Campo colombiano
¿Cómo le va al campo colombiano en el cierre de la brecha de pobreza?
Expertos advierten que es necesario trabajar en la formalización de la tenencia de tierras.
El Centro de Estudios Económicos Anif publicó este fin de semana un completo análisis de la situación actual del campo en Colombia, sus oportunidades de cara al futuro y el estado actual del trabajo de las brechas de pobreza en este sector de la economía, en el que sostuvo que si bien las cosas avanzan en la dirección correcta, todavía existe un rezago sobre el cual se debe trabajar con urgencia para aprovechar todo el potencial que tiene y explotar sus capacidades en pro del desarrollo económico del país.
Entre los problemas con los que cuenta actualmente el sector agropecuario en el país, Anif destacó que actualmente carece de acceso a servicios y bienes públicos y activos productivos, lo cual, sumado a que la distribución de las tierras es altamente concentrada e ineficiente, no permite que crezca de la forma en la que debería.
Frente a esto, explica que “el problema fundamental de la agricultura familiar radica en el bajo acceso a activos productivos. Según la Encuesta de Calidad de Vida (ECV), el 63 % de las familias no cuentan con activo alguno; el 36 % cuenta con el principal activo productivo, la tierra”.
“Las carencias de los hogares rurales, en términos de las dimensiones del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), son más altas para: trabajo informal, bajo logro educativo, falta de acceso a fuentes de agua mejorada, inasistencia escolar y trabajo infantil. Por otro lado, existe una alta informalidad en la tenencia de tierras. Según el Censo Nacional Agropecuario, el 50 % de las Unidades de Planeación Agrícola (UPA) cuentan con un título formal de propiedad. Lo anterior limita el acceso al crédito y la asistencia técnica (menos del 10 %)”, se lee en el informe.
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Además de todo esto, Anif advierte que la tierra en Colombia está altamente concentrada y existe una significativa coincidencia entre las zonas más pobladas y desarrolladas con las tierras menos productivas. Por el contrario, las zonas rurales dispersas, con bajas oportunidades de generación de ingresos estables, cuentan con los suelos en mejores condiciones.
En cifras, la entidad sostiene que de los 22 millones de hectáreas aptas para la producción agrícola, entre 5 y 7 millones cumplen tal fin.
“Es necesario conformar Consejos Municipales Agropecuarios para identificar y analizar las diferentes realidades productivas y formular programas de inclusión productiva y social de las familias agricultoras, y fomentar la asociatividad y la formación de cooperativas entre agricultores para generar economías de escala, sinergias y externalidades positivas (reducir y abaratar trámites de asociatividad)”, planteó Anif como una solución.
Para este centro de análisis y pensamiento, es necesario trabajar con urgencia en mejorar la calidad de vida de la población rural, empezando por un censo de las familias agricultoras con el fin de utilizar ese instrumento para identificar las necesidades insatisfechas y las condiciones de vida de cada familia agricultora.
“Se debe también fortalecer el fondo de tierras de la Agencia Nacional de Tierras para el otorgamiento de predios a las familias que lo requieran, además de diseñar subsidios y líneas de crédito para la compra de estos para la producción agro, y limitar y cerrar el crecimiento de la frontera agropecuaria. Por otra parte, se deben diseñar programas de transferencias, subsidios y acompañamiento específicos para las familias que desempeñen actividades agrícolas”, propuso.
Pobreza urbana: otro flagelo que preocupa
Otro punto importante sobre este informe tiene que ver con los niveles de pobreza y desigualdad en el país, que calificó como altos, y dijo que es una situación que se profundiza en algunos grupos de la población y en zonas del país rezagadas.
En sus cifras destaca que Colombia muestra unas cifras de pobreza monetaria y multidimensional significativas. La pobreza por ingresos en 2021 se ubicó en 39.3 % (19.6 millones de personas) y la multidimensional en 16.0 %. La desigualdad del país es una de las más altas en América Latina.
“La pobreza la sufren con mayor rigor los jóvenes, las mujeres y la población con menores niveles educativos. Para 2021, dentro del segmento poblacional jefes de hogar, la pobreza total nacional alcanzó el 36 % para hombres, mientras que llegó al 42.9 % para las mujeres”, explicó.
Discriminando por regiones, el Centro de Estudios Económicos Anif explica que Quibdó (64.8 %) y Riohacha (56.6 %), duplican la pobreza de otras como Medellín (27.6 %) o Cali (29.3 %). En el caso departamental, La Guajira con 64.7 % o Chocó (63.4 %) están muy por encima de Cundinamarca (22.8 %) o Antioquia (29.3 %). Sumado a esto, agrega que dentro de las ciudades, la pobreza tiene una concentración espacial. Las denominadas barreras urbanas están presentes en prácticamente todas las capitales del país y generan segregación entre barrios y zonas de las ciudades.
Entre las conclusiones de este informe, los expertos a cargo señalaron que el Gobierno Nacional debe empezar a trabajar cuanto antes en el acceso a servicios y bienes públicos, con el fin de mejorar la calidad de vida de quienes viven en condiciones de pobreza, y darse a la tarea de conocer con claridad la magnitud e impacto que esto está teniendo sobre el desarrollo económico del país.