Economía

Conflicto entre Rusia y Ucrania pone en peligro la frágil recuperación del comercio mundial, advierte OMC

La invasión llevó a la organización a reevaluar sus proyecciones sobre el comercio mundial para los próximos dos años.

13 de abril de 2022
Exportaciones. (Photo by Wolfgang Kaehler/LightRocket via Getty Images)
Esta invasión llevó a la entidad a reevaluar sus proyecciones sobre el comercio mundial para los dos próximos años. (Photo by Wolfgang Kaehler/LightRocket via Getty Images) | Foto: LightRocket via Getty Images

La Organización Mundial del Comercio (OMC) disminuyó su estimación del crecimiento del volumen del comercio de mercancías hasta el 3 % en 2022, comparado con lo previsto anteriormente, que era del 4,7 %, y del 3,4 % en 2023, pero estas estimaciones son más inciertas de lo habitual debido al carácter fluido del conflicto.

El organismo internacional explicó que la consecuencia más rápida fue el incremento de los precios de los productos básicos. A pesar de sus reducidas participaciones en el comercio y la producción mundiales, Rusia y Ucrania son proveedores clave de bienes esenciales, como alimentos, energía y abonos, cuyo suministro se ve actualmente amenazado por la guerra.

Los envíos de cereales a través de puertos del mar Negro ya se han interrumpido, lo que podría tener consecuencias nefastas para la seguridad alimentaria de los países pobres.

La guerra no es el único factor que pesa sobre el comercio mundial en estos momentos. Los confinamientos impuestos en China para impedir la propagación del virus de la covid-19 están perturbando de nuevo el comercio marítimo en un momento en que las presiones de la cadena de suministro parecían estar acentuándose.

Lo anterior podría llevar a que haya una nueva escasez de insumos manufactureros y a una mayor inflación.

“La guerra en Ucrania ha causado un inmenso sufrimiento humano, pero también ha perjudicado a la economía mundial en un momento crítico. Su repercusión se dejará sentir en todo el mundo, especialmente en los países de ingreso bajo, en los que los alimentos representan una gran parte del gasto de los hogares”, dijo la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala.

“Como resultado de la reducción de los suministros de alimentos y de la subida de los precios de los mismos, los pobres del mundo podrían verse obligados a prescindir de ellos. No se debe permitir que eso ocurra. No es el momento de encerrarnos en nosotros mismos. En una crisis se necesita más comercio para asegurar un acceso estable y equitativo a los artículos de primera necesidad. La restricción del comercio amenazará el bienestar de familias y empresas y dificultará la tarea de forjar una recuperación económica duradera de la covid‑19″, añadió la funcionaria.

Asimismo, señaló que los gobiernos y las organizaciones multilaterales debían trabajar conjuntamente para facilitar el comercio en un momento de fuertes presiones inflacionistas sobre los suministros esenciales y de crecientes presiones sobre las cadenas de suministro.

La historia nos enseña que dividir la economía mundial en bloques rivales y dar la espalda a los países más pobres no conduce a la prosperidad ni a la paz. La OMC puede desempeñar un papel fundamental proporcionando un foro en el que los países puedan debatir sus diferencias sin recurrir a la fuerza, y merece que se la apoye en esa misión”, agregó.

Al disponer de pocos datos sólidos sobre la repercusión económica del conflicto, los economistas de la OMC han tenido que recurrir a simulaciones para generar supuestos razonables sobre el crecimiento del PIB en 2022 y 2023.

Las estimaciones actuales basadas en el Modelo de Comercio Mundial de la OMC reflejan lo siguiente:

  • La repercusión directa de la guerra en Ucrania, con inclusión de la destrucción de infraestructura y el aumento de los costos del comercio
  • La repercusión de las sanciones impuestas a Rusia, incluido el bloqueo de los bancos rusos del sistema de pagos SWIFT.
  • La reducción de la demanda agregada en el resto del mundo debida a la disminución de la confianza de las empresas y los consumidores y al aumento de la incertidumbre.

Con arreglo a esos supuestos, se prevé que el PIB mundial a tipos de cambio de mercado aumente un 2,8 % en 2022, lo que representa una disminución de 1,3 puntos porcentuales con respecto a las previsiones anteriores, que era del 4,1 %.

El crecimiento repuntará hasta alcanzar el 3,2 % en 2023, cifra próxima a la tasa media del 3,0 % registrada en el período comprendido entre 2010 y 2019. Se prevé que la producción de la región de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que excluye a Ucrania, disminuya considerablemente, un 7,9 %, y que esto dé lugar a una contracción de las importaciones de la región del 12,0 %.