ECONOMÍA
Banco Mundial advierte sobre riesgos de desaceleración global en 2022: esto proyecta para Colombia
El organismo internacional presentó las primeras perspectivas de crecimiento para 2022 y empezó a vaticinar sobre 2023.
El 2022 será un año retador luego de un crecimiento económico atípico en 2021, que venía impulsado por el hecho de que el mundo tocó fondo en medio de la crisis sanitaria. Pero además del desafío que implica la anualidad que empieza, está en el horizonte la nueva amenaza de variantes de covid-19, lo que ocasionará una desaceleración pronunciada.
Así lo reveló el Banco Mundial en el informe de Perspectivas económicas que presentó este martes, en el que proyecta que la economía tendrá un freno y se desacelerará al 2,6 % en 2022 para luego aumentar levemente al 2,7 % en 2023.
Según el organismo de la banca multilateral, tras un fuerte repunte en 2021 la economía mundial está entrando en un terreno de letargo, con un aumento de la inflación, la deuda y la desigualdad de ingresos que podrían poner en peligro la recuperación de las economías emergentes y en desarrollo.
Preocupación a la vista
El vaticinio de crecimiento mundial pasaría de 5,5 % en 2021 al 4,1 % en 2022 y al 3,2 % en 2023 a medida que se disipa la demanda reprimida y se retira el apoyo fiscal y monetario en todo el mundo.
Lo peor es que, según el organismo, “las perturbaciones económicas provocadas por ómicron podrían reducir aún más el crecimiento global este año, de 0,2 a 0,7 puntos porcentuales” adicionales, hasta 3,9% o incluso al 3,4%, añadió el organismo.
En el peor escenario “la mayor parte del impacto se sentiría en el primer trimestre de 2022, seguido de un repunte notable en el segundo trimestre”, asegura el Banco.
Así mismo, advierte que la rápida propagación de la variante ómicron abre la probabilidad de que la pandemia continúe interrumpiendo la actividad económica en el corto plazo.
Principales economías, en aprietos, arrastran al resto
La proyección del Banco Mundial es que las principales economías, incluidas las de Estados Unidos y China, pesarán sobre la demanda externa en las economías emergentes y en desarrollo.
Además, los gobiernos de muchas economías en desarrollo carecen del espacio político para respaldar la actividad si es necesario, los nuevos brotes de covid-19, los cuellos de botella persistentes en la cadena de suministro y las presiones inflacionarias, y las vulnerabilidades financieras elevadas en grandes franjas del mundo podrían aumentar el riesgo de un aterrizaje forzoso.
“La economía mundial se enfrenta simultáneamente a la covid-19, la inflación y la incertidumbre política, con el gasto público y las políticas monetarias en territorio desconocido. La creciente desigualdad y los desafíos de seguridad son particularmente dañinos para los países en desarrollo”, dijo el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass.
“Poner a más países en un camino de crecimiento favorable requiere una acción internacional concertada y un conjunto integral de respuestas políticas nacionales”, dijo el líder del Banco Mundial.
¿Qué pasará en Colombia?
Para el Banco Mundial, el rebote cíclico de Colombia, al igual que el de Chile y Perú, se debilitarán en 2022 y la tendencia continuará en 2023. Para nuestro país, la expectativa es que, de un 9,9 % esperado para 2021 (el dato oficial se conocerá en el primer trimestre), la economía pase a crecer al 4,1 % en este año y, de ahí, se desacelere a 3,5 % en 2023, luego de unas elecciones que causan incertidumbre.
Comparación entre vecinos
Para la región como un todo, el crecimiento disminuirá hasta ubicarse en el 2,6 % en 2022 y el 2,7 % en 2023, según el Banco Mundial. Las causas de esa expectativa es el endurecimiento de “la política fiscal y monetaria, la demora en las mejoras en las condiciones del mercado laboral continúen y las condiciones externas se vuelvan menos favorables”.
Pero eso si, el Bando Mundial pone sobre el tapete los riesgos que hay para esas perspectivas. El primero de ellos -insiste el Banco- es el aumento abrupto en la cantidad de casos de Covid‑19, las tensiones en el financiamiento y estrés relacionado con la deuda, y disrupciones provocadas por acontecimientos meteorológicos extremos y desastres naturales.
“La durabilidad de la recuperación económica en América Latina y el Caribe, como en otros lugares, depende de que se controle la pandemia. Los brotes de Covid‑19, incluidos los ocasionados por nuevas variantes del virus, siguen constituyendo un riesgo a la baja incluso en países con altas tasas de vacunación. Un deterioro repentino de la actitud de los inversores, especialmente en un entorno de alta inflación y cuantiosa deuda pública, podría generar dificultades para afrontar el servicio de la deuda y episodios de salidas de capitales. Las perturbaciones económicas relacionadas con eventos meteorológicos extremos, en parte vinculados al cambio climático, y otros desastres naturales representan un riesgo significativo no solo para las perspectivas de crecimiento regional, sino también para la integridad y los medios de subsistencia de las personas que viven en la región”.
En ese contexto, en 2021, Colombia sería la cuarta economía con más crecimiento (desde la perspectiva del Banco Mundial) entre sus vecinos (naciones de América del Sur), después de la de Perú (13,2 %); Chile (11,8 %), y Argentina (10 %).
Para 2022, entre tanto, los pronósticos del organismo de la banca multilateral apuntan a que Colombia sea el país con el crecimiento más alto entre el vecindario, con un 4,1 % que se pone por encima del 2,6 % estimado para Argentina ; 3,5 % para Bolivia; 3,3 % para Perú; 2,2 % para Chile; 1,4 % para Brasil, y 3,1 % para Ecuador.