Reapertura
Arrancó el primer viaje comercial de Colombia con destino a Venezuela, luego de tres años en que no existía conexión aérea; así se vivió la jornada
El capitán de vuelo Juan Carlos Ceballos fue quien le dio la bienvenida a la primera tripulación, y Sandra Montoya, una colombiana, pudo viajar para cerrar un negocio con los venezolanos.
Por los pasillos del aeropuerto internacional El Dorado no se escucharon durante tres años pasajeros en busca de su vuelo con destino a Venezuela. Hoy 9 de noviembre, el día pasó a la historia como uno de los que permitió poner un granito de arena para ir reconstruyendo esa relación entre Colombia y Venezuela, pues 45 personas pudieron volar para llegar a Maiquetía, Venezuela.
Pasó solo una hora y media para aterrizar en el destino en el que miles de colombianos y venezolanos, en el pasado, tuvieron que recorrer miles de kilómetros, incluso arriesgaron su vida pasando por las trochas ilegales que están cerca del puente internacional El Dorado.
Una de las historias que conoció SEMANA fue de la Sandra Montoya, una comerciante de aceite de palma en Colombia que decidió tomar el primer vuelo de reanudación aérea entre Bogotá y Maiquetía; lo llamativo del caso es que Sandra nunca había viajado al vecino país y está vez lo hizo con una tripulación especial, la primera en viajar durante los últimos tres años.
“Sinceramente este es mi primer vuelo, y antes estuve cotizando desde Barranquilla, Cúcuta y Bogotá ver si había uno directo o más rápido para llegar hacia Caracas y realmente no había ninguno, todos deben hacer la escala por Panamá; pero bueno, ahora con esta nueva forma de viajar a Venezuela otra vez se hace más corto el tiempo y es más económico”, dijo Montoya
Los negocios son la principal razón de Sandra para ir a Venezuela, los acuerdos binacionales para la comerciante son una esperanza para hacer crecer su emprendimiento colombiano, generando empleo en Colombia, “tengo una comercializadora y la idea es mandar aceite de palma por una de las vías más fáciles, que para mí es por puerto marítimo”.
A las 7:50 a. m., la auxiliar de vuelo comenzó a saludar a la tripulación que con ansias esperaba llegar pronto a su destino, Venezuela. Gloria Saavedra fue la encargada de revisar minuciosamente que todo estuviera bajo control. Su trabajo, dice ella, es apasionante, pues es quien se encarga de brindar una ayuda a quienes están entre nubes. “Es una fecha histórica, es un reencuentro, es otro nuevo renacer entre dos patrias que han sido hermanas durante el transcurso de los años, y poderle brindar esa oportunidad a las personas que tanto necesitan ir o venir, pues lo hace sentir a uno muy bien”, dijo Saavedra.
Para la mayoría de los pasajeros, la tradición de encomendar el viaje a Dios no se quedó atrás esta vez, muchos decidieron persignarse para emprender vuelo y, por supuesto, la tradición de aplaudir mientras el avión aterrizó en territorio venezolano hizo parte de las tareas por chulear en el viaje.
El privilegio de poder pagar por un vuelo hacia Maiquetía, luego de tres años, fue para Teresa Rodríguez, una colombiana muy venezolana. Su vida la construyó durante 44 años en Caracas, allá fortaleció sus lazos familiares y laborales, actualmente vive en Colombia, pero ella dice que era una travesía poder viajar, hizo cosas que jamás pensó hacer para poder cruzar la frontera. “Antes para uno viajar tenía que hacer unas maniobras muy titánicas, como viajar en carro durante horas, caminar por los puentes internacionales con el rayo del sol o con la lluvia; me enfermé muchas veces, luego de pasar la frontera, tomar un avión hasta Maiquetía”, puntualizó Teresa.
Lo cierto es que la travesía, para muchos, es una historia del pasado, y la facilidad para poder conectar ambos países es una realidad. Los gobiernos de Colombia y Venezuela se comprometieron, por lo menos, a realizar ocho vuelos semanales para conectar a ambos países, que estarán a cargo de las aerolíneas Satena y Turpial.
El ministro de Transporte de Colombia, Guillermo Reyes, confirmó que viajar hacia el vecino país tiene un costo de alrededor de $300 dólares y que la idea es revisar que más frecuencias se puedan seguir abriendo para conectar a más venezolanos y colombianos, para comenzar el tan esperado intercambio comercial.