ECONOMÍA
Banco Mundial advierte sobre riesgos financieros globales por altas tasas de interés; crecimiento económico bajará a 2,1%
En el pronóstico para Colombia pasó de 1,1 a 1,7 % en 2023. El organismo internacional presentó el informe de Perspectivas económicas y dice que la economía está en una situación precaria.
Desaceleración. La palabra más asustadora para cualquier proyecto de desarrollo en el mundo, es la que está presente en el informe de Perspectivas económicas globales, presentado este martes 6 de junio por el Banco Mundial.
La economía global estaría en un estado precario, según el organismo internacional, con lo cual, el crecimiento disminuirá a 2,1 % en 2023, mientras que acecha el riesgo financiero, que podría llevar a que las perspectivas que ahora se lanzan, sean aún peores. Hay que recordar que el año pasado, el Banco estimaba que la producción en el mundo se expandiría a un ritmo del 3,1 %.
Para el Banco Mundial, el crecimiento se ha desacelerado marcadamente, por lo que advierte del riesgo de que surjan tensiones financieras en los mercados emergentes y economías en desarrollo, en un contexto de altas tasas de interés mundiales.
El empleo es clave
En medio de las preocupaciones por una economía desacelerada, el presidente del Grupo Banco Mundial, Ajay Banga, señaló que “la manera más segura de reducir la pobreza y ampliar la prosperidad es a través del empleo. Sin embargo, el crecimiento más lento hace que la creación de puestos de trabajo sea mucho más difícil”.
Tendencias
Pero no por ello hay que darse por vencido. El líder del Banco Mundial señaló que hay posibilidades de revertir la tendencia, para lo cual, se requieren esfuerzos conjuntos.
Tema bancario, en la lupa
De acuerdo con el análisis del Banco Mundial, por el momento, las tensiones bancarias en las economías avanzadas solo han tenido efectos negativos limitados, pero ya empiezan a navegar en aguas turbulentas.
“A raíz de que las condiciones crediticias mundiales son cada vez más restrictivas, uno de cada cuatro países emergentes ha perdido acceso a los mercados internacionales de bonos. La presión es especialmente grave en el caso de las naciones con vulnerabilidades subyacentes, como una baja capacidad crediticia”.
¿Y Colombia qué?
De acuerdo con el informe de perspectivas del Banco Mundial, Colombia tendría un crecimiento de 1,7 % en 2023, para luego subir al 2 % en 2024; ambas cifras, muy por debajo del potencial que tiene esta nación.
Aun así, hay que destacar que en anteriores proyecciones, el organismo internacional estimaba un crecimiento más bajo para esta nación, de 1,1 %.
La tasa de interés de referencia, cuyo incremento lo decide la junta del Banco de la República en sus reuniones mensuales (según el cronograma establecido para hacer o no hacer incrementos), está en 13,25 %, mientras que la inflación empezó su descenso y, en abril, se ubicó en 12,82 % en abril. Por ello, la expectativa, luego de que este 7 de junio se conozca el comportamiento de los precios al consumidor en mayo, es que el Emisor, en su junta de fin de mes, deje las tasas de interés quietas o empiece la senda del descenso.
Lejos de poder poner fin a la pobreza
El freno al crecimiento de la economía que pronostica el Banco Mundial es algo complicado, pues, sin expansión, habría menores posibilidades de atacar el problema de la pobreza. Dicho fenómeno, en Colombia, es particularmente de interés, no solo por el incremento que tuvo en pandemia, sino porque es una de las banderas del actual gobierno.
Así lo estableció Indermit Gill, economista en jefe y vicepresidente sénior del Grupo Banco Mundial: “Estamos muy lejos de alcanzar el dinamismo necesario para poner fin a la pobreza, contrarrestar el cambio climático y reponer el capital humano”.
El experto agregó que, “en 2023, el ritmo de crecimiento del comercio descenderá a menos de un tercio del que se registraba en los años anteriores a la pandemia. En los mercados emergentes y economías en desarrollo, la presión de la deuda está aumentando debido al aumento de las tasas de interés. A raíz de deficiencias fiscales, muchos países de ingreso bajo ya han caído en un sobreendeudamiento. Mientras tanto, las necesidades de financiamiento para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible son mucho mayores que, incluso, las proyecciones más optimistas en materia de inversión privada”.
En resumidas cuentas, ‘el palo no está pa’ cucharas’ en ninguna parte del mundo.