ANH presenta nuevo plan de desarrollo para la transición energética: estos son los cuatro pilares

Hace algunas semanas, la Agencia Nacional de Hidrocarburos presentó oficialmente las reservas de gas y petróleo con las que cuenta el país con corte a diciembre de 2023. El dato fue preocupante, pues en ambas fuentes de energía se registraron caídas considerables. Colombia cuenta con reservas de petróleo para unos 7,1 años. En el sector de gas, las reservas que quedan serían para los próximos 6,1 años.

Dichas cifras suponen un grave problema, pues el Gobierno nacional decidió, desde su llegada en 2022, suspender la firma de nuevos contratos de exploración para estos dos grandes componentes energéticos, como parte de su estrategia para realizar una transición energética justa. Es por ello, que desde varias entidades se han diseñado nuevos planes para que esta transición no implique un duro golpe a sector.

Durante el foro ‘Hechos de sostenibilidad’ de la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP), estuvo presente el presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, Orlando Velandia, quien explicó la nueva estrategia del Gobierno y la hoja de ruta de la transición energética. Esta transición ha sido definida desde hace poco más de un año y sus pilares se encuentran enfocados en el Plan Nacional de Desarrollo.

Velandia expuso algunos de los pilares que se encuentran en el plan de transición, que buscaría garantizar criterios como la seguridad, eficacia en las diferentes decisiones que tome el Gobierno en el sector.

El primer pilar incluirá la equidad y democratización. Con este no solo se buscaría incluir la justicia social, ambiental y energética, sino también adoptar un mayor respeto a los ecosistemas y sus habitantes. Además de ello, la ANH busca una mejor distribución de cargas y beneficios y también una mayor democracia respecto a la propiedad, la gestión y la toma de decisiones en los procesos de transición energética en el país.

El segundo pilar busca mayor gradualidad y soberanía, por lo que se buscará la sustitución progresiva y pertinente de la matriz actual, por una más limpia y eficiente, asegurando el suministro energético y proponiendo una creciente seguridad y autosuficiencia energética.

Por otra parte, el tercer pilar tiene que ver con una participación social vinculante, pues además de la transformación técnica, también se debe realizar la construcción con comunidades. “Hemos hecho muchos ejercicios con algunos sectores de la academia, con los gremios, para que podamos construir e ir ajustando las cosas que tengamos que ajustar”, comentó Velandia en su intervención.

Por último, el cuarto pilar tiene que ver con una acción intensiva en conocimiento. Este pilar debe apalancarse en los procesos de transición energética para reactivar el aparato industrial y agropecuario de Colombia, creando alternativas laborales y económicas, además de facilitar la superación del modelo económico actual.

“En conclusión, la transición energética tiene un enfoque de justicia y seguridad de manera integral. Y esa transición energética está fundamental en ocho ejes, cuatro que tienen que ver con justicia y cuatro que tienen que ver con seguridad. Vamos a desarrollar cada uno. En materia de justicia distributiva, lo que buscamos es que haya una distribución obviamente de manera equitativa de costos y beneficios para todas las regiones, para todos los grupos sociales y las generaciones”, aseguró el directivo.

Finalmente, Velandia destacó que será muy difícil que se avance en la transición energética sin entender las particularidades del país. Se debe realizar entendiendo la realidad y las condiciones energéticas que se viven en las zonas no interconectadas en Colombia.

“Dar un paso hacia sistemas más eficientes, hacia sistemas más amigables con el entorno ambiental, pero dar ese paso sin entender que los que están relegados tengan que ir avanzando, que simplemente es ampliar las brechas de desigualdad en materia energética en el país. Implica la protección de los más vulnerables”, indicó.