Dólar
Dólar rebelde en Colombia. Precio cierra en $4.156 y pierde $54
La inflación, el desempleo y las tasas de interés, tanto a nivel nacional como internacional, son lo que inquieta a los mercados.
Luego de una jornada en que el dólar se disparó en Colombia, volvió a tener un momento reduccionista. Al cierre de las operaciones en la Bolsa de Valores, la divisa estadounidense quedó en 4.156 pesos. Un contraste, si se tiene en cuenta que había sobrepasado la línea de los 4.200 pesos y que sigue mostrando su sensibilidad frente a los factores internacionales.
El precio de apertura fue de 4.210 pesos, que fue levemente superior a la Tasa Representativa del Mercado (TRM) que había fijado la Superintendencia Financiera y, aunque alcanzó a negociarse en los niveles del 6 de julio, de a pocos volvió a la línea de los 4.100 pesos. De hecho, llegó a desplomarse por momentos, tranzándose en los 4.139 pesos, aunque tuvo un techo de 4.244,40 pesos.
Si bien la principal característica del dólar en el mercado es su volatilidad, los rebotes que ha tenido en las últimas jornadas pueden interpretarse como incertidumbre de los inversionistas, que a pesar de no tener motivos de alarma, al menos evidentes, en Colombia, la situación internacional, puntualmente la de los Estados Unidos, estaría presionando el comportamiento de la divisa.
Por el lado de Colombia, hay cierta tranquilidad por las más recientes cifras en materia de desempleo, las tasas de interés se congelaron y todo parece indicar que la inflación seguiría bajando.
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No obstante, los sectores empresariales e industriales ya tienen cifras negativas, dando muestras de los efectos de la desaceleración, y que se ha notado en la balanza comercial. Eso lo destacó el equipo de análisis del Banco Itaú, señalando que las exportaciones al cierre de mayo siguen siendo débiles.
“Las exportaciones llegaron a los 4.531 millones de dólares (3.739 millones en abril), dato en línea con nuestra previsión, pero por encima del consenso (3.950 millones). La caída de las exportaciones de petróleo (-34,1 % anual) se mantuvo, jalonada por una caída en los precios. La caída de las exportaciones fue compensada parcialmente por una recuperación de las exportaciones de carbón, que crecieron 69,6 % anual. Las exportaciones no tradicionales tuvieron una participación del 46 % del total de las exportaciones, las cuales crecieron anualmente un 7,7 %”.
Aunque se ha mostrado recuperación en algunos sectores, como el del turismo, la temporada de vacaciones de mitad de año permitirá hacer un balance sobre el comportamiento de la economía en general del país.
Con esas cifras, se podrá hacer un análisis para determinar cuál será el comportamiento de Colombia durante el segundo semestre de 2023.
Según un análisis de Scotiabank Colpatria, se espera que se consolide la disminución de los encarecimientos y se marque el principio de la reducción de las tasas de referencia:
“Se podrá hacer un balance de qué tan fuerte ha sido la desaceleración de la economía. Por ahora, los indicadores muestran que la parte formal de la economía, sobre todo los bienes durables como computadores y automóviles, se ha venido afectando significativamente por el alza de las tasas de interés y una inflación muy alta; sin embargo, la inflación ya mostró que tocó su techo (…). Se tendrá que estar pendiente de lo que pase con la manufactura, las ventas al por menor y el desarrollo de las vacaciones de los colegios para ver cómo impulsan el turismo; eso va a ser muy relevante para saber cómo va la actividad económica en Colombia”.
Los reportes internacionales confirman la recuperación del peso colombiano y, como referencia, Bloomberg estima que la moneda nacional es la tercera más revaluada del mundo. No obstante, el país sigue siendo muy sensible a los factores internacionales: el mercado laboral, la inflación y los precios de los energéticos en los Estados Unidos son lo que más presiona.
De hecho, el dólar mostró también un retroceso en los mercados europeos, principalmente porque los inversionistas están expectantes por las cifras de las nóminas agrícolas de los Estados Unidos, que, entre otras cosas, consolidarían, o no, los números del desempleo, que tanto inquietaron y serían uno de los resultados más significativos de los denominados “Bidenomics”.