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Dólar revierte la tendencia de los últimos días y amanece más barato: se cotiza en $4.261
La moneda americana registra nuevas bajas en la jornada de este 22 de octubre.
El dólar inició la cotización de este 22 de octubre en un precio de $4.261, lo que significó una baja de $25 frente a la tasa representativa del mercado definida por la Superfinanciera para hoy, que se ubica en $4.286.
En cuanto a los movimientos de la moneda, esta registra hoy un comportamiento a la baja, teniendo en cuenta que el precio máximo al que llegó durante los primeros minutos es de $4.268. Por su parte, el precio mínimo de la divisa hasta ahora es de $4.250. El precio promedio es de $4.256.
En cuanto a las transacciones del dólar, el volumen negociado hasta el momento se ubica en 138,18 millones, registrando además un volumen promedio de 356,13 millones.
El dólar en casas de cambio también registra importantes movimientos para la jornada de este martes.
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A nivel global, el índice del dólar, que compara la divisa americana con una cesta de otras 6 monedas, hoy registra un comportamiento a la baja, pues registra una variación de 0,06% llegando a las 103.900 unidades.
Si desea consultar el comportamiento del dólar en la última semana, puede remitirse al siguiente link.
¿Cómo se mueve la economía en el mundo este 22 de octubre?
La bolsa de Nueva York abrió a la baja el martes mientras digiere resultados de empresas y evalúa las perspectivas de las tasas de interés en Estados Unidos.
En las primeras operaciones, el Dow Jones perdía 0,39%, el tecnológico Nasdaq 0,58% y el S&P 500 0,54%.
Estados Unidos celebra y Europa no tanto: las últimas previsiones del FMI publicadas el martes muestran que la salud de la economía estadounidense contrasta con la apatía en la zona euro, debido a crisis recientes y a otros factores más profundos.
Desde hace dos años, los caminos son claramente divergentes para una y otra economía.
Estados Unidos registró en 2023 un crecimiento de 2,9% contra solo 0,4% en la zona euro, mientras que en 2024 el FMI espera 2,8% de expansión del PIB estadounidense contra apenas 0,8% en los países europeos.
El año que viene las cosas seguirán iguales: 2,2% para Estados Unidos y 1,2% para el bloque del euro. El “World Economic Outlook”, el informe de previsiones del organismo financiero, aumenta 0,3 puntos porcentuales sobre julio el dato para la mayor economía mundial y rebaja otro tanto el guarismo para Europa.
“Europa vivió dos choques cuando Estados Unidos solo tuvo uno”, destacó a la AFP Gregory Daco, economista jefe de EY.
Luego de la pandemia de coronavirus que provocó recesiones históricas en el mundo, y el repunte económico que le siguió, la invasión rusa a Ucrania pesó fuertemente sobre la zona euro, con un nuevo ciclo inflacionista para la energía. Sus cadenas de suministro se vieron igualmente afectadas.
Estados Unidos lo sufrió menos, por ser más independiente en materia energética y por su lejanía geográfica del conflicto.
El motor de la zona euro, Alemania, sufrió particularmente el shock de la guerra en su economía y entró en recesión el año pasado. Su PIB se estancará este año, y tendrá un modesto avance de 0,8% el próximo según las previsiones del Fondo publicadas el martes y revisadas en fuerte baja sobre las de julio (0,2 puntos porcentuales para 2024 y 0,5 para 2025).
Alemania e Italia sufren de una “debilidad persistente en la industria”, destacó el FMI en su informe. A la inversa, países como España, que crecerá 2,9% este año y 2,1% el próximo gracias a la buena salud del turismo, no compensan la media del continente.
Francia tendrá en 2024 un modesto crecimiento de 1,1% y será similar en 2025, según el FMI.
Más allá de factores coyunturales, la economía estadounidense se beneficia de factores estructurales más favorables: “En vista del crecimiento de su población, de la tasa de inversión y de su productividad, presenta perspectivas de crecimiento del doble de las europeas”, sostuvo Daco.
Estas fortalezas son fruto particularmente de los planes de apoyo a las familias y empresas durante la pandemia, que mantuvieron el consumo a un nivel alto, y del estímulo de la economía por numerosos programas de inversión pública como el “CHIPS Act”, una ley para promover el sector de semiconductores o el “Inflation reduction act” (IRA) que subvenciona los sectores de economía limpia.
Europa, en cambio, no se ha lanzado aún a proyectos de esta envergadura.