“El decreto de austeridad es una burla”: Gabriel Santos

El plan cuenta con una serie de acciones que tienen como objetivo disminuir el gasto no esencial que hace el Gobierno, utilizando los recursos públicos. Según fuentes del Ministerio de Hacienda, la aplicación de este plan de austeridad ayudará a ahorrar unos $2 billones anuales.

Dentro de los puntos de acción del plan de austeridad se encuentran restricciones para que las entidades públicas amplíen su planta de personal sin justificación alguna. Además, se le pondrá la lupa a los tiquetes aéreos de los funcionarios públicos y todos los viajes deben ser en clase económica.

También se racionalizan las horas extras, la publicidad estatal, el uso de los vehículos oficiales, se revisarán los esquemas de seguridad, el uso de papelería y se prohibirán las fiestas.

Sin embargo pese al decreto, desde varios sectores consideran que este es tan solo un saludo a la bandera y que no responde a la grave situación que atraviesa el país en materia económica.

Antes de que el decreto fuera expedido, ya muchos congresistas incluso del partido de gobierno habían manifestado que no se puede hablar de subirle impuestos a los colombianos, sin antes recortar los gastos estatales.

Para el Representante a la cámara Gabriel Santos, que desde hace algún tiempo se ha convertido en un crítico de varias posturas de su propio partido, mostró su malestar al respecto.

“El decreto de austeridad es una burla frente al esfuerzo que el gobierno le pide a los ciudadanos. Seguiremos insistiendo, de manera pública, en la necesidad de un recorte fuerte del Estado, antes de exigir más impuestos”, trinó a través de su cuenta de Twitter.

Santos ha venido insistiendo desde hace varios meses en recortar verdaderamente el aparato estatal y ha explicado que, por ejemplo, se deben eliminar las consejerías presidenciales pues muchas de estas estarían generando duplicidad de funciones con algunos ministerios y que ademas le cuestan al país más de $230.000 millones al año.

Actualmente, hay 15 consejerías presidenciales y una vicepresidencial. La mayoría de ellas se crearon en el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, aunque en el gobierno actual se han creado ha tres.

La situación fiscal es realmente preocupante: El viceministro general de Hacienda, Juan Alberto Londoño, indicó que el país tiene un “hueco” fiscal de cerca de $100 billones.

“Para atender la pandemia tuvimos que hacer un gasto excepcional. Gastamos más de $40 billones, además el año pasado dejamos de recibir $24 billones en impuestos y se perderán otros $16 billones de los efectos en renta del año pasado”, dijo Londoño. Precisamente, esta falta de recursos es una de las razones para buscar la aprobación de una nueva reforma tributaria.

Londoño aseguró además que si no se hace la reforma estarían en peligro los programas sociales del país. “Si no hacemos esta reforma social sostenible, lo que estaríamos diciendo es que a partir de junio los 3 millones de hogares que reciben Ingreso Solidario no lo van a recibir más. Además, los que reciben ayudas de Familias en Acción verían disminuidos estos giros a la mitad”, dijo Londoño.

Y el mismo ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, explicó que nunca se había estado en tanto riesgo de caer en dificultades para seguir cumpliendo con el pago de la deuda pública, y cabe destacar que tradicionalmente el país siempre se ha caracterizado por no caer en esta situación recurrente en nuestra región.

En términos prácticos, Carrasquilla sentenció que hoy se cuenta con una caja de 30 billones de pesos y las necesidades mensuales del país tienen un faltante de 20 billones mensuales, por lo que bajo ese orden de ideas solo hay caja para unas 6 o 7 semanas.