Inflación
El costo de vida sigue golpeando la economía de los hogares: el gasto cayó con fuerza en mayo
Con el paso del tiempo, los colombianos han tenido que suprimir compras esenciales.
La inflación sigue siendo un desafío significativo para los hogares colombianos, generando estragos en el consumo local y afectando el gasto de las familias.
Según los datos recopilados por la Gastometría de RADDAR, en mayo de 2023 se registró una caída del gasto de los hogares de -2,7 % en comparación con el mismo mes del año anterior. Aunque esta cifra refleja una leve recuperación con relación al periodo anterior, el gasto continúa en terreno negativo.
Durante el mes de mayo, el gasto de los hogares en Colombia alcanzó los $ 80,8 billones de pesos, mientras que en los últimos 12 meses llegó a $ 977,6 billones de pesos. Este gasto experimentó un crecimiento anual corriente del 9,29 %, lo cual se tradujo en una aceleración de la tendencia. En términos corrientes, el gasto aumentó un 5,7 % en comparación con el mes anterior. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los hogares enfrentaron una inflación mensual del 0,44 % y una inflación interanual del 12,33 %, lo que impactó en el gasto real.
La inflación persistente ha afectado negativamente el poder adquisitivo de los hogares, lo que ha llevado a una disminución en el gasto en términos reales. Aunque el crecimiento mensual del gasto puede reflejar una mejora en la disposición de los hogares a gastar debido a la desaceleración de la inflación, así como a la celebración del Día de la Madre, la realidad es que los hogares continúan enfrentando dificultades para mantener su nivel de consumo habitual.
Tendencias
En abril de 2023, el gasto de los hogares fue impulsado por varios factores, entre ellos la desaceleración de la inflación durante dos meses consecutivos, la celebración del Día de la Madre, la disminución de la inflación de alimentos para el hogar y la posible anticipación de compras debido al pago de la prima o las vacaciones de mitad de año. Sin embargo, a pesar de estos factores, el gasto real de los hogares disminuyó un -2,71 % en comparación con el mismo mes del año anterior.
Un aspecto preocupante es el cambio en la tendencia del gasto según los niveles de ingreso. Los hogares de ingresos altos registraron una mayor recuperación en el gasto real, mientras que los hogares de ingresos bajos experimentaron la mayor caída en el gasto. Esta disparidad resalta las desigualdades existentes y pone de manifiesto la difícil situación que enfrentan los hogares de menores recursos.
La dinámica del gasto ha mostrado signos de desaceleración a lo largo del año, principalmente debido a la disminución en la inflación de alimentos. Además, en términos anuales, la tendencia ha caído por segundo mes consecutivo, lo que indica una preocupante persistencia de la situación.
El análisis de las canastas de gasto revela que el rubro de transporte y comunicaciones es uno de los que más ha experimentado un aumento en la asignación de recursos, lo cual puede atribuirse al incremento en los precios de los combustibles en el país.
En cuanto a las ciudades, se pudo observar que hubo un cambio en la dinámica del gasto. Mientras que en meses anteriores Neiva lideraba esta tendencia, en esta ocasión Cali se destacó como la ciudad principal con una mejor dinámica en el gasto. Esto puede atribuirse a que Cali registró una inflación menor a nivel nacional, lo que podría haber generado un mayor impulso en el consumo local.
A pesar de los desafíos que enfrentan los hogares, se ha observado una disminución en la percepción de comprar menos cosas desde el mes de marzo. Sin embargo, al mismo tiempo, ha habido un aumento en la percepción de comprar las mismas cosas. Esto podría indicar una normalización en los patrones de gasto de los hogares en medio de una inflación alta, donde las familias se adaptan a la realidad económica actual y ajustan sus decisiones de compra.
La inflación continúa siendo una preocupación para los hogares colombianos, ya que afecta directamente su capacidad de compra y su calidad de vida. El aumento de los precios de los alimentos, el transporte y otros bienes y servicios es un desafío constante que requiere medidas adecuadas por parte de las autoridades y una planificación cuidadosa por parte de las familias.
En este contexto, es fundamental que se implementen políticas que fomenten la estabilidad de precios y promuevan el crecimiento económico sostenible. Asimismo, es necesario brindar apoyo a los hogares de menores ingresos, quienes son los más afectados por el impacto de la inflación en su capacidad de satisfacer sus necesidades básicas.