Dian confirma fraude de 506 empresas que negociaban con facturas falsas ¿Qué pasará con ellas?

El fraude con el tema tributario, para que los que más tienen recursos terminen como evasores, escurriéndose de la obligación de pagar impuestos, es uno de los puntos que más choca a los que le juegan limpio al país en materia de tributos.

En el país, en 2021, se tramitará una reforma tributaria que, sin duda, será dura para muchos colombianos que hasta ahora no habían sido contribuyentes. Lo justo en un país con buenas prácticas sería que todo el que tiene ingresos tributara de acuerdo con sus capacidades, pues esa es una obligación de todo ciudadano de una nación que usa los servicios que se financian con los impuestos.

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No obstante, la evasión de unos se vuelve una piedra en el zapato que, a la final, lleva a que la gente vea los impuestos en Colombia como lo más desigual, inequitativo e injusto.

Por eso resulta inaudito lo que confirmó la Dian, tras los procesos de fiscalización concluidos, luego de los cuales, 506 empresas fueron declaradas como proveedores ficticios de facturas, es decir, se inventan los cobros por servicios prestados o bienes vendidos, se las ofrecen a un contribuyente evasor, quien compra las facturas y, con ello, al pasarlas como gasto ante la autoridad tributaria (en el momento de presentar la declaración de renta), se baja el impuesto a pagar.

Más que inaudito

Mientras la reforma tributaria 2021 va por 23 billones de pesos, de acuerdo con la propuesta radicada en el Congreso de la República, la evasión de dos de los impuestos más importantes casi dobla esa cifra. En Iva, la evasión suma 20,7 billones de pesos, según el reciente informe presentado por la comisión de expertos tributarios internacionales. Otro tanto sucede con el impuesto de renta, alrededor del cual se pierden 21,6 billones de pesos que se quedan en los bolsillos de los evasores. Es decir, entre esos dos impuestos la evasión suma 42,3 billones de pesos.

Y no es para menos. En los resultados divulgados este lunes por la Dian, con respecto a los proveedores ficticios, tan solo en Bogotá, 850 sociedades compraron facturas falsas.

Después del llamado de la Dian, no atendieron en su momento la solicitud de la administración tributaria en el sentido de corregir las declaraciones de renta en las que le sacaron el cuerpo a gastos valiéndose de facturas falsas.

La idea de la autoridad tributaria, inicialmente, era que pudieran subsanar voluntariamente esas irregularidades. Por lo tanto, una vez agotada es petición de corrección del error, ‘por las buenas’ “se les inició proceso de investigación y determinación de impuestos, con el fin de recuperar los tributos defraudados a la Nación, situación que se convierte en un agravante para estas frente a la Fiscalía, pues en su afán de sostener las operaciones simuladas, terminan incurriendo en otros delitos”, indicó la Dian.

De acuerdo con los datos que confirmó la Dian en SEMANA, en el fraude de las empresas estarían involucrados de 750 a 800 mil millones de pesos.

¿Qué castigo pueden tener?

En Colombia, de acuerdo con lo que está inscrito en el Código penal, la compra y venta de costos inexistentes está elevado a la categoría de delito.

Está tipificado entre los componentes delictivos relacionados con los impuestos, el no consignar las sumas recaudadas por impuesto a las ventas, inclusión de pasivos inexistentes, defraudación o evasión tributaria.

Sin embargo, la Dian, una vez detectadas las irregularidades procede a “invitar” a las empresas a que corrijan esas conductas. Pero, en caso de no hacerlo de manera voluntaria, el paso a seguir es la aplicación al artículo 647 del Estatuto Tributario: le desconocen los costos, gastos, deducciones, descuentos, exenciones, impuestos descontables, pasivos, retenciones o anticipos y a liquidar sanción de inexactitud de hasta del 160% del mayor saldo a pagar determinado. Por supuesto que, tras el curso de las investigaciones, podría llegarse a la acción penal.

Para la Dian, la Factura Electrónica que se intenta promover en el país será una herramienta clave en el control de este riesgo tributario. Permitirá un papel de control y seguimiento mucho más robusto, por lo que está planeado como uno de los ejes centrales de la modernización de la Dian: “la utilización de información en tiempo real y detección de facturación apócrifa, para desalentar las prácticas ilegales y de evasión”.

¿Y qué tan eficiente es la justicia?

Otro punto que en Colombia desanima es la ineficiencia de la justicia. En el caso de los fraudes con facturas falsas, el hecho más reciente es el de ‘la Patrona’, que facilitó que empresas privadas se quedaran con más de 2 billones de pesos de recursos del IVA.

Además del caso de ‘la Patrona’, están en curso 49 investigaciones relacionados con temas similares.