Dólar a menos de $ 4.000: ¿Por qué está bajando la divisa? ¿Cuánto más puede caer? Estas son las razones de este giro

En la montaña rusa en la que se ha convertido el comportamiento del dólar, este martes 18 de julio se registró uno de los momentos más emocionantes. El dólar por fin descendió de la barrera de los 4.000 pesos y en algunas horas de la mañana se alcanzó a cotizar en 3.980 pesos.

La curva de caída es sostenida y muchos analistas incluso auguran que pronto se podrá ver el precio en los 3.900 pesos.

SEMANA publicó en su más reciente portada las razones de esa vertiginosa caída, después de que el país había visto la moneda bordear los 5.000 pesos por meses, en un recorrido de subidas y bajadas, lleno de tensión y expectativa. Ahora, la calma parece haber vuelto al comportamiento de la divisa.

Después del 29 de mayo del año pasado, cuando se realizaron las elecciones de la primera vuelta y se definió que los dos candidatos a batirse en duelo por la presidencia de la República serían Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, el dólar en Colombia se subió en un tobogán de vértigo, empujado además por una tendencia global a la apreciación de la divisa, como resultado de los aumentos en la tasa de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED).

La moneda estadounidense empezó en junio del año pasado con un precio de 3.776,52 pesos y luego fue escalando a medida que se acercaba la fecha en la que se volverían a enfrentar los dos aspirantes a llegar a la Casa de Nariño.

Después del 19 de junio, cuando se conoció que más de 11 millones de colombianos habían elegido el primer gobierno de izquierda en el país, el efecto político se hizo sentir y la moneda nacional empezó a debilitarse, lo que dejó espacio para que el dólar se trepara por encima de los 4.000 pesos, camino que recorrió hasta llegar a la cresta: 5.061 pesos el 8 de noviembre de 2022.

La cima la alcanzó la divisa en Colombia, en medio de una fuerte tensión e incertidumbre global que era avivada con los mensajes que salían del palacio de Gobierno: no a la exploración petrolera, pese a que hasta el momento es la actividad que genera los mayores recursos al país y al funcionamiento del Estado. Se juntó también la propuesta de reforma tributaria y el anuncio de una reforma pensional que incluía un revolcón a los fondos privados de pensiones, los cuales mueven los ahorros de los colombianos a través del mercado de valores y la inversión en obras de infraestructura.

Se empezó así a hablar del ‘dólar-Petro’, a medida que la divisa se fortalecía con cada salida a la luz pública de trinos contra la política que aplicaba el Banco de la República de subir las tasas de interés para contener la escalada de la inflación. El presidente arremetía contra esa alza que causaría estragos, pues los créditos caros frenaban el consumo y la inversión. En ese contexto, desde el Gobierno hasta se planteó un impuesto para evitar la fuga de capitales. El mercado en el que se mueve el dólar entendía así que desde el Ejecutivo se intentaría atentar contra la autonomía del Emisor.

En aguas tranquilas

El capoteo a esa turbulencia la hizo inicialmente el entonces ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, que apagaba los incendios que desataban los mensajes con los cuales “el Gobierno daba señales confusas sobre algunas reglas de juego, especialmente respecto a la transición energética”, señala un informe de Corficolombiana.

Ahora, a unas semanas de cumplirse un año del mandato de Petro, el dólar ha dado una tregua. El viernes, en su última negociación, cerró en 4.053 pesos, según la Bolsa de Valores de Colombia, y en promedio se cotizó en el día en 4.089 pesos. La moneda local se ha convertido en la más revaluada del mundo, senda que tomó desde comienzos de este año. ¿Qué está pasando?

El dólar es el termómetro de la economía: las tensiones internacionales, la incertidumbre local, el movimiento en el valor del petróleo, casi todo se refleja en él. Y el caso colombiano no es ajeno a esa dinámica. Los especialistas de LatinFocus Consensus, que mensualmente les miden el pulso a los principales indicadores económicos de la región, señalan que el peso colombiano se ha venido apreciando desde que el Congreso de la República puso en pausa la agenda de reformas del presidente Petro. Sin embargo, no esperan que se mantenga así el resto del año. Aunque los vientos de recesión económica en el mundo empiezan a diluirse, en Estados Unidos la FED continuaría subiendo sus tasas de interés para no dejarle ventaja a un posible retorno de la inflación al alza.

De igual manera, los analistas consideran que varios ingredientes del coctel económico serán los factores clave para tener en cuenta de aquí en adelante: los precios del petróleo, la trayectoria de las tasas de interés del Banco de la República en relación con la FED y la agenda política del presidente Petro.

En promedio, los panelistas consultados por LatinFocus Consensus prevén que el peso colombiano termine 2023 en 4.399 pesos por dólar y 2024 en 4.360.

Igualmente, Juan David Ballén, analista de Casa de Bolsa, indica que el dólar viene cayendo en todo el mundo por el descenso en la inflación en Estados Unidos y por el hecho de que la FED está muy cerca del fin del ciclo de aumento de tasas de interés.

En el caso de Colombia, coincide en asegurar que ha caído más fuertemente luego de que el trámite de las reformas y la gobernabilidad se complicaran, buscando cerrar parte de la prima de riesgo que se amplió el año pasado. “En estos momentos, el dólar a nivel global está entrando en niveles de sobreventa, lo cual podría explicar su estabilidad reciente en el país, sin embargo, vale la pena destacar que aún falta terreno perdido por recuperar”, explica.

En ese sentido, Felipe Campos, analista de Alianza Valores, sostiene que, así como el dólar rebotó con el cambio político, la divisa podría estarse devolviendo a la zona preelectoral. No obstante, ese retorno al punto donde estaba el año pasado es más lento que en otras monedas de la región. Brasil, Chile, México y Perú han tenido coyunturas internas con menor peso en el mercado cambiario.

De hecho, un estudio reciente de Corficolombiana señaló que la divisa, sin la incertidumbre generada en lo local por el tema político, debería estar por debajo de los 3.800 pesos. Por esa razón, la explicación de estos analistas a la tendencia bajista y estable que ha tenido el dólar en los últimos meses se debe a que Colombia está corrigiendo hasta ahora buena parte del castigo que sufrieron las monedas de Latinoamérica durante el año pasado.

Los datos de Bloomberg indican que, en lo corrido de 2023, el peso colombiano se ha valorizado 18 por ciento, superando a las divisas de Albania, México, Sri Lanka y Hungría, que se han fortalecido entre 15 y 16 por ciento. El polo opuesto está en la libra libanesa, que este año se ha debilitado 89 por ciento frente al dólar.

En Colombia, según análisis del Banco de la República, el hecho de que esa tendencia al debilitamiento del peso que se dio en 2022 se haya revertido en este año no solo obedece a la moderación esperada de la política monetaria de la FED, sino que también influyó la aprobación de la reforma tributaria.

La caída del dólar impacta favorablemente la inflación por el traslado que se da a los precios de los productos importados, como televisores, electrodomésticos, computadores y celulares, entre otros, y a las materias primas, por ejemplo, para el sector agropecuario.

Los viajes de los colombianos al exterior se favorecen con un dólar más barato, pero no resulta tan atractivo para los turistas internacionales que ven a Colombia como un destino de viaje.

La expectativa está en lo que viene, pues en unos días se instala el Congreso de la República y empieza de nuevo la carrera de las reformas, probablemente ahora, sin la aplanadora que tenía la administración Petro al inicio de su mandato. Principalmente la pensional sería la que más ruido puede generar en los mercados en los que, por ahora, el dólar continúa arrinconado frente al peso.