Economía
¿Cuál es el actual panorama de riesgos de Colombia?
Sergio Guzmán, director de Colombia Risk, plantea los principales peligros que tiene hoy el país, que van desde las complejidades del escenario económico y las amenazas que genera una recesión global, hasta las tensiones sociales que están latentes.
Colombia enfrenta uno de los procesos electorales más complejos y tensionantes de los últimos años. Pero también vive un escenario inédito: una posible recesión mundial que amenaza la recuperación económica, una inflación desbordada y el aumento de las tasas de interés.
Por si fuera poco, las tensiones sociales no han desaparecido, la pobreza no cede con la velocidad a la que aumentó en la pandemia y el empleo no crece al ritmo de la dinámica económica.
Sergio Guzmán, director de Colombia Risk, analiza esta situación, los posibles escenarios en los que se moverá el país y a qué nos estamos enfrentando.
SEMANA: ¿Cuáles son los principales riesgos a los que nos estamos enfrentando?
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Sergio Guzmán (S.G.): En primer lugar, estamos viendo un riesgo económico, no solamente el crecimiento, a pesar de ser positivo, también tenemos un déficit fiscal bastante prolongado, unos niveles de endeudamiento muy altos, y sí o sí el próximo gobierno va a tener que implementar una reforma tributaria. También evidentemente las elecciones son un riesgo, no por el resultado per se, sino porque son siempre momentos de incertidumbre. Además, es la primera vez que un candidato de izquierda tiene tan alta probabilidad de quedar presidente de Colombia, algo que muchos inversionistas internacionales han percibido como un riesgo.
SEMANA: ¿Algunos otros riesgos que perciben?
S.G.: También los temas de seguridad son un riesgo en el país. Vimos como El Clan del Golfo hizo un paro en días pasados, pero también hemos visto el crecimiento de la inseguridad o de las percepciones de inseguridad en las zonas urbanas. De la mano a ello, vemos un ambiente social bastante tenso, en donde las protestas y las marchas están a flor de piel, la gente tiene una gran insatisfacción, y si bien las selecciones son un conducto para llevar esa insatisfacción hacia las urnas, sí vemos un riesgo evidente de que haya protestas sociales este año. Del mismo modo estamos viendo en los temas ambientales, unos riesgos muy importantes, porque el calentamiento global es una realidad, así como los cambios climáticos y la erosión de tierras. Esto hace que nuestro país sea uno de los que tiene más riesgo asociado al cambio climático. No solamente los huracanes, las tormentas, el Fenómeno de la Niña, sino también los deslizamientos que pueden poner en jaque el sistema productivo del país.
SEMANA: En el tema económico, ¿qué tan vulnerables estamos hoy a los choques externos? ¿Qué tan cerca o qué tan lejos de que ese coletazo nos pegue? ¿O seguimos con ese viento de cola que traemos del año pasado?
S.G.: Creo que los resultados del primer trimestre sí sugieren que venimos con ese viento de cola del año pasado, pero mal que bien Colombia va a terminar siendo contagiado por los síntomas de recesión que están ocurriendo en Europa y en Estados Unidos debido a los altos precios de los commodities, en particular del petróleo; también otros bienes agrícolas y los insumos agrícolas van a hacer que sea insostenible la inflación y eso va a generar unos choques, porque todos los bancos centrales van a tomar una posición muchísimo más ofensiva. Ya lo hemos visto con la FED de Estados Unidos, pero también todos los bancos centrales de Latinoamérica, México, Brasil, Colombia, Chile, Perú, están subiendo tasas de interés, con lo cual están esperando reducir un poco la inflación. Pero este es un choque externo que interna y domésticamente no se va a poder franquear.
SEMANA: ¿Colombia y la región podrían caer en el futuro en una etapa de recesión o de estanflación? ¿Para cuándo?
S.G.: Predecir la recesión o la estanflación es muy difícil, no me atrevería a hacerlo. Pero sí diría varias cosas: En primer lugar, el crecimiento de la inflación en el país está generando una presión social muy grande, ya vimos que para este último mes la inflación llegó al 9%, en muy poco tiempo se estará comiendo el aumento del salario mínimo que fue decretado en diciembre, y el poder del salario real de los colombianos va a empezar a contraerse. Eso va a empezar a generar un malestar social muy grande. Así mismo, las decisiones de inversión extranjera directa podrán simplemente pausar hasta conocer los resultados de la elección presidencial, para decidir si toman riesgos o no en el país, y eso podría si causar un freno a la situación económica del país, ya sea a final de junio o principios de julio de este año.
SEMANA: ¿Cómo ve el ajuste fiscal que traen los candidatos?
S.G.: Todos los candidatos presidenciales tienen un plan fiscal expansionista, no un plan fiscal para cortar gastos, sino para expandir el gasto fiscal. Eso en todos los casos va a hundir el déficit fiscal del país, y probablemente generará una reacción, ya sea de las calificadoras internacionales, de los mercados de capital internacional, y por qué no también de los inversionistas.
SEMANA: ¿Hasta dónde cree que va a llegar el precio del dólar y del petróleo?
S.G.: No quiero comprometerme con un número, pero mire lo que plantea JP Morgan: si Europa decide cortar el chorro de gas a Rusia, el precio del petróleo se podría disparar hasta 185 dólares, eso tendría una presión inflacionaria muy grande, y a pesar de Colombia ser un exportador de petróleo, somos un importador de gasolina, y esa relación causaría una devaluación del peso bastante grande. Creo que, dadas las condiciones geopolíticas, la presión está para que el peso colombiano continue devaluándose, a pesar de los esfuerzos del Banco de la República por estabilizar los precios subiendo las tasas de interés. Creo que el Banco de la República puede ser más agresivo, pero obviamente, durante un muy apretado calendario electoral, yo creo que el banco está optando más bien por la prudencia, que también me parece una herramienta hábil.
SEMANA: En el frente político, ¿cuál es su lectura de cómo quedó el Congreso?
S.G.: Es un Congreso dividido y vamos a empezar a ver cuáles son los puntos de quiebre del Congreso, y tanto en Senado como en Cámara, las historias son un poco diferentes. En el Senado, el partido Cambio Radical y el partido de La U son las bisagras, y son quienes van a decidir si hay mayorías o no. Y el partido de La U y Cambio Radical ya acordaron firmar en bloque la mayoría de las cosas, es decir, para poder pasar leyes. Sí o sí, el próximo gobierno va a tener que vérselas con Germán Vargas Lleras y con Dilia Francisco Toro, gústeles o no les guste, eso va a complicar una cierta moderación de cada uno, y crucialmente el Senado va a discutir cosas muy importantes, muy temprano en su periodo: la primera, es la decisión del contralor general de la República; la segunda es la elección de un nuevo magistrado de la Corte Constitucional y la tercera, por supuesto, será como se va a votar el plan nacional de desarrollo del próximo gobierno, lo cual nos empezará a mostrar distintas líneas de choque entre los distintos partidos políticos.
SEMANA: ¿Y en Cámara?
S.G.: En Cámara la historia es poco distinta, porque en Cámara, el partido Liberal, sí es el partido bisagra, y como ya se ha comentado, aunque el partido Liberal en el Senado está más alineado con la campaña de Federico Gutiérrez, en Cámara esa alineación es más cercana a la candidatura de Gustavo Petro, como candidato presidencial. Entonces tenemos una Cámara que está un poco más tirada hacia la izquierda, y la Cámara tiene como función elegir el nuevo defensor del pueblo, pero eso no pasa sino dentro de tres años, y también tiene que una comisión de acusaciones, la cual, es la única encargada de juzgar al Presidente de la República y a otros altos funcionarios, y todos aquellos sujetos a fuero.
Entonces, el asunto va a ser que tenemos un Congreso dividido y disfuncional. Y en nuestra opinión, un Congreso que le va a ser muy difícil para cualquiera de los aspirantes a la presidencia de la república, formar mayorías. Entonces, tendrá que haber un compromiso, tendrán que diluir muchas de sus propuestas, ya sea económicas, o de reforma política, para lograr salvar un poco su agenda presidencial.
SEMANA: Frente a las elecciones presidenciales, ¿cuál es el escenario que están viendo?
S.G.: Para nadie es un secreto que el colombiano promedio tiene una onda bastante pesimista en este momento. Según la última encuesta Invamer, más del 80% de los colombianos consideran que el país va en la dirección equivocada, hay inconformidad en temas de seguridad, en temas de costo de vida, en temas de económicos, en lucha contra la corrupción, mejor dicho, hay un enorme pesimismo. Y también hay una baja aprobación del actual gobierno del presidente Iván Duque, y este ambiente de pesimismo en una elección que ha sido marcada por una dinámica, cambio-continuismo, pues favorece al continuismo, y no al cambio. Si nosotros analizamos en ese evento, la candidatura de Federico Gutiérrez, parte con una desventaja, porque no solamente corre el riesgo de representar el gobierno actual, por su composición partidista, por los apoyos que ha recibido, y por algunas de las propuestas que plantea, sino que se enfrenta en un entorno donde en una narrativa de cambio, cambio ideológico, cambio económico, mayor diversidad en los componentes que componen la baraja política, es la narrativa dominante del momento. Entonces, justamente en ese sentido, nosotros pensamos que el país va a optar por el cambio, y el cambio tiene digamos, la ventaja política en este momento.
SEMANA: ¿Qué podría significar para el país en materia social y económica la llegada de un candidato de izquierda a la presidencia de la República?
S.G.: Primero, hay que mirarlo con el lente de la gobernabilidad y es que a un candidato de izquierda no le va a quedar muy fácil armar mayorías en el Congreso, y en ese sentido podría verse tremendamente frustrado en algunas de sus aspiraciones de reforma. Este es un obstáculo que Gustavo Petro ha reconocido en varias ocasiones, a pesar de que el Pacto Histórico tiene un número importante de senadores y de representantes a la Cámara. A pesar de eso, lo que estamos viendo en la región, es que a los presidentes cuando no tienen mayorías, como es el caso de Pedro Castillo, en Perú, y también de Gabriel Boric, en Chile, no han logrado introducir las reformas tan grandes que han tenido, y además de eso, la situación económica, el crecimiento de la inflación, también se ha manifestado en una estrepitosa caída en las encuestas de aprobación en esos países, y en algunos casos incluso también, llevan a la protesta social.
SEMANA: ¿Cómo podría Gustavo Petro, en una eventual presidencia, administrar un superciclo de commodities que podría llegar eventualmente, cuando ha dicho que no quiere seguir explorando petróleo y que quiere hacer una transición mucho más rápida, para marchitar el tema de la industria fósil?
S.G.: Eso va a afectar a Colombia más a largo plazo que en el corto plazo, porque parte de la propuesta de Gustavo Petro, no es detener la producción, sino detener la exploración o los contratos de exploración hacia futuro. Entonces Colombia en el corto plazo va a continuar beneficiándose de super ciclo de los commodities y los altos precios del petróleo, y eso va a generar una rentabilidad para Ecopetrol bastante importante, y Gustavo Petro ha propuesto que Ecopetrol participe de una forma bastante abultada, en los programas de transición energética, lo cual puede también abrir unas oportunidades nuevas. Sin embargo, el alto precio de la gasolina, por la participación geopolítica, sí va a seguir afectando a Colombia de una forma desproporcionada, y eso va a afectar la inflación. Entonces, a menos de que Colombia pueda exportar más petróleo, generar nuevas fuentes de petróleo, desarrollar iniciativas como el fracking, o los yacimientos costa afuera, para tener unas reservas petroleras que podamos exportar y podamos aprovechar ese super ciclo de commodities, entonces la economía no va a crecer a un ritmo muy superior. Es muy sencillo: o producimos más petróleo, o pagamos más impuestos o nos endeudamos más, no hay una tercera opción.
SEMANA: ¿Cuál es el escenario de la tensión social que está latente, con altos niveles de pobreza y un empleo que no avanza a la misma velocidad que el crecimiento?
S.G.: Por eso nosotros estamos pensando en futuras protestas sociales, pase lo que pase. Y cómo el gobierno próximo maneje la protesta social, va a ser un punto fundamental para entender su relación con la policía, las fuerzas militares y los grupos de oposición que protesten. Entonces, eso va a mostrarnos un poco qué camino va a tomar el próximo gobierno en cuanto a eso. Esas preocupaciones las compartimos, y son cosas que nosotros somos conscientes de que no hay respuestas, y ningún candidato está promoviendo una respuesta porque nadie tiene necesariamente la herramienta primordial. Colocar subsidios a los alimentos o favorecer a los productores domésticos y no a los productores internacionales tiene unas consecuencias; dar subsidios a los insumos agrícolas también tiene unas consecuencias; ofrecer subsidios y expandir los subsidios del programa adulto mayor, del programa jóvenes en acción, de familias en acción, también tiene unas consecuencias. Y eso que no hemos empezado a hablar de ingreso solidario, que expira al final del año, el próximo presidente también tendrá que tomar una decisión sobre qué hacer con esos subsidios. Indudablemente, la decisión que tome puede llegar a ser impopular, ya sea frente a los inversionistas internacionales y las agencias de calificación, o frente a la gente que percibe una mayor desigualdad, está comiendo menos, está con unos índices de pobreza multidimensional más altos y tiene cada vez más rabia y desasosiego con el Gobierno.
SEMANA: ¿La inversión extranjera se va a ralentizar, se va a estancar en un escenario, por ejemplo, de la llegada de Gustavo Petro al poder, o los inversionistas extranjeros están acostumbrados a lidiar con tensiones en distintos países?
S.G.: Eso segundo es muy cierto, y su portafolio grande de inversiones, particularmente en los mercados emergentes acaba de tomar un golpe enorme con la guerra de Rusia y Ucrania, y gran capital en esos países ha tenido que salir y está encontrando en Latinoamérica un destino de inversión de refugio. Pero también está encontrando en Estados Unidos, que tiene unas tasas de interés al alza, un lugar atractivo para poner su dinero. La pregunta es, cómo Colombia va a hacerse atractivo para atraer esos capitales internacionales. Eso se logra promoviendo la seguridad jurídica, manteniendo la protección de la propiedad privada y la estabilidad fiscal que tenga el país, eso es fundamental para los inversionistas internacionales donde están tomando decisiones de inversión.
SEMANA: ¿Cuál sería el mensaje que les daría a los candidatos?
S.G.: Yo les diría que tienen que priorizar la estabilidad fiscal del país, que es muy importante y que no pueden hacer promesas que no pueden cumplir, porque eso en últimas va a generar una insatisfacción enorme por parte del electorado, por las expectativas que estén fijando, y eso indudablemente no va a desembocar en ningún bien. Y también que le bajen a la retórica, porque estamos en verdad en un punto en donde discutir se ha vuelto muy difícil, llegar a consensos es muy difícil, y tratar de priorizar la unidad nacional y el propósito nacional parece ser inconcebible en este momento. Entonces, necesitamos unidad, necesitamos todos ir para el mismo lado, y la crisis económica que se nos viene, pues, puede ser una de las pocas cosas que nos logre unir como país.
SEMANA: ¿Vamos a seguir en esa tensión de polarización en la que hemos venido en los últimos años?
S.G.: Si, la verdad es que yo no soy optimista frente a eso, y no solo por lo que está pasando en Colombia. Es una tendencia global, Brasil está pasando por algo muy similar, Chile está pasando por algo igual, en Estados Unidos también hay un alto nivel de polarización. Francia también está cruzando por lo mismo. Entonces, yo en realidad no tengo esperanzas de que haya una gran unidad nacional y eso es muy desafortunado.