GASTOS
Baja fuertemente la confianza del consumidor colombiano en enero
El indicador que calcula Fedesarrollo fue de -13,5 % en el primer mes del año, ¿qué significa?
La reducción de la confianza del consumidor, como ocurrió en Colombia en enero, no es algo para pasar desapercibido.
Según el Índice de Confianza del Consumidor que calcula el Centro de Pensamiento Económico Fedesarrollo, en enero se registró un balance de -13,5 %, lo que implica que la confianza disminuyó en 6,5 puntos porcentuales frente al mes anterior y una visible diferencia con enero de 2021, cuando el indicador fue de -20,8 %.
Los resultados presentados por Fedesarrollo dan cuenta de que “la confianza de los consumidores disminuyó en todos los niveles socioeconómicos, y con respecto a las ciudades analizadas, solo aumentó en Barranquilla frente a diciembre de 2021″, dice el informe.
Esto significa que los ciudadanos están en medio de una incertidumbre acerca de lo que sucederá en el corto y mediano plazo. Esa preocupación, sin embargo, no quita que los colombianos continúen animados a comprar vivienda, el activo más importante para la mayoría de familias del país.
Lo que no están tan dispuestos es a gastar en cambio de muebles o electrodomésticos, o al menos, la investigación de Fedesarrollo encontró que esa intención de comprar lavadora, nevera, estufa, disminuyó.
Resultados para tener en cuenta
De acuerdo con el informe de Fedesarrollo, en enero de 2021 el 34,1 % de las personas creía que dentro de un año a su hogar le estaría yendo económicamente bien. Sin embargo, las cosas parece que no resultaron como esperaban esas familias durante el inicio del año pasado, puesto que ahora, la cifra de los animados se redujo a 19,7 %.
Se destacan también los casos de Medellín, ciudades en las que el índice de confianza cayó más que en el total nacional: -19,7 % y -16,4 % respectivamente.
Por estratos socioeconómicos, por supuesto, los colombianos que se ubican en los escalones bajos son los que tienen menos confianza. El índice en este segmento cayó a -16,7 %. Fenómenos como el desempleo y la informalidad laboral contribuyen a ese sentir de los ciudadanos en esos niveles socioeconómicos.
Todas esas razones hacen que la confianza del consumidor sea un punto al que hay que mirar y ponerle más atención. Principalmente, porque tiene un efecto ‘naipe’, es decir, si se cae se puede desbaratar todo el armazón alrededor de la economía.
Los expertos estiman que una tendencia a la baja continuada de la confianza del consumidor puede llevar a la baja en el gasto, lo que de inmediato afectaría las expectativas de crecimiento económico y, lo más importante, de generación de empleo. Todo porque, si la industria ve que no habrá demanda, reducirá la producción y, por ende, necesitará menos mano de obra.