Gustavo Petro, pesos colombianos y Twitter
El Banco de la República bajó de 0,5 % a 0,5 las proyecciones de crecimiento económico para el próximo año. | Foto: Fotos SEMANA / A.P.I.

Macroeconomía

Anif: “tweets desatinados” del gobierno Petro y un panorama económico complejo para Colombia

Este centro de pensamientos también dio un vistazo a los efectos de la reforma tributaria.

29 de octubre de 2022

El panorama económico de Colombia, al igual que de gran parte de países en todo el mundo, no es el mejor actualmente por cuenta de problemáticas como la inflación, que sigue presionando el bolsillo de las personas e impacta de manera directa algunos aspectos claves de la economía, como el precio del dólar, el mercado del petróleo, que da o quita estabilidad a los mercados de valores.

Si bien durante las últimas semanas la situación se ha calmado un poco gracias a buenas noticias como la desaceleración del crecimiento del costo de vida en Estados Unidos, donde por el contrario se disparó su Producto Interno Bruto y alejó por ahora el fantasma de la recesión, o la subida de tasas de interés en Colombia y la Unión Europea -que se dieron según lo previsto-, los expertos aseguran que aún no se puede bajar la guardia, ya que lo peor está por venir.

Basta con ver la nueva reducción en el pronóstico de crecimiento para 2023 que hizo el pasado viernes la junta directiva del Banco de la República, luego de terminar la reunión de octubre del equipo que rige la política monetaria y cambiaria en el país, en la que además volvieron a subir las tasas de interés de referencia con el fin de intentar controlar la inflación galopante.

Según anunció el gerente del Emisor, el nuevo pronóstico ahora es de 0,5 %, mientras que en la anterior reunión estimaban que el crecimiento de la economía en el año entrante sería de 0,7 %. Dentro de los argumentos que puso el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, para las decisiones que tomaron este viernes, están: “la inflación anual subió de 10,8 % a 11,4 % entre agosto y septiembre”.

El 2023 será un año decisivo, ya que la mayoría de proyecciones lo posicionan como un año de desaceleración muy fuerte, que podría llevar a recesión a los países que no se preparen como es debido. Esta crisis o tiempo de ‘vacas flacas’ irá hasta finales de ese año o incluso hasta comienzos del 2024, por lo que es necesario ir adoptando medidas para que los estragos en la economía no sean tan graves.

No obstante, estos anuncios parecen estar cayendo en oídos sordos en Colombia, si se revisa con detenimiento el reciente análisis del Centro de Estudios Económicos Anif sobre los “nubarrones sobre la economía colombiana”, en el cual se advierten que actualmente persiste la incertidumbre al interior de los mercados locales, principalmente por culpa de los “mensajes encontrados” que se están emitiendo desde el Gobierno Nacional.

Lo primero que advierte este informe es que Colombia ya enfrenta un panorama económico complejo, debido, en primer lugar, al problema fiscal, frente a lo cual destaca que la deuda del Gobierno nacional continúa por encima del 60 % del PIB, una de las más altas de la historia, el déficit se ubicó el año pasado en el 7.1%.

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“Si a lo anterior se le suma el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) que acumulará para este año 2 puntos del PIB, la brecha entre ingresos del gobierno y gastos preocupa y refleja la necesidad apremiante que tenía el país de tramitar una Reforma Tributaria”, indicó Anif.

También se pronuncia frente a la reforma tributaria que cursa trámite en el Congreso de la República, frente a la cual dice que “varios elementos que generaban incertidumbre del proyecto inicial siguen presentes, sumado a la inclusión de nuevos impuestos que en el marco de una moneda devaluada producen preocupaciones extra” y advierte que “inquieta que buena parte del recaudo que plantea la tributaria se lo pueda terminar comiendo el pago de la deuda por simple efecto de la devaluación”.

El sector minero es el que más sufre con la propuesta actual de reforma. El proyecto inicial contemplaba un impuesto del 10% que gravara la proporción del valor de las exportaciones que superaran un umbral de precio definido por el Ministerio de Minas y Energía. Muchos analistas, incluidos nosotros en ANIF, mencionaron que el umbral era muy bajo y podría generar un impuesto permanente, produciendo un claro desincentivo a la inversión y las exportaciones, así que la medida se eliminó”, agregó.

Además de todo esto señala que es necesario atender problemas como la devaluación del peso, la pérdida de valor de la acción de Ecopetrol y las proyecciones económicas para 2023, ya que se están viendo afectadas, entre otras cosas, por una serie de “tweets desatinados” que se originan desde el Gobierno Nacional.

También hay que decir que los mensajes encontrados y las comunicaciones ambiguas que ha enviado el Gobierno Nacional en términos de la política energética, el rol del Banco de la República, de control de capitales y de incumplimiento de la regla fiscal han generado cierta incertidumbre en el mercado y aumentado, en alguna medida, la percepción del riesgo”, dice el informe.

El Centro de Estudios Económicos de la Anif concluyó recordando que “hoy más que nunca es importante actuar con responsabilidad, dar partes de seguridad y certidumbre. El panorama no está fácil y aún estamos a tiempo de recomponer el camino. Eso, sin duda nos permitirá navegar de una mejor forma por la turbulencia que se avecina”.