Chile
Chile está perdiendo a sus grandes inversionistas: ¿efecto de las políticas Boric?
Un análisis calcula la pérdida de capitales en más de 50.000 millones de dólares.
Desde que se posesionó el 11 de marzo del 2022 como presidente Chile, Gabriel Boric fue visto por muchos analistas y expertos como una de las promesas de cambio para ese país y América Latina en general, dado que no solo encabezaba la transición de mando hacia la izquierda política en la nación austral, sino que en su momento alcanzó a ser visto como uno de los posibles líderes para esta corriente en toda América Latina y el Caribe.
No obstante, al parecer durante su mandato no ha hecho las cosas del todo bien y esto se ha visto reflejado en los bajos índices de aceptación que actualmente reporta su gobierno entre los ciudadanos, donde apenas alcanza una favorabilidad del 25 % que se pierde frente al más del 70 % que dice no estar de acuerdo con la forma en la que actualmente se están haciendo las cosas en suelo chileno.
El manejo de las pensiones, su visión de redistribución de la riqueza, la fallida reforma constitucional y el aumento de la inseguridad y homicidios en las ciudades capitales; son algunas de las problemáticas que actualmente le están pasando factura a quien en su momento llegó a ser el presidente de izquierda más famoso de Latinoamérica y hoy en día lucha para mantenerse a flote en medio de una tormenta de críticas y reproches que lo sigue a todas partes.
Una de las mayores preocupaciones de los chilenos en este momento tiene que ver con los capitales que se están yendo de este país, mientras el presidente Boric presiona para, en sus palabras, “redistribuir la riqueza que producen los chilenos”. La situación ha llegado a tal punto que muchos analistas y expertos temen que esto se pueda traducir en una recesión muy fuerte, especialmente en estos tiempos donde la inflación azota a todo el mundo.
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Según un reciente análisis de la agencia Bloomberg, desde que millones de chilenos salieron a las calles en 2019 para protestar contra la enorme desigualdad —una de las deficiencias más flagrantes del sistema actual— y exigir cambios en las políticas de libre mercado, los inversionistas han sacado más de 50.000 millones de dólares del país, según datos centrales y bancarios hasta septiembre. Eso equivale a aproximadamente una sexta parte de la producción económica anual de Chile.
“Chile, la economía más destacada de América Latina durante la mayor parte de los últimos 50 años y un niño mimado de Wall Street, se enfrenta en muchos sentidos a un momento existencial (...) Con el país enfrentando una combinación sin precedentes de agitación económica, social y política, los observadores de Chile dicen que la fuga de capitales limitará significativamente la capacidad del país para seguir siendo la fuerza económica dominante en la región que alguna vez fue”, se lee en el informe de Bloomberg.
También destaca que en los últimos meses, muchas de las empresas más grandes de Chile también han comenzado a reducir su exposición nacional y pone como ejemplo a la Empresa Nacional de Telecomunicaciones, que vendió sus activos de fibra óptica a un grupo que incluía a KKR & Co. el año pasado.
Todo esto mientras que el proveedor de electricidad Enel Chile vendió sus líneas de transmisión a una unidad de Ontario Teachers’ Pension Plan de Canadá y Alberta Investment Management Corp. y SM Saam , una unidad del conglomerado Quinenco de la familia multimillonaria Luksic, vendió mil millones de dólares en activos portuarios y logísticos a Hapag-Lloyd.
“Por supuesto, la capacidad de Boric para promover su agenda populista se ha visto afectada en los últimos meses a medida que su índice de aprobación pública cae a un mínimo histórico y aumentan las críticas sobre el aumento de la delincuencia y la aceleración de la inflación. Para la clase alta de Chile, eso es poco consuelo. El temor no es que Boric simplemente persiga su riqueza, sino más aún que sus políticas pesen sobre una economía que, según las predicciones del banco central, podría contraerse hasta un 1,75 % este año”, se lee en otro aparte.
Para Bloomberg, todo esto contrasta marcadamente con el llamado “milagro de Chile”, acuñado por Friedman para describir la rápida expansión económica de la nación después de que giró hacia políticas de mercado abierto que incluyeron la desregulación y la privatización en las décadas de 1970 y 1980 bajo el dictador Augusto Pinochet.
Este enfoque sobrevivió a líderes y partidos de todas las tendencias políticas después de que la nación se volviera hacia la democracia en la década de 1990.
Además de esto, la falta de nuevas inversiones está frenando las perspectivas a largo plazo del país. El banco central de Chile rebajó su pronóstico de crecimiento tendencial para la próxima década a 2,1 % desde 2,8 % en diciembre. También elevó su pronóstico para la tasa de interés neutral de la nación a 3,75 % desde 3,5 %.