Comercio
Colombia se queda rezagada en comercio internacional: el Banco Mundial alerta sobre los desafíos estructurales del país
En un contexto de competitividad creciente en la región, el último informe del Banco Mundial refleja que Colombia se encuentra entre los países con más desafíos en eficiencia operativa. Los altos costos y demoras frenan el comercio exterior del país, según Analdex.
El más reciente informe del Banco Mundial, que analiza el desempeño de los países en comercio internacional, ubica a Colombia en el puesto 37 de un total de 50 economías evaluadas. Según la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), esta posición refleja una serie de rezagos que afectan la competitividad del país en el mercado global, en especial en aspectos de eficiencia operativa y digitalización, dos factores que limitan su atractivo como destino de inversión y comercio en el ámbito internacional.
El informe destaca que el problema más crítico es la falta de modernización en los sistemas informáticos para las aduanas y la escasa interoperabilidad de los servicios de comercio exterior, dos factores que otros países han logrado optimizar con éxito.
“Los tiempos y costos de exportación e importación en Colombia son elevados, lo que nos pone en desventaja frente a países que ya han avanzado en la implementación de sistemas digitales, como El Salvador, Costa Rica y Perú”, explicó Javier Díaz Molina, presidente de Analdex.
El estudio del Banco Mundial revela que, en términos de eficiencia operativa, Colombia tiene uno de los costos más altos para cumplir con los requisitos de exportación e importación. Para las exportaciones, estos costos representan un 5,9% del valor de la mercancía y, para las importaciones, un 4%, lo cual supera considerablemente los promedios de países como Rumania y Bulgaria, que rondan el 1%. Además, el tiempo requerido para el despacho aduanero en Colombia es significativamente más prolongado, lo que afecta a las empresas nacionales y a los importadores y exportadores internacionales que intentan operar en el país, obstaculizando su competitividad en el mercado global.
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Otro factor que incide en la baja calificación de Colombia es su limitada participación en el comercio digital. En términos de transacciones electrónicas, solo el 17,74 % de las empresas colombianas que exportan lo hacen mediante pedidos digitales, un porcentaje muy por debajo de los de El Salvador (53,22 %) y Costa Rica (40,1 %).
Analdex destaca que este problema no solo afecta a las grandes empresas, sino también a las pequeñas y medianas que podrían beneficiarse del comercio electrónico para llegar a mercados internacionales más lejanos y rentables.
A pesar de este panorama, el informe señala que Colombia ocupa el quinto lugar en el pilar de marco regulatorio, con una puntuación de 76,50, lo que evidencia la solidez de sus normativas en comercio exterior. Por otro lado, en cuanto a servicios públicos, el país se sitúa en el noveno lugar, con un puntaje de 66,28, lo que refleja un avance relativo en infraestructura básica, pero aún insuficiente para las demandas actuales del comercio global.
Esta disparidad entre sus fortalezas regulatorias y sus limitaciones en infraestructura operativa y logística subraya la urgencia de implementar mejoras que permitan traducir la solidez normativa en mayor competitividad internacional.
Sobre esto, Javier Díaz enfatiza que el país necesita trabajar en tres frentes para salir de este estancamiento: la mejora de los procesos logísticos, la digitalización completa de las aduanas y la simplificación de trámites. Sin estos cambios, Colombia corre el riesgo de quedar cada vez más rezagada frente a sus competidores regionales y de perder oportunidades valiosas en comercio exterior que podrían impulsar su desarrollo económico.
Las observaciones del Banco Mundial es una alarma y revela un punto de partida para que el país redefina su estrategia en comercio internacional. En ese sentido, y sabiendo el interés que existe desde el gobierno de seguir impulsando el atractivo de Colombia para la inversión extranjera, una actualización de sus procesos de comercio exterior sería un punto crucial en ese proceso de fortalecimiento económico y mejora competitiva.