Macroeconomía
Banco Mundial revela que la poca participación de América Latina en la economía global la hace poco atractiva
Se estima que el PIB regional tenga un crecimiento del 1,4 % en 2023 y 2,4 % en 2024.
Este martes 4 de abril, el Banco Mundial reveló que América Latina sobrelleva la crisis derivada de la guerra en Ucrania, pero afirmó que la región no participa más en la economía global, y por ello no atrae más inversión y aprovecha la relocalización productiva y la industria verde.
En su informe La promesa esquiva de la integración - Oportunidades en una economía mundial cambiante, la organización aseguró que las economías de América Latina y el Caribe “se han mostrado relativamente resilientes”.
El banco estima que el PIB regional crecerá 1,4 % en 2023 y 2,4 % en 2024, demasiado poco “para lograr progresos significativos en la reducción de la pobreza”.
“La región en gran medida se ha recuperado de la crisis de la pandemia, pero lamentablemente ha vuelto a los bajos niveles de crecimiento de la década anterior”, afirmó Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, en un comunicado.
En 2023, el Banco Mundial prevé que México crezca 1,5 %, Brasil 0,8 %, Colombia 1,1 %, Costa Rica 2,7 %, Ecuador 3 %, El Salvador 2,3 %, Bolivia 2,7 %, Guatemala 3,2 %, Honduras 3,5 %, Nicaragua 3 %, Panamá 5,7 %, Paraguay 4,8 %, Perú 2,4 %, República Dominicana 4,4 % y Uruguay 1,8 %. Por el contrario, a Argentina que no crecerá (0 %) y dos economías se contraerán: Chile en 0,7 % y Haití en 1,1 % de caída.
El organismo espera que la inflación promedio, excluyendo a Argentina, que superó recientemente el 100 % en 12 meses, caiga a 5 % en 2023, tras alcanzar 7,9 % en 2022. El nivel de endeudamiento debería rondar el 64,7 % del PIB, en comparación con el 66,3 % de 2022.
Pero sigue habiendo vientos en contra como la caída de los precios de las materias primas, la subida de las tasas de interés y la incierta recuperación de China, socio comercial ineludible de la región, que “podrían ensombrecer de nuevo las perspectivas”, advierte el banco. Además, las repercusiones de las recientes quiebras bancarias en Estados Unidos y Europa “aún están por verse”.
De acuerdo con el Banco Mundial, la región se enfrenta a “la paradoja de la falta de integración”, es decir, “ha alcanzado un nivel de estabilidad macroeconómica, por así decirlo, de normalidad, y eso debería atraer más inversiones y generar crecimiento, pero en general ocurre lo contrario”, explicó William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, en rueda de prensa este martes.
Basta con echar un vistazo a la inversión extranjera directa (IED), aquella que llega al país para permanecer a largo plazo, en infraestructura, por ejemplo.
“Los flujos globales hacia los países en desarrollo han aumentado de manera constante desde 1990, pero básicamente se estancaron en América Latina desde aproximadamente 2011 y disminuyeron” incluso, añadió el directivo.
Es un problema con “dos dimensiones”, explicó Maloney a la AFP: “El comercio internacional entendido como exportaciones más importaciones sobre el PIB va estancándose o reduciéndose”, con la excepción de México, y la inversión extranjera directa cae, “mucha de ella de España” y de otros países europeos.
Según el informe, este tipo de inversión “disminuyó 35 % en los últimos diez años” en América Latina. Desde 2020 el volumen total del comercio ha aumentado aproximadamente 10 %, pero la región sigue “un 10 % por debajo de donde estaba hace una década”, según el BM.
¿A qué se debe?
Algunos países latinoamericanos tienen salarios más bajos que Asia, pero los impuestos y el costo de capital para producir son más altos; la confianza en la estabilidad política e institucional ha caído; el costo de cruzar las fronteras, en términos de tiempo, es alto pese a la reducción de los aranceles.
Además, se invierte “poco y mal” en infraestructura comercial, se ha descuidado el acceso digital, las ciudades están “relativamente congestionadas” y la capacitación del capital humano es insuficiente, enumera Maloney.
Todo ello en un contexto de cambio del centro de gravedad: Estados Unidos sigue siendo el principal destino de las exportaciones, pero, si se excluye a México, muy ligado al gigante del norte, el socio dominante es China.
*Con información de la AFP.