CEO de JP Morgan lanza dura advertencia por riesgos geopolíticos: “Las condiciones son traicioneras y están empeorando”

Uno de los titanes de Wall Street, el Ceo del banco JP Morgan, Jamie Dimon, habló de manera preocupante sobre el futuro económico que le espera al planeta, en medio de la fuerte tensión que se vive en el Medio Oriente y frente a la guerra incesante en Ucrania. “Existe un sufrimiento humano significativo y el resultado de estas situaciones podría tener efectos de largo alcance tanto en los resultados económicos a corto plazo como, lo que es más importante, en el curso de la historia”, afirmó.

Como se sabe, Israel fue atacado justo hace un año, el 7 de octubre, de manera inmisericorde por Hamás: más de 1.200 personas fueron asesinadas vilmente y casi 200 permanecen secuestradas en los túneles del grupo terrorista en la Franja de Gaza. La guerra que se ha desatado desde entonces ha causado en la muerte de 42.126 palestinos. Hace unas semanas, desde el 23 de septiembre, Israel intensificó, por otro lado, la campaña militar contra la milicia libanesa Hezbolá, afín a Irán, y una semana después de que iniciara incursiones terrestres en Líbano. Desde entonces, más de 2.100 personas han muerto en Líbano, de las cuales 1.200 fallecieron desde la intensificación de los bombardeos israelíes el 23 de septiembre, según un recuento realizado por la AFP con base en cifras oficiales. Por ahora, la ONU registró cerca de 700.000 desplazados internos en Líbano por la violencia y 400.000 personas huyeron a Siria.

Los estragos de la invasión de Rusia a Ucrania también siguen y el fin de la guerra no se ve en el corto plazo. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, instó el viernes a sus aliados a mantener el apoyo militar a su país en 2025, a fin de obtener un desenlace “justo y rápido” de la guerra con Rusia. “Ucrania quiere un final justo y rápido a esta guerra (...) me gustaría que fuera a más tardar el año que viene, 2025″, declaró Zelenski.

Dimon, con base a ese panorama, hace pronósticos desalentadores. “Se necesita un liderazgo estadounidense realmente fuerte y líderes del mundo occidental para hacer algo al respecto”, dijo Dimon en Georgetown. “Esa es mi preocupación número uno y eclipsa todas las que he tenido desde que trabajo”, contó en esa universidad.

El experto asegura que el mundo no debe entusiasmarse con algunos indicadores económicos que han salido recientemente. “Si bien la inflación se está desacelerando y la economía estadounidense sigue siendo resistente, persisten varios problemas críticos, incluidos los grandes déficits fiscales, las necesidades de infraestructura, la reestructuración del comercio y la remilitarización del mundo”, dijo. “Si bien esperamos lo mejor, estos acontecimientos y la incertidumbre reinante demuestran por qué debemos estar preparados para cualquier entorno”, remató.

El analista principal de Fitch da impactantes conclusiones sobre Colombia y la retórica del gobierno Petro: “Perro que ladra no muerde”

En entrevista con SEMANA, Richard Francis, evalúa la situación de las finanzas públicas y señala los impactos de la propuesta de regla fiscal verde y de la reforma pensional.

“Después de la pandemia, Colombia tuvo dos años de crecimiento muy fuerte y necesitaba una desaceleración, pues se aumentaron los desbalances en cuenta corriente y subió la inflación. Hasta ahora lo bueno ha sido que han tenido un consumo bastante fuerte, pese al frenazo de la economía, el aumento del desempleo y las mayores tasas de interés. Por eso pensamos que en 2025 el país puede crecer 2,8 por ciento (en 2024 crecería 2) y volvería a un ritmo de 3 por ciento en 2026. Indudablemente, hay mucha incertidumbre política, y la retórica del Gobierno probablemente no ayuda mucho, pero es muy difícil medir”, aseguró.

“La verdad es que el lado fiscal es algo preocupante. Al inicio de su mandato, el presidente Petro pasó una reforma tributaria con la que envió el mensaje de que quería aumentar los gastos sociales pagándolos con impuestos. Eso fue una buena señal, así como la de que realmente el Gobierno está recortando o congelando gastos para cumplir con la regla fiscal. Pero, al mismo tiempo, hay un déficit fiscal muy alto, de 5,6 por ciento del PIB, y va a ser muy difícil bajarlo el año que viene. También es negativo el anuncio de un mayor recaudo por eficiencia de la Dian; puede que sí aumente, pero no el 1,6 por ciento del PIB que están estimando. Como resultado, es probable que el año que viene se vean forzados a hacer nuevos recortes de gasto en julio, y esos recortes muestran que no hay un buen manejo fiscal, que este no es transparente ni normal”, agregó.