Economía
Analistas esperan que las tasas de interés no suban del 13.25%, con miras al anuncio del Banco de la República
En su último informe, el Centro de Estudios Económicos - Anif reveló las expectativas que manejan los expertos al finalizar junio.
Dentro de poco, el Banco de la República dará a conocer la cifra de la tasa de interés con corte a la mitad del año. Los expertos del Centro de Estudios Económicos - Anif dieron a conocer sus proyecciones y lo que podría venir.
De los 16 analistas que respondieron el sondeo (cuatro centros de investigación, cinco bancos locales, un banco extranjero, tres comisiones de bolsa, un gremio, una fiduciaria y una AFP), 15 consideraron que la tasa de interés se mantendrá inalterada sobre el 13,25 %. Solamente uno de los analistas consideró que la cifra bajará 25 pb, pero considerando que luego se mantendrá en estabilidad. A nivel general, lo esperado es que el valor esté tal y como está, sin ninguna variación.
Siguiendo con la línea de tendencia presentada en abril, las expectativas frente a la inflación se mantienen en caída, tal y como lo expone la Encuesta de Analistas Económicos del Banco de la República. Las expectativas de inflación mensual han caído desde un promedio de 1,61 % en enero hasta lo corrido en estos meses.
No obstante, los agentes del mercado siguen a la espera de que la inflación se mantenga desanclada del objetivo del Banco de la República, el cual es del 3 % anual en el mediano plazo. La proyección de los expertos es que la inflación se ubique en 9,04 % anual para diciembre de este año y 5,13 % al finalizar el 2024. Estas perspectivas se fundamentan en factores locales y externos, que de seguirse moderando podrán consolidar el prospecto de un techo en la inflación, y abrir la posibilidad a una política monetaria menos restrictiva.
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La variación en el nivel de precios de mayo a nivel local alcanza el 12,36 % anual, lo cual muestra una tendencia de desaceleración mantenida desde marzo. La inflación se ha moderado a partir del retroceso del precio de los alimentos, aspecto que el año pasado fue uno de los que más contribuyó en las presiones alcistas.
El protagonismo de los alimentos ha sido reemplazado por los servicios y los bienes regulados, con divisiones como el transporte (1,19 % mensual) y el alojamiento (0,92 % mensual) liderando las presiones inflacionarias en 2023. Los expertos apuntan a que se modere el efecto de indexación, presentado tradicionalmente en los primeros cinco meses del año. La perspectiva es que consolide la senda en caída en la aceleración de precios para lo que resta del año.
Otra expectativa que tienen los expertos radica en la contracción del índice de precios al consumidor (IPP), especialmente en la clasificación de productos para el consumo interno (-1,2 % mensual para mayo).
Si bien ha habido indicios de desaceleración en materia inflamatoria, los expertos afirman que todavía hay retos importantes que la Junta del Banco de la República deberá ponderar al momento de tomar su decisión frente a la política monetaria.
Por un lado, está el precio de la gasolina, el cual ha subido en los últimos tiempos más de 2.000 pesos para corregir el déficit inducido por el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC). El resultado es que podría afectar directamente al rublo de transporte y otros con costos de producción.
Desde otro punto, el inicio del fenómeno de El Niño tendrá incidencia de cara al segundo semestre del año, influyendo principalmente en el control del nivel de los precios, generación de energía y producción agrícola.
Estos factores de riesgo podrán desincentivar al Banco de la República a relajar demasiado rápido sus tipos de interés. No obstante, se debe tener en cuenta el efecto rezagado que la política monetaria contractiva ha tenido sobre la dinámica económica en el país, con el fin de evitar sobreajustes que induzcan temores de una desaceleración excesiva.
Otras aristas para tener a consideración por los expertos son el encarecimiento del crédito, junto con el alto nivel de precios e incertidumbre frente a la posibilidad de contracción económica global y local. Estos factores han ocasionado la disminución en la demanda de crédito de los agentes de la economía. Con corte a marzo, la cartera de crédito mostró una desaceleración en su crecimiento, sostenida por la cartera de consumo.
Con base en las cifras de la Superintendencia Financiera, esta es la tasa de crecimiento más baja en los últimos años y la primera desde 2021 que tuvo una variación negativa de -1,3 %. Los expertos aseguran que la Junta Directiva del Emisor no ignora este fenómeno, debido a que, en su última reunión, se consideró este efecto con respecto al comportamiento del Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE), el cual fue de -0,8 % en abril.
Respecto al contexto externo, la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos optó en su reciente reunión de junio por mantener estable su tasa de interés de intervención, quedando en un rango entre 5 y 5,25 %. La razón de esto tiene que ver con la inflación, la cual quedó ubicada por debajo de las expectativas en mayo y disminuyó en comparación con abril.
La tasa de interés de política monetaria de FED está por encima del nivel de precios, lo cual ha permitido la pausa del ciclo alcista sobre el sistema financiero, consumidores y mercado bursátil. En ese orden de ideas, un relajamiento en su política monetaria puede inducir en una contracción de los bonos de tesoro de Estados Unidos, reduciendo consecuentemente la presión para que el Emisor imponga nuevas subidas de tipos con el fin de mantenerse competitivo en la atracción de capitales a nivel internacional.
El peso colombiano se ha revaluado frente al dólar en el último tiempo, siendo un escenario optimista que ha disminuido las presiones inflacionarias en Colombia expuestas por el precio de importaciones de consumo y materias primas. Empero, la prima de riesgo en el país sigue creciendo a un mayor ritmo que en otros países, lo que hace los activos locales más sensibles a cambios en el apetito de riesgo de los inversionistas y a factores externos como el precio del petróleo, los temores de recesión y las decisiones de bancos centrales a nivel global.
Por otro lado, el Banco de la República también tiene presiones desde Europa, concretamente con el Banco Central Europeo (BCE). Contrario a lo esperado con FED, los analistas consideran que habrá una postura restrictiva. Para junio, BCE subió los tipos de interés, alcanzando el 4 %, el nivel más alto de lo que va de milenio. Si bien hubo señales de desaceleración de la inflación, el Banco aumentará las cifras para el mes que viene.
A diferencia de Estados Unidos, la perspectiva con Europa tiene más incertidumbre para los expertos. Se espera que la inflación ceda y los temores de recesión hagan presencia, proyectando que los bancos centrales moderen su política monetaria para el segundo semestre de 2023.