Banco Mundial
Banco Mundial: ¿cree o no en el cambio climático?
Las directivas de esta institución están en la mira por su posible apoyo al uso de combustibles fósiles.
El presidente del Banco Mundial, David Malpass, intentó responder este jueves a las críticas de oenegés especializadas en la lucha contra el calentamiento global, que lo acusan de ser escéptico del cambio climático por negarse a responder una pregunta sobre combustibles fósiles.
“Es claro que las emisiones de gases de efecto invernadero son provocadas por el hombre, en particular por el uso de combustibles fósiles, y estamos trabajando para cambiarlo”, explicó Malpass a la cadena CNN Internacional.
A comienzos de esta semana, el exvicepresidente estadounidense Al Gore acusó a Malpass de ser un “escéptico del cambio climático”, estimando que había sido incapaz de mejorar el financiamiento de proyectos en la materia en países en desarrollo.
“No soy escéptico (del cambio) climático”, insistió Malpass, y consideró que pudo haberse “confundido” por no “ser siempre bueno a la hora de responder preguntas”. El miércoles, el máximo responsable de la institución internacional fue interrogado en una mesa redonda dedicada al financiamiento de la lucha contra el cambio climático, a lo que Malpass se negó a dar una respuesta.
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“¿Acepta usted el consenso científico de que el uso de energías fósiles recalienta peligrosa y rápidamente el planeta?”, le preguntó el moderador del evento, a lo que el jefe del Banco Mundial rehusó responder. Luego de varias preguntas para saber si reconocía el hecho de que las energías fósiles tenían un impacto real en el recalentamiento terrestre, por fin, y presionado por el público Malpass declaró que no sabía.
“No soy un científico”, se justificó Malpass, que prefirió destacar el “enorme esfuerzo” realizado por el Banco Mundial para ayudar al financiamiento contra el cambio climático.
La mesa redonda, organizada por el diario The New York Times, se desarrolló en el marco de la Semana del Clima en Nueva York, al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas. El comentario de Malpass suscitó numerosas reacciones de parte de oenegés especializadas, que solicitaron su renuncia.
“El Banco Mundial no puede ser dirigido por un escéptico (del cambio) climático. El presidente (Joe) Biden y el consejo de administración de la institución deben licenciarlo de inmediato”, declaró en un comunicado Luisa Galvao, de la asociación Amigos de la Tierra.
“Con Malpass a la cabeza, no se puede confiar en el Banco Mundial como aliado del desarrollo sostenible”, dijo a su turno Bronwen Tucker, de Oil Change International. Considerado fiel partidario del expresidente estadounidense Donald Trump, quien propuso su candidatura, Malpass fue elegido como presidente del Banco Mundial en abril de 2019.
La ONU exige medidas urgentes
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, dijo el pasado miércoles que llegó la hora de tener una “discusión seria” y “acciones significativas” frente a los daños que causa el cambio climático, sufridos en especial por países en desarrollo.
A menos de dos meses de la COP27 en Egipto, Guterres y el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sissi -este último a distancia-, fueron los anfitriones de una reunión a puerta cerrada con mandatarios de países desarrollados y en vías de desarrollo para “intercambios francos” sobre acciones climáticas.
“Mis mensajes han sido claros. Acerca de la emergencia climática, el objetivo de +1,5°C está en cuidados intensivos y se debilita rápido”, declaró Guterres, en referencia al objetivo más ambicioso del acuerdo de París de limitar el calentamiento global, frente al que agregó que “nos dirigimos hacia los +3°C”.
En estas condiciones, el secretario general hizo un llamado a los gobiernos a abordar antes de la COP27 “cuatro asuntos candentes”: una mayor ambición en cuanto a reducción de emisiones, la ayuda a los países más vulnerables, el aumento del apoyo para medidas de adaptación frente a los impactos, y por último las “pérdidas y daños”.
Este último punto se ha convertido en un elemento crucial de las negociaciones sobre el clima, que comprende los daños ya causados por la multiplicación de eventos meteorológicos extremos, los cuales no se han podido prevenir por las medidas para mitigar el calentamiento global, ni por su adaptación a los impactos.
*Con información de AFP.