Transporte Público
Gustavo Petro lanzó otra polémica idea: que el transporte público sea “gratis” y se subsidie con cobros en la factura de luz
Todo un debate se ha generado en redes sociales por este pronunciamiento.
Una propuesta inusual ha sido planteada este sábado 2 de septiembre por el presidente Gustavo Petro en relación con el sistema de transporte público masivo en Colombia, generando un fuerte debate en los diferentes sectores sociales, académicos y económicos del país, ya que plantea la posibilidad de financiar el transporte público a través de una pequeña cuota en la factura de la luz, lo que permitiría a los ciudadanos acceder al transporte público de manera aparentemente gratuita.
Bajo esta idea, según lo dicho por el jefe de Estado, cada mes los usuarios pagarían una pequeña tarifa en su factura de electricidad, lo que les otorgaría el derecho de utilizar el transporte público de manera ilimitada. Esta idea ha sido recibida con opiniones divididas, ya que plantea un enfoque radicalmente diferente para financiar y gestionar el transporte público en las ciudades del país.
“Una idea para las ciudades con transporte público masivo: ¿y si pagáramos a través de una pequeña cuota en la factura de la luz el transporte público cada mes y nos diera derecho a subirnos en cualquier bus todos los días y durante el tiempo que sea?”, dijo inicialmente el presidente Petro.
En principio, esta iniciativa se presenta como una forma de lograr un transporte público accesible para todos los ciudadanos, eliminando la barrera económica que representa el costo de los pasajes. Sin embargo, su implementación plantea una serie de cuestionamientos y desafíos significativos.
“Se podría establecer fácilmente un subsidio al transporte para estratos débiles económicamente, se acabaría la evasión en el sistema. Los pudientes, a lo mejor, no usarían el transporte público, pero subsidiarían a los menos pudientes”, agrega el trino.
Uno de los principales argumentos a favor de esta propuesta es que podría eliminar la evasión en el sistema de transporte público. Al vincular el costo del transporte a la factura de electricidad, se reduciría la posibilidad de que los usuarios eludan el pago de los pasajes. Esto podría traducirse en un aumento de los ingresos para el sistema de transporte público, lo que a su vez podría contribuir a su mejora y expansión.
Además, la propuesta contempla la posibilidad de establecer subsidios para los estratos socioeconómicos más bajos, lo que garantizaría que aquellos con menos recursos puedan acceder al transporte público de manera equitativa. Esto podría abordar una de las preocupaciones fundamentales relacionadas con la equidad en el acceso al transporte.
Sin embargo, esta iniciativa también plantea una serie de desafíos y preguntas sin respuesta. En primer lugar, la viabilidad económica de este enfoque es motivo de interrogantes. ¿Sería posible financiar de manera efectiva el sistema de transporte público a través de una tarifa en la factura de la luz? ¿Cómo se distribuirían los costos entre los diferentes estratos sociales?
Además, la implementación de esta propuesta requeriría una transformación significativa en la infraestructura y la tecnología utilizada en el sistema de transporte público. La eliminación de los controles de tarjetas y la transición a un modelo basado en la facturación eléctrica sería un proceso complejo que requeriría una inversión considerable.
La reacción de los ciudadanos ante esta propuesta también es una incógnita. Si bien para algunos podría representar una solución asequible y conveniente para acceder al transporte público, otros podrían preocuparse por la posibilidad de un aumento en sus facturas de electricidad o por la equidad en la distribución de los costos.
“En algunos países el subsidio de transporte pagado a los trabajadores puede ser directamente en tarjeta de pasajes o su lanzada idea de financiación directa sin validación de tarjeta. No es idea mía, han expuesto que así pagan el subsidio de transporte complementario de sueldo”, contestó la senadora Angélica Lozano a esta propuesta.
No obstante, también hay ciudadanos que se oponen y sostienen argumentos como “las personas que se movilizan en carro, moto, trabajan desde casa... pagándole el pasaje de bus a los que toda la vida se han colado, han dañado buses, han robado y bloqueado vías. ¿Qué podría salir mal?”.
Ahora habrá que esperar qué tanto escala este comentario y cuáles podrían ser las reacciones de los diferentes sectores que se desarrollan en la industria automotriz y de transporte público, quienes son los que en últimas sabrían si este tipo de modelos son o no sostenibles en un escenario como el de Colombia.