Economía
Bajar la inflación sigue siendo la prioridad. El FMI inicia reuniones para evaluar el futuro económico mundial
El FMI prevé que el crecimiento económico mundial no supere una media anual de 3% hasta 2028.
Las reuniones de primavera boreal del FMI y el Banco Mundial (BM) comenzarán este jueves 13 de abril, luego de la publicación de las previsiones de crecimiento económico mundial, en medio de múltiples crisis y una economía bajo presión.
El informe de previsiones (WEO) será el punto de partida para las reuniones en la sede de los dos organismos en Washington, pero la directora general del FMI, Kristalina Georgieva, ya dio una idea de los números que se dibujan en el horizonte, con un crecimiento económico mundial por debajo de 3% para este año.
No hay sorpresa, pues ya en la última actualización de perspectivas. En enero, el FMI preveía un crecimiento de 2,9%, y a fines de marzo, el BM era incluso más pesimista, con un dato de 2,2% de expansión anual en promedio hasta 2030, la década más débil en más de 40 años.
“El crecimiento mundial debería ser débil este año, de 2%”, precisó este lunes el presidente saliente del Banco Mundial, David Malpass, durante una conferencia de prensa telefónica. Se trata igualmente de una estimación en leve alza para 2023, ya que en enero el banco preveía 1,7% para el año en curso.
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Pero se trata de los pronósticos a más largo plazo que se muestran más negativos: el FMI prevé que el crecimiento económico mundial no supere una media anual de 3% hasta 2028. Se trata de “nuestra perspectiva más débil a mediano plazo desde 1990″, sostuvo Georgieva.
Se trata de una desaceleración importante cuando el mundo enfrenta una serie de desafíos sin precedentes, entre las consecuencias del calentamiento global, los riesgos de fragmentación del comercio mundial por razones geopolíticas y la eventualidad de una crisis de deuda generalizada.
Para enfrentar estos desafíos, muchos países -entre ellos la mayor potencia mundial, Estados Unidos-, reclaman una reforma de las instituciones financieras internacionales (IFI). En una entrevista con la AFP, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, recordó que “desea una reforma de los cometidos” de estos organismos, en particular del Banco Mundial y sus filiales, para agregar el fomento de “la resiliencia ante el cambio climático, las pandemias y los conflictos como misiones centrales”.
“Deseamos realizar otras reformas durante el resto del año. Eso será parte de las conversaciones durante las próximas reuniones del FMI así como de las reuniones anuales del FMI y el BM en Marruecos”, en octubre próximo, añadió Yellen.
Más países vulnerables
Esta evolución debería comenzar por los bancos regionales de inversión y el propio BM, bajo la dirección de su próximo presidente, quien será seguramente el candidato estadounidense Ajay Banga, el único postulante.
Se trata de cambios que tendrían que ocurrir rápidamente: la transición ecológica de los países emergentes y de bajos ingresos requiere como mínimo 1 billón de dólares por año, sostuvo Kristalina Georgieva, una suma de la que las IFI no disponen hoy para distribuir.
Será necesario que “nuestros miembros más ricos ayuden a llenar los faltantes” en materia de recolección de fondos, insistió. Banga quiere involucrar al sector privado si llega a dirigir el BM.
Durante las reuniones de primavera boreal estará presente el tema de las recientes turbulencias del sector bancario y el riesgo de desestabilización del sector financiero, si la lucha contra la inflación llevara a los bancos centrales a subir aún más sus tasas de interés.
Malpass recordó los “riesgos de largo plazo provocados por el desfasaje existente entre los activos con tasa cero de la última década y los de los últimos meses, tras el alza de tasas”, una situación que requiere tiempo para ser “digerida” en un contexto de inflación persistente y dólar débil.
Bajar la inflación es la prioridad, insistió el jueves Georgieva, pero los bancos centrales “deben hacer más para garantizar la estabilidad financiera”.
El alza constante de tipos de interés pone a los países de bajos ingresos más cerca del riesgo de una crisis de deuda. Ya es el caso para 15% de ellos, sostuvo la titular del FMI, y otro 40% podría tener este problema.
Con información de la agencia AFP.