Dólar en Colombia, así le puede pegar el comportamiento de la divisa al ciudadano que quiere comprar vivienda

Pocos son los compradores de vivienda que se detienen a poner el ojo en la manera en la que los afecta el precio del dólar, por lo cual, pueden terminar tomando decisiones que afecten su bolsillo.

En los últimos años, el sector inmobiliario en Colombia ha experimentado notables transformaciones, en su mayoría impulsadas por las variaciones en el valor del dólar estadounidense. La relación entre la tasa de cambio y el mercado de bienes raíces está latente y debe ser un factor crítico a considerar.

Aun con las presiones que ejercen las tasas de interés del Banco de la República, en la decisión de toma de un crédito hipotecario, los colombianos siguen apostando a ser propietarios. Sin embargo, “la velocidad con la que se mueve el dólar no se corresponde con el ritmo de las transacciones en activos inmobiliarios estables, por lo que no debería tener un impacto significativo en las operaciones inmobiliarias locales”, explica Juliana Vásquez, Consultora Senior de Inversión en Colliers Colombia.

El comportamiento del dólar, además de pegarle a las inversiones en finca raíz en Colombia, también influye en las extranjeras. Cuando la moneda local se deprecia frente al dólar, las propiedades colombianas se vuelven más atractivas para inversores extranjeros, ya que pueden adquirirlas a precios relativamente más bajos. Esto puede estimular la inversión en proyectos inmobiliarios y, en última instancia, impulsar el desarrollo económico local.

Sin embargo, a mediano plazo, la actividad podría verse influenciada por los inversores extranjeros, que preferirían retrasar la toma de decisiones debido a la alta volatilidad del dólar, especialmente en lo que respecta al financiamiento de proyectos inmobiliarios, dado que es difícil prever las necesidades de flujo de efectivo durante el desarrollo de dichos proyectos.

Arriendos en dólares

Aunque Colombia se ha destacado por tener la moneda fortalecida frente al dólar, en la mayor parte del año, en general, los países de la región han estado sumidos en un escenario de devaluación. “Existen países de la región que permiten el pago de arriendos en dólares, lo que se traduce en beneficios para los inquilinos o compradores que se encuentren dolarizados”. En el caso de Colombia, esta no debería ser una preocupación para el sector inmobiliario, debido a que en el país no está reglamentado transar la compra o arriendo en dólares.

Pero, desde la percepción, sin que el fenómeno haya sido estudiado aún, se habla de lo que está sucediendo en ciudades como Medellín, donde los extranjeros que ganan en dólares se han trasladado a esa capital y están llevando a que los precios de los arriendos se incrementen, pues a veces pagan más de lo que estaba estipulado en el mercado para la zona, por su ingreso en la moneda extranjera, que los lleva a obtener la unidad habitacional que quieren, aunque tengan que ofrecer más.

Y el efecto para la construcción

El impacto más notable de las fluctuaciones del dólar se manifiesta en términos de insumos y materias primas. La devaluación de la moneda genera inflación en productos importados, lo que incrementa los costos de los materiales de construcción, impactando los precios finales y, en algunos segmentos, generando un aumento en los ingresos y las ventas de más del 30 %. Este factor también afecta a los proyectos en curso, ya que más costos de construcción, en dólares, se traducen en un mayor costo para el usuario final, lo que puede resultar en una disminución de las ventas.

A pesar de estos desafíos, las inversiones en el sector inmobiliario siguen siendo una oportunidad atractiva para obtener rendimientos a largo plazo, lo que lo convierte en un activo esencial en la diversificación de los portafolios de inversión.

Manuel Muñoz, agente inmobiliario, habló con SEMANA sobre la inversión extranjera en la industria inmobiliaria. “Un dólar más fuerte puede hacer que la inversión extranjera en bienes raíces colombianos resulte más atractiva para los inversores internacionales. Los inversores extranjeros pueden adquirir propiedades en Colombia a un costo menor en términos de su moneda local, lo que podría impulsar el mercado inmobiliario”.

Para los desarrolladores y agentes inmobiliarios, las fluctuaciones en el tipo de cambio también pueden representar un riesgo. Los proyectos de construcción a largo plazo podrían ver incrementados sus costos si el dólar se fortalece de manera inesperada. Esto podría afectar la rentabilidad de los proyectos y las decisiones de inversión.

Asunto de rentabilidad

Juliana Vásquez también aborda una situación comúnmente debatida en el mercado. “Los inversores tienden a sentirse atraídos por las altas rentabilidades que ofrecen otros sectores en la actualidad. Es común escuchar: ‘¿Por qué invertir en un activo inmobiliario que genera un 8 % de rentabilidad cuando otros productos ofrecen tasas de interés más elevadas?’ En este punto, es importante destacar una variable crucial: el plazo. No es lo mismo invertir al 8 % en un periodo de 7 a 15 años que invertir a una tasa mayor en un año sin conocer la tasa de reinversión en el año siguiente. Estas no son inversiones comparables ni mutuamente excluyentes, ya que ambas ofrecen diversificación en las carteras de inversión”.

Según las recomendaciones de la consultora, las personas que van a invertir en el sector inmobiliario deben tener en cuenta que se trata de una inversión a largo plazo. Además, no deben perder de vista las siguientes claves: tener en cuenta la baja liquidez de los activos inmobiliarios; evaluar el perfil del inquilino; la ubicación de la propiedad y los términos del contrato de arrendamiento; asegurarse de que las tasas de alquiler sean acordes con los precios de mercado, y, en la medida de lo posible, buscar asesoramiento de expertos en el sector.

Lo cierto es que la variación del dólar estadounidense ejerce un impacto significativo en el sector inmobiliario colombiano. Las fluctuaciones en el tipo de cambio pueden influir en los precios de las viviendas, las inversiones extranjeras, las tasas de interés hipotecario y el riesgo cambiario. Como resultado, los actores en este mercado deben estar atentos a los movimientos del dólar y adaptar sus realidades.