Aumentar los aranceles, ¿peor el remedio que la enfermedad? Esto dicen los expertos

Las actividades de importación y exportación han sido claves en la reactivación económica del país, de hecho, el Gobierno ha generado políticas para amplificar los beneficios del comercio exterior, entre ellas la reactivación de las relaciones con Venezuela. Cifras presentadas por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo indican que en el primer trimestre de este año las exportaciones al vecino país sumaron 144,9 millones de dólares, lo que significa un crecimiento del 32,9 % respecto al mismo período del año 2022.

Sin embargo, la desaceleración de la economía global, sumada a los menores precios de las materias primas, están teniendo un impacto negativo sobre las exportaciones y las importaciones del país. Las primeras registran una caída de 11,8 % en los primeros cuatro meses de 2023 y las segundas de 15,6 %, según datos del Dane.

Esta situación motivó recientemente al presidente Gustavo Petro a realizar una polémica propuesta: “Ante las alzas de las tasas de interés, se debe responder con mayores aranceles para proteger los sectores de la industria y la agricultura, y para proteger el trabajo nacional”.

Si bien esta iniciativa podría generar algunos impactos positivos, diversos sectores han alertado respecto a las consecuencias que podría traer para las empresas nacionales. Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), aseguró que esto generaría un aumento en el precio de los productos al consumidor, un factor que ya durante el inicio de año generó dolores de cabeza para los colombianos, y que en los últimos meses parece haber encontrado mayor estabilidad.

“Así se castiga a los consumidores. El presidente Petro dice que es para ayudar al productor nacional, pero debemos tener en cuenta que gran parte de nuestras importaciones son materias primas, insumos y maquinaria. Al gravar estos artículos, se dificultará la producción nacional, lo cual golpeará a los bienes finales, que saldrán mucho más costosos”, puntualizó Díaz.

En ese punto también coincidió Rudolf Hommes, economista y exministro de Hacienda, quién expresó lo siguiente: “Tasas de interés y aranceles: las claves de la alocución del presidente Gustavo Petro: ¿subir aranceles para contrarrestar el alza de las tasas de interés? ¿Nos volvimos locos? Eso sí dispararía la inflación y volvería la economía colombiana un quilombo”.

Por otra parte, algunos expertos como Pedro Sarmiento, socio director de Impuestos y Asuntos Legales de Crowe Colombia, han dado a conocer que los efectos negativos de subir los aranceles podrían superar a los positivos. Además de incrementar fuertemente el precio de los productos a los consumidores -señala-, esta medida también podría reducir el comercio exterior, así como producir la pérdida de algunos empleos, a causa del descenso de demanda que experimentarían algunas empresas, y que podría desencadenar en pérdidas económicas para algunos sectores.

Sin embargo, Sarmiento expresó que tal vez esta medida podría generar impactos positivos para la industria nacional, como la protección de la misma frente a sus competidores externos, o el ingreso de divisas a una mayor escala por el pago de estos aranceles, junto a una reducción del déficit comercial, al generar mayor competitividad entre los productos nacionales y los extranjeros.

Otro factor para tener en cuenta en este frente son los tratados de libre comercio de Colombia con otros países, pues en estos se establecen ciertas disposiciones y compromisos que se deben respetar, y cuyo incumplimiento puede tener consecuencias legales y comerciales negativas para el país y para sus relaciones comerciales internacionales.

Por ejemplo, muchos tratados pueden incluir cláusulas de “nación más favorecida”, las cuales establecen que si Colombia otorga a un país un trato arancelario preferencial en un producto determinado, también debe otorgar ese mismo trato a todos los demás países con los que tenga acuerdos de libre comercio.

Igualmente, es importante tener en cuenta que una medida para aumentar o cobrar nuevos aranceles podría incentivar el contrabando, una actividad ilícita que compite de forma desleal con las empresas nacionales, así como generar nuevas presiones inflacionarias.