Proyecciones
¿Cuáles serán las amenazas para la economía del país en 2022?
Varios factores, locales y externos, podrían interrumpir la reactivación económica que viene experimentando el país. Cadenas logísticas, costo de vida, empleo, dólar y elecciones requerirán un monitoreo constante.
Para 2022, las expectativas de crecimiento se mantienen en terreno positivo, pero se espera un cambio en el motor del PIB, que el año pasado fue el consumo de los hogares –impulsado por ahorro y gasto contenido–, pero que de aquí en adelante dependerá más de otros factores como mejoras del mercado laboral –que aún sigue rezagado– y la mayor producción interna; al igual que de una mayor inversión y exportaciones. Es indispensable hacer que ese crecimiento sea sostenible, generando productividad y equidad.
Para BBVA Research, que pronostica un avance del PIB de 4 por ciento en 2022, la economía estará liderada por las exportaciones y la inversión. De hecho, estima que las primeras crecerán por encima de las importaciones por primera vez desde 2017, aunque en el mediano plazo las compras externas seguirán superando a las exportaciones. Por su parte, Corficolombiana cree que, a pesar de la turbulencia generada por el aumento de precios, tanto en el ámbito global como doméstico, unas tasas de interés al alza y la incertidumbre asociada al proceso electoral y a la pandemia, el país podrá crecer 5 por ciento el año entrante. Esto llevaría a Colombia a tener a finales de 2022 un nivel de ingreso superior en 7 por ciento al de prepandemia, uno de los más altos de la región y solo comparable a la recuperación proyectada para Chile. “Esta senda de crecimiento presupone una recomposición de las fuentes de crecimiento, donde la turbina del consumo pierde potencia, pero es sustituida por la inversión privada y las exportaciones, y un resultado electoral en donde el modelo económico del país no se ve comprometido”, concluye la firma.
Un costo de vida cada vez más caro
La inflación es el ‘impuesto’ más costoso para los más pobres y vulnerables. En un escenario de pandemia, que ha dejado a cerca de la mitad de la población en situación de pobreza, la preocupación por el aumento de la inflación es cada vez mayor. El dato anual a noviembre se ubica en 5,26 por ciento, muy por encima del rango meta del Banco de la República, y ya los cálculos anticipan que al cierre del año esté por encima del 5 por ciento. Para el Emisor será de 4,9 por ciento.
La presión inflacionaria proviene, en gran medida, del comportamiento de los precios de los alimentos y de los regulados. El incremento de los precios y de los costos internacionales por cuenta de la crisis logística internacional generó presiones al alza sobre varias canastas, a lo que se sumó un peso más devaluado. El poder adquisitivo del salario mínimo se reduciría en 2021 por primera vez en seis años, con una brecha de 1,6 puntos porcentuales entre el aumento en el salario mínimo y la inflación, advierte Davivienda.
Lo más leído
El consenso es que se mantenga alrededor del 5 por ciento en los primeros meses del año, mientras duran las tensiones logísticas en el mundo y se ajustan los precios internos, tras el aumento del salario mínimo, cuyo valor se indexa a precios como arriendos. Luego se espera que se normalice en un poco más de 3,5 por ciento. La preocupación es que ante la aparición de nuevas variantes las tensiones internacionales persistan y esa presión inflacionaria se mantenga. Además, en el campo internacional viene tomando fuerza la posibilidad de una estanflación, es decir, un periodo de bajo crecimiento con alta inflación que impactaría la dinámica económica global.
Demasiada volatilidad del dólar
La tasa de cambio del peso-dólar usualmente registra movimientos fuertes hacia arriba o hacia abajo de acuerdo con las noticias o los acontecimientos que mueven los mercados financieros. Ese movimiento, que se conoce como volatilidad, será una de las principales características del mercado cambiario colombiano en 2022, en especial por la incertidumbre generada por el proceso electoral. Algunos consideran que esa incertidumbre ya se ha sentido este año y, sumada a las variantes de covid, en especial ómicron, han sido las responsables de que en lo corrido de 2021 el precio del dólar se haya movido entre un mínimo de 3.420,78 pesos y un máximo de 4.010,98, es decir, una volatilidad de 590 pesos. El año pasado la volatilidad fue aún mayor (900 pesos) por todos los impactos económicos y sociales de la pandemia, pero en 2022, cuando se espera que el coronavirus pueda ser enfrentado de manera más eficiente con la vacunación, el principal propulsor del dólar serían las elecciones.
Aunque se prevé que la divisa se va a mantener en una cotización alrededor de los 4.000 pesos, es factible que una vez se defina quién será el nuevo presidente de Colombia, el peso recupere algo de su valor. Por esta razón, los expertos estiman que la tasa de cambio puede terminar 2022 en 3.797 pesos.
Que no se generen suficientes puestos de trabajo
Colombia terminó 2019 con 22,7 millones de personas ocupadas, pero en abril de 2020, con la pandemia, ese dato cayó a 16,5 millones. En 2021 empezó la recuperación y en octubre los ocupados ya eran 22,1 millones. Si bien implica la recuperación de cinco millones de puestos de trabajo, también indica que aún faltan 632.000, que se deben volver a abrir no solo por justicia social, sino para que el país pueda mantener su ritmo de crecimiento. Justamente, ahí está la incógnita con respecto a lo que viene en materia laboral, pues este año Colombia demostró que pudo producir más con menos gente ocupada. Ese es el caso, por ejemplo, del sector comercio, que es uno de los que más crece. Allí había cuatro millones de ocupados al cierre de octubre, 154.000 menos que en el mismo mes de 2019. Este es un sector intensivo en mano de obra, pero está sufriendo una transformación por cuenta del comercio electrónico, que hace que necesite menos personal. Igualmente, el agro tiene todavía 152.000 empleos por recuperar y las actividades artísticas y de entretenimiento, otros 257.000 empleos.
A esto se suma la preocupación por la calidad del empleo y por una recuperación laboral más lenta para las mujeres (especialmente las madres), los jóvenes y aquellos con menores niveles educativos.
La incertidumbre electoral
Los procesos electorales siempre generan incertidumbre y en países como Colombia han sido más usados como una excusa para especular que para generar verdaderos cambios de tendencias en los mercados financieros, los cuales se han producido más por temas externos como las políticas de la Reserva Federal o los precios de las materias primas. No obstante, para las elecciones de 2022 hay preocupación entre los analistas económicos por las propuestas populistas de los candidatos, que quieren ganar el favor de los votantes.
En BNP Paribas, donde aseguran que América Latina ‘nunca será aburrida’ en su panorama político, indican que tanto acá como en Brasil, las encuestas señalan la llegada de gobiernos populistas que podrían traer riesgos sustanciales para los mercados locales.
Mientras llegan los meses de votación (marzo –Congreso–, mayo y junio –presidencia–), la especulación está a la orden del día y el riesgo país de Colombia supera con creces al de sus pares con igual calificación.
Que no se soluciones pronto la crisis de los contenedores
Decenas de barcos haciendo fila en las bahías de los puertos, esperando descargar sus contenedores. Puertos colapsados porque no hay transportadores suficientes que puedan evacuar esa carga y cadenas de suministro global golpeadas y sin poder cumplir. Esa ha sido la constante en los últimos meses a raíz de la llamada crisis de los contenedores, que a su vez es una de las principales responsables de la inflación que golpea a todo el mundo.
En Colombia no ha habido desabastecimiento, pero sí escasez en productos como vehículos, que están demorando meses en llegar a sus dueños, y en otros como juguetes importados.
Ante la nueva aparición de variantes de la covid-19 y el temor de nuevas restricciones a la movilidad, revive la pregunta sobre el fin de la crisis del comercio. Como explicó Javier Díaz, presidente de Analdex, al programa de Dinero en Semana TV, los analistas internacionales piensan que esto se puede empezar a solucionar en el primer trimestre del año entrante. “Pero en Europa y Estados Unidos, que es donde está el negocio naviero. América Latina representa apenas 4 por ciento de dicho negocio, por lo que no van a priorizar los barcos hacia acá. Creo que esta situación la vamos a mantener en Colombia y en la región, por lo menos, durante todo 2022. Entonces la afectación de precio se va a mantener y uno verá un 2022 con unos precios muy presionados al alza”, dice.
En la Dirección de Estudios Económicos del Grupo Bolívar advierten que las limitaciones de la cadena de suministro son cada vez más críticas para Colombia y causan preocupación, pues si el desajuste se perpetúa un buen tiempo, puede llevar a una desaceleración económica global. De hecho, el índice de gestión de compras que calcula mensualmente Davivienda, y que muestra el desempeño de la industria, se desaceleró en noviembre por los problemas de suministros que viven las empresas.