VIVIENDA
Compradores de vivienda en Bogotá: el sector tiene pronóstico reservado por disponibilidad de subsidios y falta de suelos
Según el gremio Camacol, en el capítulo de Bogotá y Cundinamarca hubo una caída fuerte en lanzamiento de nuevos proyectos, ventas e iniciaciones de construcción.
En Bogotá, capital del país, cada vez es más difícil la construcción de vivienda. Para 2035, fecha que no está tan lejana, 3,89 millones de hogares estarán buscando un espacio para vivir, lo que se suma al ya existente déficit habitacional, que bordea el 10 % (de hogares en la capital).
Ese panorama constituye un gran desafío en una ciudad en la que no hay espacio disponible, tiene algunos problemas de habilitación de suelo que se han demorado más tiempo del esperado, a lo que ahora se suma la incertidumbre, tanto de los constructores como de los compradores, para lanzarse, a invertir en el primer caso y a tomar un crédito para ser propietario, en el segundo.
El riesgo alrededor de esas circunstancias es la continuación de la presión sobre la estructura ecológica principal de la ciudad (EPP), en la que se están parqueando los que buscan donde guarecerse y terminan montando allí una vivienda informal. Tanto así que, según datos de la secretaría distrital de Hábitat, el 70 % de los asentamientos urbanos informales se encuentran en contacto con los EEP, tales como suelos protegidos, rondas hídricas y humedales.
Además, de acuerdo con los resultados del censo del Dane, 43.624 personas habitan en la EEP en suelo urbano o de expansión en Bogotá, tema que será complejo de resolver.
Tendencias
En medio de las debilidades que tiene el sector constructor en la capital del país, por la coyuntura económica que se ha mantenido desde y después de la pandemia, Camacol Bogotá lanzó los pronósticos para 2023.
Es así como, en un escenario optimista en el cual la economía siga remando, aunque desacelerada, por aguas más tranquilas, los lanzamientos de proyectos en el año serían de 45.751, lo que implica una reducción de 3,2 % en comparación con el año anterior.
En ventas, entre tanto, habría una baja mayor, de 12 %, pues se pasaría de 52.128 a 45.892 al cierre del año, según los cálculos de Camacol, que, sin embargo, puso también la posibilidad de resultados más apretados en un escenario más pesimista. En tal caso, la disminución en la venta de vivienda sería de 30,5 %, previendo el efecto de los cambios en los subsidios, principalmente el de Mi Casa Ya, que, si bien el gobierno ha dicho que lo continuará, tendrá una focalización distinta, apunta más a los segmentos de menores ingresos. La reducción en lanzamientos e iniciaciones de proyectos, en el mencionado escenario pesimista, caería en 18,4 % y y 7,9 % respectivamente, lo que claramente le daría un fuerte golpe al empleo, pues la construcción es uno de los sectores intensivos en contratación de mano de obra.
Durante el evento en el que Camacol presentó las perspectivas de la rama de la construcción, el nuevo presidente del gremio a nivel nacional, Guillermo Herrera, también mostró las perspectivas para la vivienda y señaló la importancia de que se de el debate necesario sobre las inversiones requeridas para que continúe la dinámica de la construcción. En el caso del programa Mi Casa Ya, demanda recursos por 2,2 billones de pesos al año.
Herrera puso en el visor la existencia de una ‘cola’ de subsidios asignados sin desembolsar, que se suman a las necesidades de inversión en vivienda para la nueva anualidad.