de ente sub nacional, pues no puede superar la que acaba de reducir la firma calificadora a la Nación”, indicó un comunicado de la administración distrital.
A pesar de ello, la Secretaría de Hacienda de la ciudad, indicó que mantiene el perfil crediticio individual (SACP, por sus siglas en inglés) de Bogotá en ‘BBB-’. Así mismo, el Distrito mantiene su calificación AAA en el mercado local.
Para algunos analistas era de esperarse que la ciudad perdiera el grado de inversión, teniendo en cuenta que la Nación respalda algunas de las acreencias de Bogotá.
Tendencias
Puede haber presión sobre tasas de interés
El director de estudios económicos de Davivienda, Andrés Langebaek, aseguró este jueves, durante un foro sobre infraestructura, que al perder el grado de inversión, en Colombia habrá una mayor presión sobre la banca local para financiar proyectos.
En ese sentido, se prevé que las tasas de interés también se incrementen, debido a la mayor demanda de dinero.
Así las cosas, el Distrito también tendrá que ajustarse a esa nueva realidad, en la cual, los proyectos de infraestructura e inversión mejor estructurados (legal, técnica y financieramente) tendrán más oportunidades para acceder a los créditos.
No hay que olvidar que Bogotá está en medio del mayor plan de inversión en la historia, pues casi todo su presupuesto se dispone para ello. Aunque la primera línea de metro ya está contratada y su esquema de financiación parece asegurado, la obra apenas inicia el próximo mes, mientras que los desembolsos iniciales de la Nación y Distrito están previstos para 2022 y 2023.
Habrá que ver si hay mayores novedades con las tasas de interés del cupo de endeudamiento del Distrito o en la tasa de cambio del dólar. Analistas prevén que la pérdida del grado de inversión espantará los dólares del país, lo que derivaría en una devaluación del peso.
El Distrito también prevé realizar aportes para el Regiotram de occidente, la construcción de la troncal de la 68, la ampliación del TransMilenio en la Autopista Sur hasta Sibaté y ampliación de la Avenida Caracas hasta el portal de Usme, obras ya contratadas pero que apenas inician obra este año.
¿Qué viene en fila para contratar?
Por el lado de la Nación se prevé -este año- la contratación de proyectos como la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) sur (junio o julio de 2021); la ampliación de la Autopista Norte, entre la 170 y la calle 232.
Por su parte, el Distrito tiene en ciernes una licitación en 2022, para mejorar la movilidad en la carrera Séptima.
Aunque una buena parte de las obras se financiarán con presupuesto y otras con regalías, está claro que la pérdida del grado de inversión dificultará los cierres financieros de estas obras y alejará a uno que otro constructor de las licitaciones al no cuadrar los números.
En un tercer lote están los proyectos anunciados por la alcaldesa Claudia López en una rueda de prensa de hace un par de meses. Estos apenas inician su camino con la elaboración de diseños iniciales y búsqueda de presupuesto.
Hablamos de la extensión de la primera línea de metro de la calle 72 con Caracas hasta la calle 100, en donde se conectaría con la recién contratada troncal de la 68.
Dichos estudios de factibilidad serán elaborados por la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), entidad que también fue encargada por el Distrito para la factibilidad de la segunda línea de lmetro que llegaría hasta Suba y Engativá.
López también anunció dos nuevas líneas de trenes ligeros, similares al Regiotram de Occidente, y que en otros países se denominan trenes de cercanías.
Pero no solo es un tema que dificulta el financiamiento de infraestructura de transporte. La alcaldesa Claudia López ha dejado claro -en los últimos días- que redirigirá parte del presupuesto en ayudas sociales.
La administración tendrá que reconfigurar las prioridades de inversión para que el dinero alcance y se logre la financiación externa.
Entre tanto, en el país se está la expectativa de que la firma calificadora Fitch tome una decisión frente a la calificación de deuda soberana.
La mayoría de analistas prevén que esta firma estadounidense se alineará con Standard and Poor’s. En ese caso, se podría afectar -en mayor medida- la tasa de cambio, y por esa vía, las tasas de interés bancarias.