REFORMA TRIBUTARIA
Dian y DPS intentan ajustar medidas en la reforma tributaria para que donantes de alimentos no terminen ‘crucificados’
En una reunión realizada este miércoles, se buscan las alternativas para no afectar las donaciones con impuestos.
Millones de colombianos padecen de hambre, mientras se tira a la basura la tercera parte de los alimentos que se producen. “Con los alimentos desperdiciados en Colombia cada año se podría dar las tres comidas a toda la población de Panamá, Uruguay y Luxemburgo durante todo el año”. Ese mensaje que encabeza la carta que enviaron al ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, como preámbulo para abogar por ajustes a las medidas en la reforma tributaria que le ponen impuestos a las donaciones, parece que dará resultados.
Este miércoles, el director de la Dian, Luis Carlos Reyes, y la directora del Departamento de la Prosperidad Social, Cielo Rusinque, se reunieron para analizar el tema, de cara a la construcción de la segunda ponencia de la reforma tributaria, que tendrá que llevarse a las plenarias de Senado y Cámara en el Congreso de la República, para completar el trámite antes de que se convierta en ley.
Impresionantes cifras
La alerta inicial la hicieron los Bancos de Alimentos de Colombia, que argumentaron con su labor, la urgencia de revisar una carga impositiva para los que donan, principalmente comida. “Los bancos de alimentos trabajan para disminuir el desperdicio de alimentos y mitigar la grave situación de hambre del país. En el 2021, con una red de más de mil donantes, se rescataron 29 mil toneladas de productos aptos para el consumo humano y recibieron en donación recursos para comprar otras 10 mil toneladas de alimentos saludables, con los que mejoraron las condiciones nutricionales de 1,2 millones de personas en situación de vulnerabilidad”, dice la carta.
El equipo científico de la Red de Bancos de Alimentos de Colombia, luego de revisar las medidas de la reforma tributaria, estableció que, si se llegaran a aplicar, “disminuirían las donaciones de recursos para comprar alimentos, las donaciones de alimentos y aumentaría el desperdicio en más de 23 mil toneladas anuales”.
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La Dian y el DPS tomaron nota, pues, hay que recordar que en el articulado de la reforma tributaria se incluyó una disminución del beneficio tributario por la donación de dinero o alimentos y se establece un impuesto a las donaciones de alimentos y bebidas, señaló la red de banco de alimentos.
En la mitad estarían más de un millón de colombianos en situación de vulnerabilidad, que han sido beneficiarios de las donaciones. “El beneficio tributario por la donación de alimentos ha significado una importante herramienta en la evolución de la política contra el hambre y el desperdicio de alimentos en el país. Disminuir este beneficio tributario y además grabar de impuesto a las donaciones de algunos alimentos y bebidas, significa retroceder más de una década en la política contra el desperdicio, motivando a que productores y comerciantes tomen la decisión de vender sus excedentes de alimentos para consumo animal en vez de donarlos para consumo humano. No queremos ver nuevamente a cerdos de todo el país alimentándose con los yogures que deberían estar tomando los niños que no tienen nada que comer”, sostuvo Juan Carlos Buitrago, director de la red de Bancos de Alimentos de Colombia -Abaco.
El debate
Los datos del desperdicio de alimentos en Colombia son impresionantes. Una tercera parte de la comida se bota en Colombia, lo que equivale a 9,7 millones de toneladas al año. De ese monto, 40 por ciento se pierde desde la producción agrícola, por falta de vías o de compradores.
Por esas razones, aunque la reforma tributaria, con los impuestos, lo que buscaba era cerrar el cerco a los que usan donaciones para bajarse ellos mismos los impuestos, la Dian y el DPS buscarán alternativas. En todo caso, para que se dé un verdadero cambio en Colombia, como lo pretende la actual administración, son muchas las piezas del rompecabezas que se requiere tener listas. Entre ellas está justamente la de la conectividad vial, una de las talanqueras para que el desarrollo del campo se vea y, por esa vía, se reduzca el hambre que, por ahora, es pan de cada día para millones de personas.