NEGOCIOS
Consumo de cigarrillos de contrabando se disparó en Colombia por el aumento de impuestos
La diferencia de precios entre una cajetilla legal y una ilegal es de casi 50 %. El consumo de contrabando afecta más a los estratos bajos. Radiografía de una compleja situación.
Colombia se inundó de cigarrillos de contrabando y la situación parece no tener una salida en el corto plazo, ahora que la proporción de estos productos se ha triplicado en los últimos años.
Un estudio de Fedesarrollo y una encuesta de Invamer confirman la dura realidad que se viene presentando en el país, que además de darle un duro golpe a la salud pública, también tiene un coletazo a las finanzas de las regiones.
La situación, eso sí, no es del todo nueva. Basta con mirar las noticias de los últimos años de la DIAN y la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa), que han logrado interceptar multimillonarios cargamentos de estos productos, los cuales ingresan al país de forma turbia y sin pagar los impuestos obligados por la ley.
Y las cifras lo confirman: mientras en 2016, uno de cada 10 cigarrillos era de contrabando, hoy lo son uno de cada tres. La complejidad es tal, que ya hay departamentos que consumen más cigarrillos de contrabando que legales y esta tendencia escalar a nivel nacional.
Los departamentos de la costa Caribe generan gran preocupación. En promedio, el consumo de cigarrillos ilegales sobrepasó la mitad del mercado con un registro del 67 %, es decir, 14 puntos porcentuales más que en 2019 y más de 30 puntos por encima de la media del país.
Otro ejemplo preocupante se presenta en los departamentos de Norte de Santander, Santander y Arauca. El consumo de cigarrillos ilegales se registró en 49 %. Y en Antioquia la cosa también preocupa: allí, el consumo de cigarrillos ilegales alcanzó el 45 % del mercado.
De acuerdo con el estudio ‘Incidencia de Cigarrillos Ilegales en Colombia’ de la Federación Nacional de Departamentos (FND), realizado por Invamer, el 84 % de los fumadores adultos adquiere marcas ilegales porque son más baratas. Y no es para menos: la diferencia de precios entre marcas legales e ilegales es de hasta un 43 %, lo que las hace más atractivas para el consumidor.
Culpa de los impuestos
Detrás de esta difícil realidad hay varias causas, pero sin dudas una de estas estuvo relacionada con el aumento de los impuestos a los cigarrillos.
El estudio Finanzas Territoriales y Contrabando: el caso de los cigarrillos en Colombia, realizado por investigadores de Fedesarrollo, demostró que el alza al Impoconsumo que se incluyó en la reforma tributaria de 2016 disparó el consumo de cigarrillos de contrabando.
Este indicador que pasó del 13 % en 2016 al 34 % en 2020, alcanzando máximos históricos este último año, siendo la cifra más alta en una década.
La evaluación también mostró que el incremento en la proporción de consumo de cigarrillos de contrabando se acentuó con los años, afectando a los estratos bajos. Es decir, no solo se aumentó el consumo, sino que también lo hizo cada vez más rápido, ocasionando un doble problema, tanto para la salud del consumidor como para la financiación del sistema.
Por otra parte, el centro de estudios resalta la diferencia de precios con Ecuador de estos productos, lo que ha hecho que llevar cigarrillos legales e ilegales de Colombia a este país sea una actividad muy lucrativa.
Así Colombia no solo se ha convertido en un receptor de cigarrillos de contrabando, sino también en un corredor de este tipo de mercancía ilegal. Durante 2015 y 2016, el gobierno del país vecino incrementó en un 73 % la tarifa del Impuesto a Consumos Especiales (ICE).
Y esto tuvo como resultado que en apenas cuatro años (entre 2015 y 2019), el contrabando creciera más del 50 %.
En resumen, las cifras confirman que todos han perdido, excepto las mafias dedicadas este millonario negocio. El contrabando también se vincula directamente con criminalidad al ser una mercancía para lavar dinero del narcotráfico, financiar bandas criminales y ser cómplice de la violación de los Derechos Humanos. Y al igual que la covid-19, esta actividad tuvo varias mutaciones.
Según Daniel Rico, experto en temas de narcotráfico y contrabando, entre las nuevas modalidades que el contrabando adaptó a la época de pandemia están el surgimiento de mercados negros, el manejo de la tecnología para ofrecer los productos y la entrega de pedidos a través de redes locales que evaden los protocolos de bioseguridad y cuidado.