Laboral
El aumento del salario mínimo no protege a los trabajadores de ingresos bajos: Anif
Si esta remuneración sube demasiado hace más difícil que quienes ganan menos de ese nivel, y que son el 51 % de la fuerza laboral, puedan formalizarse. Piden una regla técnica para subir el mínimo, en lugar de medidas que respondan a presiones políticas.
Pese a que en el país existe consenso sobre la necesidad de subir el salario mínimo cada año para que los trabajadores no pierdan su poder adquisitivo, en lo que sí no hay acuerdo es en el porcentaje en que debe aumentar esta remuneración, pues las implicaciones de esta alza van mucho más allá del mercado laboral y no son todas positivas.
En el centro de estudios Anif señalan que el aumento anual del mínimo persigue un objetivo noble, pero no es un mecanismo de protección para los trabajadores de ingresos bajos, ni tampoco sirve como piso salarial, es decir, como referencia de lo mínimo que se le debe pagar a un trabajador en el país.
Su argumento es que, al establecer un valor, que para el año entrante con auxilio de transporte será de 1,3 millones de pesos mensuales, se desconoce la naturaleza del mercado laboral colombiano, el cual tiene un alto nivel de informalidad, con millones de personas que ganan mucho menos que el mínimo, al tiempo que se imponen mayores barreras de acceso para que quienes están en la informalidad puedan salir de ella.
Para los expertos de Anif existe una alta correlación entre el aumento del salario mínimo y el crecimiento de la proporción de personas que devenga ingresos por debajo de ese valor. “Eso quiere decir que a medida que ese salario mínimo incrementa (como lo ha venido haciendo por encima de la inflación y la productividad), una mayor proporción de la población pasa a ganar menos de ese monto”, sostienen en el centro de estudios económicos.
Agregan que parte del problema se deriva en que un alto porcentaje del empleo colombiano se concentra en unidades productivas muy pequeñas (trabajo cuenta propia y microempresas) con baja productividad y capacidad de pago reducida, lo que implica que un incremento de los costos salariales por encima de la inflación y del aumento de la productividad, hace que les sea más difícil contratar personal o formalizar a los que ya tienen.
Impactos en el sistema de seguridad social
Esta situación incrementa los problemas de cobertura del sistema de protección social, donde el salario mínimo es la métrica de ingreso (pues no se puede cotizar por debajo de ese valor). “Con incrementos desmedidos, se condena a la mayoría de la fuerza de trabajo a marginarse de un derecho esencial como la salud y de una vejez digna que traería la cotización al sistema de pensiones”, reiteran en Anif e insisten en los impactos del alza del salario mínimo sobre la inflación, pese al plan del Gobierno de desindexar varios productos y servicios que están atados al salario mínimo.
Vale la pena recordar que, si bien la inflación total a noviembre fue de 12,53 %, para la población de ingresos bajos ascendió a 14,34 %. Es decir, que ese grupo de colombianos son los que se ven más fuertemente golpeados por el aumento del costo de vida y por una medida que, en principio, pretende protegerlos.
Por si fuera poco, a nivel macro existen más consecuencias. El Gobierno asume una mayor carga prestacional al aumentar el pago de las pensiones y las cotizaciones de sus trabajadores que ganan el mínimo, lo que dificulta el saneamiento de las cuentas fiscales.
Por todo lo anterior, en Anif piden que en las discusiones en torno al incremento del salario mínimo se incluyan a todos los grupos involucrados e incorporen elementos técnicos que faciliten la comprensión de sus impactos.
“La generación de empleo en el país, el aumento en la formalidad y la inflación dependen en buena parte de que el incremento en el salario mínimo siga una regla técnica definida, en lugar de medidas discrecionales que respondan a presiones políticas. Con eso no decimos que los incrementos reales en el salario mínimo sean desafortunados, sino que mantener una brecha tan amplia con la inflación y la productividad, como ha venido sucediendo en más de un lustro, tienen complejas consecuencias para el aparato productivo”, puntualizan.